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India comienza a votar en unas elecciones que amenazan el dominio de los Gandhi

El nacionalista hindú BJP es el favorito en unos comicios con 814 millones de electores

Celebración de las mayores elecciones del mundo en la India.Foto: reuters_live

Las mayores elecciones del mundo, y las más largas, han empezado este lunes en India con un claro favorito, Narendra Modi, gobernador del Estado de Gujarat y candidato del partido nacionalista hindú BJP (Partido Bharatiya Janata). Como siempre, las magnitudes son abrumadoras: 814 millones de electores convocados a votar en nueve fases, que concluirán el 12 de mayo. El recuento y los resultados serán el 16 de mayo. Los votantes elegirán a 543 miembros de la Cámara baja del Parlamento.

Las votaciones han comenzado sin incidentes en dos estados del noreste de la India, Assam y Tripura. Las encuestas pronostican una victoria de Modi frente al Partido del Congreso, de los Gandhi, acosado por varios escándalos de corrupción.

Los comicios en 10 datos

  • Unos 814 millones de indios están convocados a las urnas.
  • Unos 100 millones de electores se estrenan en unas elecciones generales (incluidos 23 millones de jóvenes de 18-19 años que no han votado nunca).
  • Se presentan 1.616 partidos nacionales o regionales.
  • Las votaciones se celebran en nueve fases durante cinco semanas y con 930.000 mesas electorales.
  • Por primera vez cabe la posibilidad de votar por ninguno de los partidos. Para eso, hay que elegir la opción "ninguno de los arriba mencionados".
  • Los electores varones son mayoría a nivel nacional con el 52,4% aunque las mujeres son mayoría en ocho regiones.
  • 28.314 electores que se declaran transexuales se han registrado de sexo "otro". Esa opción no existía en anteriores comicios.
  • 10 millones de personas (incluidos los miembros de las fuerzas de seguridad) trabajarán en el proceso electoral.
  • Los escaños a elegir son 653, uno por cada circunscripción electoral.
  • Uttar Pradesh es el estado con más votantes inscritos, 134 millones, y Sikkim, con menos (362.000).

"Estoy harto de los cortes de electricidad, de la pésima situación de las carreteras, de ver a los jóvenes sin trabajo. India no ha avanzado en los últimos años con el Partido del Congreso. Así que voy a votar por Modi, por el BJP . Lo hará toda mi familia y todo mi barrio”, expresaba en voz alta y enojada Brajash Singh, jubilado como administrativo en una universidad, mientras compraba tabaco en un puesto callejero en la ciudad de Benarés, al norte de India.

“Estamos hartos de la corrupción que hay en el Gobierno, así que vamos a sacarlos de ahí”, agregó el tendero, también con tono fuerte. Pero el siguiente cliente sacó a colación el contrapunto. “India no puede permitirse el lujo de elegir un líder que no es laico. Vivimos en una sociedad diversa. ¿Qué pasará con nuestros vecinos musulmanes cuando no se sientan representados?”, se preguntó este vecino de esta ciudad sagrada del hinduismo.

En menos de dos minutos esta conversación se había convertido en una acalorada discusión entre ocho personas.

Este es el ambiente electoral en Benarés, que se ha convertido en uno de los lugares clave para las mayores elecciones del mundo. Son necesarios 272 escaños para elegir al primer ministro y lo más probable es que se requiera una coalición de varios partidos para lograr la mayoría, como ha sucedido en los últimos 15 años.

“Si en la política en general no hay nada está escrito, en India las cosas son todavía más volátiles. Nadie sabe qué va a pasar: es un país donde cuentan muchos factores, como la casta, la clase social, la religión y la diferencia entre ciudades y áreas rurales. Además están los 100 millones de nuevos votantes”, asegura R. P. Pathak, director del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Hinduista de Benarés.

Sin embargo las encuestas apuntan a una probable derrota del Partido del Congreso, liderado por la familia Gandhi, que ha gobernado India durante 49 de sus 67 años de independencia.

Los motivos de esa derrota serían principalmente la desaceleración de la economía, que ha pasado de crecer de más del 8% al 5% en los últimos años, así como una serie de escándalos de corrupción que han golpeado al Gobierno.

Las encuestas y los analistas pronostican una posible victoria para una coalición liderada por el BJP, el partido nacionalista hindú, con Narendra Modi, que ha gobernado el Estado de Gujarat desde 2001 con buenos resultados económicos a la cabeza. A Modi se le ve como un hombre hecho a sí mismo, un líder con mano dura, característica que muchos consideran necesaria ahora en India después de verse unos años sin dirección, con un Partido del Congreso debilitado en la toma de decisiones por la presión de sus aliados.

Modi, no obstante, es el líder político más polémico de los últimos años: se le acusa de hacer poco para evitar batallas comunales que desencadenaron una matanza de musulmanes en la ciudad de Ahmedabad en 2002 aunque nunca ha sido condenado.

“El Gobierno se ha visto debilitado por la crisis económica mundial, pero también por los escándalos de corrupción que le afectan”, asegura Pathak. En los últimos años la gente de las grandes ciudades ha salido a manifestarse en masa contra esta lacra. Preocupa tanto que en las últimas elecciones locales de Nueva Delhi el gran ganador fue el AAP, Partido Aam Admi   que significa el partido del hombre común, una formación nueva que surgió como resultado del movimiento civil anticorrupción.

Algunos analistas creen que podría dar una sorpresa en las elecciones nacionales, aunque ha perdido un poco la credibilidad porque su líder, Arvind Kejriwal, dimitió tras solo dos meses como gobernador porque no se aceptó una propuesta de ley de crear un ombudsman fuerte contra la corrupción.

Tanto el fortalecido candidato del BJP, Modi, como el anticorrupción Kejriwal pelean por un escaño en Benarés. Una maniobra que la mayoría considera suicida para Kejriwal, como de “David contra Goliath” y algunos pocos de brillante: enfrentarse a Modi le puede dar no un triunfo al AAP pero sí una plataforma para convertirse en un partido nacional, según otros analistas.

Benarés, la ciudad del dios Shiva, es el lugar perfecto para apelar al voto hinduista y además es la capital cultural del Estado de Uttar Pradesh, que con 200 millones de habitantes y 80 escaños es el más poblado y decisivo en cualquier elección. El BJP ha ganado este escaño en Benarés desde 1991 con una única excepción en que triunfó el Partido del Congreso. Esta vez podría ser muy decisivo el voto musulmán, casi un 20% de la población, porque se cree que votarán en su inmensa mayoría por cualquier candidatura menos la de Modi. Aunque queda por ver si su voto no se dispersará entre un candidato musulmán, el AAP, o por el Congreso.

Los 100 millones de nuevos electores también son un misterio. Las castas o las clases han sido factores importantes para elegir partido, pero ahora existe un sector de la juventud más informada y politizada que está descontenta con los partidos de siempre.

Rahul Gandhi, hijo de la líder del Congreso, Sonia, y del primera ministro asesinado Rajiv, no ha sido nombrado oficialmente candidato, pero se da por sentado que sería primer ministro de ganar la coalición que lidera su partido. El gobernante Congreso ha echado mano de su fortaleza en iniciativas sociales a favor de los pobres para apelar a los votantes. Esta vez ha prometido sanidad universal y vivienda para todas las familias por debajo del umbral de la pobreza, así como pensiones para los ancianos y los discapacitados. En años anteriores comenzó un programa de trabajo en las zonas rurales y comidas a los niños para que asistan a la escuela. Falta ver si estas credenciales les servirán para desafiar las previsiones y conservar el Gobierno.

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