Otros 74 cadáveres del vuelo MH17 llegan al aeropuerto holandés de Eindhoven

“No estamos en la serie televisiva estadounidense “CSI” (En la escena del crimen, en español), donde consiguen cotejar muestras de ADN de los cadáveres en quince minutos escasos. No es así. Llevará tiempo”, ha dicho este jueves Arie de Bruijn, jefe del equipo forense encargado de identificar en Holanda los cuerpos de las 298 personas (194 holandeses, según el último recuento) fallecidas en el vuelo MH17 de las líneas aéreas malasias que sobrevolaba Ucrania. Ochenta de los expertos en medicina legal convocados proceden de Alemania, Bélgica, Reino Unido, Australia, Indonesia, Nueva Zelanda y Malasia. Son los países que han perdido también nacionales. Otros 120 colegas son holandeses, a los que se sumarán efectivos policiales, militares y de hospitales universitarios. “Todos trabajaremos con respeto y cuidado”, ha añadido la holandesa Patricia Zorko, directora del equipo de detectives de la policía holandesa.

Los forenses trabajan ya sobre el primero de los 40 cuerpos repatriado el miércoles. Para empezar, toman las huellas dactilares. Después se hacen fotografías y es anotada una descripción completa del muerto y de su vestimenta. Las muestras de ADN llegan a continuación, junto con los datos dentales. Toda la información recabada debe ser comparada con la aportada por las familias, y con el ADN personal que hayan aportado. En caso de lograr una identificación correcta, la policía decide el momento de devolver los restos a sus allegados.

La devolución de los cadáveres sigue, por otra parte, su curso. Este jueves han llegado otros 74 a bordo de sendos aviones, uno holandés y otro australiano. La operación ha sido similar a la efectuada el miércoles en el aeropuerto de Eindhoven. No han acudido los reyes ni el presidente del Gobierno holandés, pero sí varios de sus miembros, y también del Parlamento. Tras el minuto de silencio observado, la comitiva ha puesto rumbo al instituto forense. En el resto del país, continúan celebrándose ceremonias en recuerdo de los fallecidos. Las marchas silenciosas se han repetido en sus ciudades de origen, con sus compatriotas vestidos de blanco y portando globos del mismo color.