La izquierda de Costa Rica presiona a Solís para que se una a Petrocaribe
El Gobierno estudia pros y contras de la alianza energética dirigida por Venezuela Petrocaribe ofrece a sus miembros suministro de petróleo con una tasa de 1% hasta a 25 años
El partido de izquierda Frente Amplio, tercera fuerza política de Costa Rica, ha añadido un elemento más a la espesa agenda de discusión política que rodea al incipiente Gobierno de Luis Guillermo Solís: pedir la adhesión del país a la alianza energética venezolana Petrocaribe. La posibilidad de entrar al grupo dirigido por el Gobierno de Nicolás Maduro ha activado un debate ideológico, económico y hasta ambiental en este país asido al discurso de las energías limpias y, al mismo tiempo, importador creciente de hidrocarburos.
La propuesta la lanzó el diputado Jorge Arguedas, un exdirigente sindical del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), entidad productora del 74% de la energía eléctrica. La idea cayó por sorpresa en manos del presidente Luis Guillermo Solís, quien no tenía la adhesión a Petrocaribe entre sus planes. Anteriormente había descartaba por completo la adhesión a la Iniciativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Su respuesta ha sido fiel a su estilo: abrir un periodo de consulta (y de debate) sobre las ventajas económicas de unirse al grupo al que, en Centroamérica, ya pertenecen Nicaragua, Honduras y El Salvador; Guatemala se abstuvo a última hora.
“No sé si el petróleo de Petrocaribe es más barato, pero sí sé que lo ofrecen en condiciones preferenciales y es la única forma posible de lograr rebajar el precio de los combustibles y de la energía eléctrica en lo inmediato”, ha explicado Arguedas. Se refiere a la promesa de Solís, incumplida a 80 días de gestión, de abaratar el coste de la luz, afectado en buena medida por la necesidad de importar más hidrocarburos para suplir la caída en la producción de hidroelectricidad provocado por la disminución en las lluvias.
Petrocaribe ofrece a sus miembros suministro de petróleo con una tasa de 1% hasta a 25 años, con dos años de gracia y con la posibilidad de pagar la mitad de la factura con bienes producidos en el país, subraya Arguedas. Para un sector, esto no es más que un mecanismo de endeudamiento sin verdaderas ventajas en el coste del crudo, pero las mayores críticas se dirigen a lo ideológico, a las implicaciones de entrar a los círculos creados por el fallecido Hugo Chávez y ahora bajo el control de Nicolás Maduro, en un contexto distinto.
Sabe Solís, un experto en relaciones internacionales, que en Costa Rica es reducida la simpatía y la tolerancia a las ideas y obras chavistas u otras corrientes de izquierda. Esta fue, en gran medida, la causa de la caída electoral que sufrió en los comicios de febrero el candidato José María Villalta, atacado por sus ideas izquierdistas. Las encuestas indicaban que iba bien, pero después se despeñó. Su partido, Frente Amplio, no pudo entrar a la segunda ronda que ganaría Solís contra el oficialismo, pero sí logró quedar como tercera fuerza legislativa, con nueve de 57 legisladores.
El Partido Acción Ciudadana (PAC, centroizquierda) de Solís gobierna en minoría con 13 diputados y ha necesitado acercarse a Frente Amplio, entre otras fuerzas, lo que implica abrir espacios en la Presidencia de la República. Fue en una reunión nocturna en la Casa Presidencial cuando Jorge Arguedas propuso al mandatario lo que cree que es la mejor solución para encarar los apuros energéticos, mientras se plantean reformas de mayor calado en un plazo de 18 meses. “Aquí no se trata de ideología; entrar a Petrocaribe no es entrar al ALBA. Vea que el mismo Óscar Arias quiso hacerlo en el 2008”, recordó el diputado Arguedas.
Es así. El Gobierno anterior, alejado la nueva izquierda latinoamericana presentó la solicitud cuando el precio internacional de petróleo alcanzó el récord de 147 dólares (34 dólares más que en julio de 2014), como recordó su canciller Bruno Stagno Ugarte. En un artículo publicado recientemente en el diario local La Nación, sostiene que la solicitud no se concretó porque su país se negó a ceder en posiciones que no precisó en su texto. Se opone, ahora sí, a hacer la solicitud al Petrocaribe, como también está en contra la mayor asociación de empresarios del país, a pesar de su fuerte reclamo por el coste de la energía.
“Hoy Venezuela tiene poco que ofrecer, sumida en una crisis económica propia y una crisis política que ha debilitado y herido la “revolución bolivariana” (…) Hoy no existe razón alguna de peso para endeudarse, aun en condiciones blandas, con un esquema que tiene poca actualidad y que amenaza con comprometer nuestra soberanía e independencia en materia de política exterior”, ha escrito Stagno en un artículo en La Nación, en cuyos editoriales muestra también su oposición a unirse a Petrocaribe, con el argumento de que la apuesta energética del país debe seguir el cauce de las energías limpias.
Costa Rica, que obtiene el 90% de su energía de fuentes renovables y renunció a explorar petróleo en su territorio hasta el 2021, afronta problemas para sostener el ritmo de consumo. Además, el incremento de los vehículos (presentes en el 60% de las familias), arrastra con fuerza la demanda de carburantes. El país importó en 2013 más de 19 millones de barriles con una factura de 2181 millones de dólares. Del total de hidrocarburos comprados, casi un 90% provino de Estados Unidos.
“No hay a la vista una propuesta energética y de momento tenemos que resolver. Ahora tampoco es tan fácil construir proyectos hidroeléctricos por sus efectos ambientales y la necesidad de respetar los derechos de pueblos indígenas. Y del otro lado está la población reclamando una reducción de las tarifas y eso se puede hacer con Petrocaribe”, concluye Arguedas, crítico de un proyecto de una refinería conjunta entre la estatal Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y una empresa pública de China. La propuesta del congresista tiene el respaldo de su bancada y de otras figuras de izquierda, como el historiador Vladimir de la Cruz, quien fue el embajador de Óscar Arias ante Venezuela en el 2008.
El nuevo embajador de Venezuela en Costa Rica, Jesús Javier Arias Fuenmayor, ha llegado a su función en julio con los brazos abiertos, al ofrecer Petrocaribe como una alianza energética que permite a sus miembros aprovechar la financiación venezolana a cambio de dedicar más dinero a obras sociales o al desarrollo productivo. “La salud de Petrocaribe es la misma salud del potencial energético venezolano; hoy estamos no solamente exportando más de tres millones de barriles de petróleo al día, sino que planteamos llegar al 2019 a seis millones de barriles”, dijo en una entrevista después de reunirse con diputados de Frente Amplio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.