Honduras blindará sus mares y completará el escudo contra el narco
Tras sellar sus cielos, y con apoyo de corbetas de Estados Unidos, el ejército hondureño planea establecer un bloque marítimo para frenar a los contrabandistas de drogas
Todo parece una operación tenaza: atacar los principales trillos aéreos, terrestres y marítimos del tráfico de drogas.
Honduras, que en enero pasado aprobó una ley para sellar su espacio aéreo al autorizar a las Fuerzas Armadas el derribo de aeronaves civiles sospechosas de contrabando de estupefacientes, está próxima a promulgar una legislación complementaria que blindará sus mares y permitirá interceptar cualquier embarcación sobre la que exista suspicacia de que esté involucrada en operaciones del narcotráfico.
Las autoridades militares y policiales hondureñas podrán ejecutar tareas de persuasión, visita, inspección, derecho de persecución, inmovilización o detención de “toda embarcación propulsada o no u objeto que, sin ser embarcación, sea razonablemente sospechosa de infringir o infrinja normas nacionales e internacionales”, según el proyecto, ideado por la bancada de mayoría parlamentaria del oficialista Partido Nacional y cuya aprobación está asegurada. La votación definitiva podría registrarse este miércoles en el Congreso Nacional de Honduras.
“El objetivo es que Honduras pueda tener un escudo marítimo para combatir la narcoactividad”, dijo el diputado David Chaves, del gobernante Partido Nacional y presidente de la Comisión de Seguridad y Defensa del Congreso. “El 80% de la droga que entra a Honduras lo hace por mar. El tema del agua es complejo y lo que se busca es regular la jurisdicción netamente de aguas hondureñas”, explicó Chaves en una entrevista con EL PAÍS.
La iniciativa, informó, tiene respaldo de las Fuerzas Armadas de Honduras, del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos (acantonado en Florida) y dela embajada estadounidense en Tegucigalpa.
“La Ley de Interdicción Marítima va a ser un ejemplo para que los países amigos la puedan imitar, porque da facultades especiales a la Fuerza Naval y a los guardacostas para inmovilizar cualquier nave que no ande de manera legal. Obviamente, hacer uso de la fuerza en los casos necesarios. Nos interesa controlar este daño, el flagelo de la narcoactividad”, afirmó.
La ley de mares se complementa con la Ley de Protección de la Soberanía del Espacio Aéreo, emitida en enero anterior y que, más allá de compromisos aeronáuticos internacionales asumidos desde 1947 por el Estado hondureño, autoriza al ejército hondureño a derribar aeronaves que, sin importar que sean civiles, entren al rango de sospechosas de participar en las masivas operaciones de tráfico de drogas. La ley faculta a la Fuerza Aérea Hondureña a atacar las aeronaves sobre las que se tengan indicios ciertos de que están traficando drogas.
“Recuerdo que en el tema del espacio aéreo, antes uno tenía que cubrirse para que las avionetas del narcotráfico no le cayeran encima. Claro que hay algunas que logran entrar, pero si pasan por Honduras ahora lo hacen muy rápido. No está entrando droga al país por vía aérea”, aseguró Chaves.
La conflictiva región oriental caribeña de Honduras se había convertido en los últimos años en una base clave de narcomafias mexicanas y colombianas en alianza con poderosas redes locales y, según el Comando Sur, de unas 900 toneladas de cocaína que al año han pasando por Centroamérica por el Caribe, cerca del 80% se ha traficado por Honduras hacia México y Estados Unidos.
Cargadas de cocaína, numerosas avionetas civiles pequeñas que despegaban casi a diario de puntos clandestinos de Colombia y Venezuela, cercanos al mar Caribe, y se dirigían a México y Estados Unidos, cumplían un recorrido con escala nocturna o de madrugada en sitios remotos hondureños, en vuelos a baja altura para eludir controles de radar.
Con la nueva ley marítima, narró el legislador, “los narcotraficantes van a tener que pensar dos veces para poder meterse a Honduras. Todos estos actos son disuasivos. Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, tiene problemas para identificar los puntos por donde le ingresa la droga y obviamente nosotros también lo vamos a tener. Pero esta ley busca darle facultad especial a la autoridad competente para que pueda hacer uso de la fuerza si fuera necesario”.
Saldo de la narcoviolencia
El 80% de la cifra de homicidios en Honduras es por narcoactividad, aseguró. Cifras del Observatorio de la Violencia de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras mostraron que ese país, uno de los más violentos del mundo, cerró 2013 con 79 homicidios por cada 100 mil habitantes, con un total de 6.757 asesinatos. El promedio por cada 100 mil había oscila entre 85 y 92 en años recientes.
Con el inicio del Gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, quien asumió el 27 de enero pasado, “se ordena que cerremos filas en contra del narcotráfico y del crimen organizado. Se establece un escudo aéreo, un escudo terrestre y un escudo naval o marítimo”, relató el coronel José Sánchez, portavoz de las Fuerzas Armadas de Honduras, consultado por El País.
“El naval es apoyado por dos corbetas de Estados Unidos que están fuera de las aguas jurisdiccionales de Honduras. Toda la actividad la realiza nuestra Fuerza Naval. El escudo aéreo, que ataca áreas clandestinas de aterrizaje, ha sido un éxito total. Desde enero, no ha aterrizado ninguna avioneta en el sector donde lo tenemos, en zonas del litoral Caribe”, describió.
Con participación de las Fuerzas Armadas, la Policía, el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia y otras instancias estatales, el escudo terrestre “está a lo largo de las fronteras” de Honduras con Nicaragua, Guatemala y El Salvador, narró. Esos pasos, recordó, “han sido utilizados por el narcotráfico. Ahora hay una combinación de puestos de respuesta rápida en tierra, aviones de respuesta rápida y en los puertos hay lanchas listas para responder a cualquier amenaza”.
“Tenemos reducido el ingreso de cocaína. No hemos incautado ni un kilo de cocaína en el mar y ni por la parte aérea ni por la parte terrestre”, aseveró.
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