La ONU documenta 2.593 muertos en el conflicto de Ucrania desde abril
Los fallecidos se han multiplicado por tres en el último mes, según el Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
La ONU ha documentado la muerte de 2.593 personas desde que empezó el conflicto en Ucrania oriental el pasado abril hasta mediados de esta semana, según un informe sobre violaciones de los derechos humanos hecho público hoy.
El documento sostiene que el incremento de las hostilidades en las últimas seis semanas, con el uso confirmado de artillería pesada por parte tanto de los grupos rebeldes como de las fuerzas gubernamentales, en zonas densamente pobladas, ha provocado la muerte violenta de unas 36 personas cada día.
Esta cifra supone, entre el 16 de julio y el pasado día 17, un aumento de 300% con respecto a las 11 víctimas diarias que se registraban durante el mes anterior, explicó el jefe de las Américas, Europa y Asia Central del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Gianni Magazzeni.
Además, la cifra de muertos citada no incluye las 298 víctimas del avión de Malaysian Airlines derribado el 17 de julio, en una acción que se atribuye a los grupos prorrusos, aunque estos niegan su autoría. En su informe, la ONU ofrece evidencia de numerosas "violaciones de los derechos humanos perpetradas principalmente" por los grupos irregulares que mantienen el control sobre una gran parte de las regiones de Donetsk y Lugansk.
Fuera de los combates, los rebeldes "cometen asesinatos, secuestros, tortura física y psicológica", entre otros abusos, y se estima que tienen en cautiverio a 468 personas. De igual manera, la ONU responsabiliza a las fuerzas gubernamentales ucranianas de "algunas de las víctimas y daños provocados" por bombardeos indiscriminados contra zonas pobladas.
El informe indica que las fuerzas armadas de Ucrania perpetraron abusos en su esfuerzo por recuperar el control de áreas que habían caído en manos de los rebeldes. Estos últimos, mientras, no tuvieron reparos en poner en peligro la vida de los civiles al efectuar sus operaciones bélicas y colocar objetivos militares dentro de zonas residenciales.
Asimismo, se denuncia que los rebeldes impidieron a civiles abandonar Lugansk y Donetsk, mientras que el gobierno refuerza su bloqueo alrededor de estas dos ciudades. A pesar de ello, la mitad de la población de cada una de ellas ha huido, con 200.000 a 500.000 personas que quedan en Donestsk y unas 250.000 en Lugansk.
La ONU denuncia asimismo que los milicianos prorrusos reciben un suministro constante de armas sofisticadas y de municiones. Esas armas "les permiten derribar equipos aeronáuticos militares ucranianos, como helicópteros, aviones de combate y de transporte", señala el documento, divulgado en medio de las denuncias de Ucrania de que Rusia provee ese material.
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