Australia estrecha el cerco en torno a la caja negra del vuelo MH370
Un avión detecta una “posible señal” subacuática emitida por la caja negra Las autoridades reducen el área de búsqueda en el Índico sur a 57.900 kilómetros cuadrados
Las esperanzas sobre la pronta localización de la caja negra del avión de Malaysia Airlines desaparecido el pasado 8 de marzo, con 239 personas a bordo, se ha acrecentado en los últimos días, hasta el punto que los investigadores creen que los equipos de búsqueda se encuentran muy cerca del “lugar de reposo final” del aparato perdido.
Un avión australiano ha detectado este jueves una posible señal acústica subacuática de la caja negra del Boeing 777-200ER en la misma zona en la que han sido registrados pulsos electrónicos en el agua en los últimos días en varias ocasiones. Un avión P-3 Orion, que ha estado lanzando boyas de localización al mar cerca de donde fueron detectados sonidos anteriormente, ha registrado una “posible señal” que parece provenir de una fuente creada por el ser humano, según ha asegurado Angus Houston, responsable de la agencia de coordinación de las operaciones de búsqueda. Houston ha afirmado que a lo largo de la noche se realizará un análisis detallado del dato acústico para verificar su procedencia. Si es confirmado, se trataría de la quinta señal subacuática detectada en las labores de rastreo del MH370, que se esfumó de los radares civiles sobre el mar del sur de China menos de una hora después de despegar de Kuala Lumpur rumbo a Pekín.
Houston dijo ayer que los equipos del Ocean Shield escucharon dos sonidos bajo el agua el martes, y que el análisis de otros dos sonidos registrados en la zona el sábado mostró que son coherentes con los emitidos por las grabadoras de las voces de la tripulación y los datos de vuelo o cajas negras. “Soy optimista ahora de que encontraremos el avión, o lo que quede del avión, en un futuro no muy lejano”, dijo el director del Centro de Coordinación de la Agencia Conjunta (JACC, en sus siglas en inglés), informa Associated Press.
La marina australiana ha estado arrojando boyas desde los aviones cerca de donde el Ocean Shield identificó los sonidos. Cada boya lleva un hidrófono que cuelga 300 metros bajo la superficie del océano para intentar ubicar mejor los pulsos acústicos.
La repetición de señales ha permitido reducir el área de rastreo de los posibles restos del avión, que ha sido disminuida este jueves a 57.923 kilómetros cuadrados -equivalente al doble de la de Galicia-, frente a los 75.423 kilómetros cuadrados del miércoles o los 234.000 del lunes.
La superficie definida hoy es la más pequeña desde que comenzó la búsqueda del vuelo MH370 hace más de un mes. La decisión de reducir el área ha sido tomada después de que los barcos que patrullan el lugar hayan detectado en los últimos días varias señales electrónicas que se da casi por seguro que provienen del Boeing.
Un total de 10 aviones militares, cuatro civiles y 13 barcos han intensificado este jueves las pesquisas en esta región del Índico sur situada 2.280 kilómetros al noroeste de la ciudad australiana de Perth. Dentro de la zona, existe una sección de 1.300 kilómetros cuadrados en la que el buque australiano Ocean Shield está intentando volver a registrar los pulsos subacuáticos que detectó anteriormente. Mientras el Ocean Shield trabaja en la parte norte del área de búsqueda definida, el barco chino Haixun 01 y el británico MHS Echo lo hacen en el extremo sur.
El Ocean Shield continúa su peregrinaje por el mar arrastrando a baja velocidad un dispositivo localizador de los pulsos de las cajas negras con objeto de delimitar el área en la que pudo estrellarse el avión, y poder introducir así el submarino autónomo que transporta para inspeccionar el fondo del mar. Los equipos que peinan la zona por aire y mar avistaron el miércoles “un gran número de objetos” flotando en el mar, pero ninguno de los pocos que fueron recogidos parece pertenecer al MH370.
Las baterías de la caja negra tienen carga, en teoría, para 30 días –plazo que ya ha finalizado-, aunque los expertos creen que podrían durar 10 días más, y los equipos que participan en el rastreo trabajan con esta hipótesis. Después, la caja negra enmudecerá, lo que hará mucho más difícil, si no imposible, encontrar el avión.
Una vez que el Ocean Shield no pueda registrar más sonidos, será introducido en el mar el submarino autónomo Bluefin 21 para crear mediante sonar un mapa del fondo del océano, en el que se puedan identificar los restos del fuselaje. El Bluefin 21 tarda seis veces más que el hidrófono que arrastra el Ocean Shield en cubrir la misma área. Tardaría entre seis semanas y dos meses en escudriñar la superficie submarina. De ahí el interés de utilizar la detección acústica mientras se pueda.
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