El presidente Obama comunica a la nación sus planes para eliminar al EI
Barack Obama se dirige a la nación para comunicar que está preparado para iniciar los ataques aéreos contra las bases de los yihadistas en Siria
¿Se puede acabar con los yihadistas del Estado Islámico exclusivamente con ataques aéreos? ¿Cuándo se sabrá que la amenaza del Califato ha sido eliminada? ¿Qué sucederá si existe otro brutal degüello? El presidente de Estados Unidos deberá contestar esta noche esas y otras muchas preguntas, o lo que es lo mismo, perpetrar la cuadratura del círculo al pretender eliminar, como ha asegurado en numerosas ocasiones, a los yihadistas del Estado Islámico sin que una sola tropa de combate norteamericana pise suelo sirio.
La víspera del aniversario del 11 de Septiembre y con las alertas encendidas para no caer en los mismos errores que se cometieron tras los ataques terroristas de Al Qaeda en aquella fecha, Barack Obama deberá informar a la nación de la vuelta de Estados Unidos al teatro de guerra de Oriente Próximo. Pasado algo más de un minuto de las nueve (horario de la costa este, según informaba la Casa Blanca), el presidente de Estados Unidos debe comunicar al país su estrategia para “degradar y finalmente destruir” al Estado Islámico con “acciones militares” y con “el apoyo a las fuerzas que combaten al EI en el terreno”, lo que atañe a la oposición siria y al nuevo Gobierno iraquí que intenta ser de consenso.
“Esta noche, con un nuevo Gobierno iraquí en sitio y tras consultas con nuestros aliados en el extranjero y el Congreso en casa, puedo anunciar que América liderará una amplia coalición para reducir esta amenaza terrorista. Nuestro objetivo es claro: vamos a degradar y finalmente destruir el EI mediante una amplia y sostenida estrategia contraterrorista”, anunciará Obama, según un extracto de su discurso adelantado por la Casa Blanca.
El presidente subrayará que EE UU va a extender sus ataques aéreos contra el EI “dondequiera que éste exista”, es decir, incluida Siria. A la par sin embargo insistirá en que la campaña no incluirá en ningún caso tropas de combate estadounidenses sobre el terreno puesto que la misión será “diferente” de las guerras de Irak y Afganistán. De hecho, según Obama, la táctica a utilizar es comparable a las misiones contra grupos terroristas “realizadas con éxito durante años” en Yemen y Somalia.
Antes del discurso, el presidente había pedido al Congreso que le concediera la autoridad necesaria para armar y entrenar a los rebeldes sirios que luchan contra los yihadistas del EI. Este aspecto podría parecer contradictorio, ya que el martes la Casa Blanca comunicó a los líderes del Capitolio que tenía la autoridad necesaria para llevar a cabo su estrategia contra el EI en Irak y Siria. Según fuentes demócratas citadas por CNN, Obama no buscaría ‘permiso’ para usar la fuerza militar sino para enfrentar “la anomalía legal” que supone que EE UU ayude y entrene a fuerzas rebeldes.
El presidente que sacó al país de las dos guerras iniciadas por su predecesor y que fue alérgico a intervenir en Siria hasta que su cruzó la famosa línea roja de los ataques con armas químicas, se dispone esta noche a describir la gran fotografía a la que se enfrenta EE UU al haberse convertido la amenaza del Estado islámico de Bakr Al Bagdadi en “la prioridad central de nuestra seguridad nacional”. Obama deberá exponer que EE UU no podía permitirse que el EI cree un refugio en una parte del mundo en el que las fronteras son muy porosas.
Dada la incertidumbre que presenta la misma amenaza en sí, sin saber cuánto tiempo se alargará la campaña contra el EI y tras las lecciones aprendidas en Vietnam y Afganistán -resulta muy difícil si no imposible aniquilar una insurgencia que mantienen protegida su base tras una determinada frontera-, la Casa Blanca está formando una amplia coalición de países aliados y socios en la región para no iniciar esta ofensiva sola, sino rodeada del mayor número posible de amigos y aliados, sobre todo, en el mundo musulmán.
A esa misión se dedica desde hace dos días tanto Obama –que esta mañana conversaba por teléfono con el rey de Arabia Saudí- como su secretario de Estado, John Kerry, que inició una gira que ayer le llevaba a Ammán y hoy a Bagdad, desde donde volaría a una ciudad de la costa saudí.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jeh C. Johnson, aseguró este miércoles que su departamento no posee información creíble sobre planes del Ejército Islámico (EI) para atentar en territorio estadounidense. Sin embargo, sí advirtió que el IS prepara ataques para matar “americanos inocentes porque son americanos”. Johnson advirtió de la “cada vez más difícil tarea” de hacer frente a un terrorismo islamista “más descentralizado”, en una intervención en la sede del Council on Foreign Relations de Nueva York, informa Vicente Jiménez.
Sobre la “grave amenaza que para Estados Unidos supone el EI”, el secretario destacó su efectividad, “la mayor que hemos conocido en ningún otro grupo terrorista”, en la utilización de las redes sociales para sembrar el miedo y obtener protagonismo. Johnson se estaba refiriendo, sin citarlas, a las grabaciones y posterior distribución por Internet de las decapitaciones de dos periodistas americanos, que conmocionaron por su crueldad a la opinión pública mundial.
EE UU tardó casi una década en acabar con Osama Bin Laden. Al Qaeda está prácticamente diezmada pero activa en Yemen, Somalia, Mali… Lo anterior prueba que llevará tiempo y supone un alto coste –humano y monetario- "eliminar", como ha declarado repetidas veces el presidente, al Estado Islámico. Según han confiado fuentes de la Administración al diario The New York Times, la campaña contra el EI podría durar tres años. Los sondeos dicen hoy que la opinión pública quiere que Obama ataque Siria, a diferencia de lo que deseaba hace justo un año. Pero, ¿cuánto tiempo puede mantenerse así? El mandato de Obama acaba en enero de 2017 y todo apunta a que la estrategia de la Casa Blanca para Siria superará esa fecha.
A la vez, si lo que ha motivado el cambio en la actitud de los norteamericanos ha sido la decapitación de los reporteros James Foley y Steve Sotloff –no los 200.000 sirios muertos que sumaba la represión de Al Asad el año pasado-, desgraciadamente esto puede volver a suceder y no parece que una campaña de ataques aéreos vaya a evitarlo, como apuntaban ayer los analistas que no acababan de dilucidar cual sería el plan del presidente, pero que temían que estuviera basado más en emociones que en hechos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.