Los malos resultados en las europeas acaban con el líder laborista irlandés
Eamon Gilmore, vicepresidente del Gobierno, acepta su responsabilidad por el fracaso electoral
El estrepitoso fracaso en las elecciones europeas y también en las elecciones locales de la semana pasada han provocado este lunes la dimisión del líder laborista irlandés, Eamon Gilmore, que es también vicepresidente del Gobierno y ministro de Exteriores. Los laboristas son el socio pequeño de la coalición que lidera el Fine Gael.
Los irlandeses han castigado a los principales partidos y algo más de un 30% de los votantes han acabado apoyando a candidatos independientes en las elecciones europeas, en las que el Fine Gael y su rival histórico, el Fianna Fail, han quedado empatados con el 22,3% de los votos. El gran triunfador político ha sido el Sinn Féin, tradicionalmente una fuerza muy potente en Irlanda del Norte pero con presencia más moderada en el sur, que ha obtenido el 19,5% de los votos y tres de los 11 escaños de la República de Irlanda en el Parlamento Europeo. Los laboristas se han quedado con un penoso 5,3%.
Gilmore presentó su dimisión después de que siete diputados laboristas anunciaran su intención de presentar una moción de censura contra él. Permanecerá en el cargo hasta que sea elegido su sucesor a principios de julio.
Los irlandeses llevan ya siete años aguantando políticas de ajuste tras el estallido de la crisis financiera, que en Irlanda puso en jaque al sistema bancario y hundió la industria de la construcción, llevando al país a una terrible recesión.
Al igual que ha ocurrido en el vecino Reino Unido con los liberales-demócratas, el partido pequeño y más a la izquierda de la coalición ha pagado el precio más alto en términos electorales por el descontento de los votantes.
Gilmore aceptó que los laboristas han tenido “un día muy malo” y aceptó su responsabilidad por ese fracaso. “Tenemos que escuchar y tenemos que actuar”, declaró. Pero defendió la decisión de entrar en 2011 en el Gobierno junto al Fine Gael “durante la peor crisis económica en la historia del Estado”. “Sigo pensando que fue la decisión correcta y estoy orgulloso del progreso que hemos hecho”, aseguró. “Pero obviamente fue una decisión política muy arriesgada y los laboristas han pagado un precio muy alto en las elecciones locales y europeas. Lamento profundamente que hayamos perdido a buenos representantes públicos y la derrota de estupendos candidatos laboristas el viernes pasado”, lamentó Gilmore.
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