El régimen sirio usó gas de cloro al menos ocho veces en el mes de abril
Un informe de la ONU habla de ejecuciones públicas y amputaciones del Estado Islámico
Una comisión de investigación de Naciones Unidas (ONU) ha acusado al Gobierno sirio de usar agentes químicos en ocho incidentes distintos en el mes de abril, según un nuevo informe realizado por el organismo internacional sobre crímenes de guerra en la zona. En concreto, se utilizó durante 10 días de abril gas de cloro sobre la población de las localidades de Kafr Zeita, Al-Tamana'a y Tal Minnis. Los testigos afirman haber visto cómo helicópteros lanzaban los barriles con gas de cloro y haber notado el olor característico que se extendía tras el impacto.
El reporte señala además de que el personal médico encargado de suministrar tratamiento informó de síntomas similares a los de cualquier agente químico, esto es, vómitos, irritación de piel y ojos y problemas respiratorios. El gas de cloro en estado puro es algo menos dañino que otros compuestos de uso bélico como el gas mostaza, pero también puede matar y se ha usado en diversas guerras.
El informe de la ONU también destaca que el Estado Islámico (EI) ha realizado frecuentes ejecuciones públicas que los ciudadanos, incluidos los niños, estaban obligados a contemplar. El EI, que controla zonas del norte y este de Siria, es uno de los grupos que luchan contra el presidente sirio Bashar al Asad en un conflicto que dura ya cuatro años.
El periodo que analiza el informe de la ONU coincide con el despliegue del EI en Siria. La comisión relata que “miembros del EI han cometido crímenes de Guerra y crímenes contra la humanidad en Alepo y Raqa, incluidos actos de tortura, asesinato, desapariciones forzosas y desplazamientos de la población”. “El EI supone un claro peligro para la población, y en particular para las minorías, que se encuentran bajo su mando en Siria y en la región”, advierte Paulo Pinheiro, el presidente de la comisión de la ONU.
Los investigadores acusan también al EI, instalada también en el norte de Irak, de practicar con sus víctimas amputaciones, ejecuciones públicas y palizas. “Los cuerpos de los asesinados se dejan durante días a la vista, aterrorizando a la población. En Raqa, los niños hasta de 10 años son reclutados y entrenados en campos para la guerra”, dice el informe, que alerta sobre las consecuencias para toda la región.
Las fuerzas del Gobierno de Bachar el Asad, por su parte, también han cometido atrocidades, que incluyen violaciones, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, con total impunidad. Entre enero y julio, cientos de hombre, mujeres y niños fueron asesinados por el fuego indiscriminado del Ejército sirio, con misiles y bombas lanzadas sobre zonas habitadas. En algunos casos, hay claras evidencias de que reuniones de civiles fueron objetivo deliberado, lo que provocó masacres, dice el informe.
La comisión relata que los soldados de Bachar al Asad en los puestos de control impidieron a civiles heridos llegar hasta los hospitales. Los centros hospitalarios han sido objetivos y las fuerzas del Gobierno han impedido que llegara hasta ellos la ayuda sanitaria y los suministros de medicinas y material quirúrgico. En las prisiones sirias, los detenidos son objeto de horribles torturas y violencia sexual. Los métodos empleados y las condiciones de los detenidos confirman la tortura sistemática y las numerosas muertes de prisioneros.
“La comunidad internacional ha fallado en su más elementales deberes, proteger a los civiles, detener y prevenir atrocidades y crear una vía de transparencia, que han coincidido en el terreno con el abandono hasta de la pretensión de adherencia a las leyes internacionales”, dijo Pinheiro. Los investigadores afirman que existe una posibilidad real de que el conflicto, que ya ha penetrado en Irak, se extienda a toda la región.
La semana pasada, Estados Unidos anunció que la neutralización del arsenal químico que entregó Siria se completó en alta mar. La destrucción de los componentes químicos, 581 toneladas de “precursores químicos” para fabricar gas sarín y 19,8 toneladas de agentes para fabricar gas mostaza, según precisa AFP, fue más rápida de lo previsto aunque la compleja operación internacional estuvo plagada de retrasos. Tras un supuesto ataque en 2013 con gas sarín en las afueras de Damasco, en el que murieron cientos de personas, el régimen de El Asad accedió en septiembre del año pasado la propuesta rusa de entregar su arsenal químico para evitar un ataque con misiles de EE UU.
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