“Hemos pagado el precio del paro”
El presidente del Senado francés cree que no basta con el cambio de Gobierno y que se debe mantener la política económica explicándola mejor
Con los resultados de la derrota bien presentes, el presidente del Senado francés, el socialista Jean-Pierre Bel (Lavaur, Tarn, 1951), cree que no basta con un cambio de Gobierno, sino que es preciso que los ciudadanos entiendan la política que practica, que “ocuparse de las empresas es ocuparse de los franceses”. Este colaborador en la lucha antifranquista de los años setenta habla en Madrid poco antes de asistir al funeral de Adolfo Suárez.
Pregunta. ¿Qué análisis hace del hundimiento socialista en las municipales del domingo?
Respuesta. Hay un malestar evidente por la situación económica y social. En circunstancias como las actuales es muy difícil presentar un balance positivo al cabo de menos de dos años en el poder. Hay que aceptar que ha habido un rechazo hacia la política gubernamental, pero hay que ir más allá en el análisis.
P. ¿Hasta dónde?
R. Las elecciones intermedias, como las municipales, siempre son desfavorables al Gobierno, pero hay una carencia por nuestra parte: no hemos sabido explicar el sentido de la política del último año y medio.
P. Ha ido cambiando.
R. François Hollande siempre consideró que lo importante era llevar una política a largo plazo. La apuesta frente a una situación que en 2012 era más catastrófica de lo que se pensaba era demostrar que la izquierda es capaz de enderezar la situación económica. Y eso implica elecciones que muchas veces son dolorosas. Los franceses han entendido que se les exigían grandes esfuerzos, pero todavía hoy no han percibido los resultados de ello. Sin embargo, la política de Hollande no ha sido una política liberal. No han bajado los salarios ni las jubilaciones. La pregunta que contestaron los electores es ‘¿las políticas del Gobierno han permitido bajar el paro?’ Hasta hoy no ha habido resultados, y por lo tanto hemos tenido que pagar un precio alto.
P. ¿La derrota solo se debe al paro?
R. El desempleo es la causa más importante. Los electores no han tomado en cuenta otros elementos como el crecimiento del 0,2%, que no está lejos del 0,3% de Alemania.También puede haber habido un fallo en la forma de gobernar. Los franceses pueden aceptar esfuerzos, pero si quienes se los piden dan la sensación de no estar de acuerdo entre sí, el efecto puede ser catastrófico.
P. ¿Qué análisis hace del fuerte avance del Frente Nacional?
R. Desde hace 30 años, el FN siempre ha conseguido resultados importantes. En estas últimas elecciones ha logrado su mejor resultado, pero no una progresión considerable. No hay que olvidar que hubo una elección presidencial en la que el candidato del FN pasó a la segunda vuelta, por tanto no sé si se puede hablar de un fuerte avance. Lo que sí hay es un fuerte anclaje del FN en el territorio.
P. ¿La derecha ha dado respetabilidad al FN al adoptar parte de sus ideas?
R.Creo que ha habido un error del presidente [Sarkozy] y el Gobierno anteriores. Su uso de los lemas del FN ha contribuido a banalizarlos. Por ejemplo, fue un error insistir en el debate sobre la identidad nacional. Al banalizar los lemas del FN, se le ha dado respetabilidad.
P. ¿Es extensible esa crítica al socialista Manuel Valls?
R. No. Nada permite decir que Valls haya banalizado las ideas de la extrema derecha. Se pueden reprochar errores al partido socialista, pero no tenemos la misma visión. La derecha en estas elecciones consideró que había que poner al mismo nivel al FN y PS y no retiró sus listas donde había un duelo.
P. ¿Basta con cambiar el Gobierno o hay que cambiar las políticas?
R. El casting no basta. Lo importante es la política y que la entiendan los franceses. Eso no significa dar la espalda a todo lo que el presidente ha dicho hasta ahora, en particular que para reducir el paro hay que hacer que el país sea más atractivo para los inversores y que las empresas sean más competitivas. Hay que mantener esta línea, pero hay que explicarla mejor e imaginar un pacto social que permitirá sentir a los franceses, sobre todo a los que están en situación difícil, que también nos preocupamos por ellos. Ocuparse de las empresas es ocuparse de los franceses, pero hay que explicarlo mejor. Hay que ser coherente y tener una política de izquierda de hoy, no del siglo pasado. Se debe mantener la línea basada en un pacto de responsabilidad que suponga que las compañías recuperen sus márgenes y competitividad en un mundo globalizado.No es una política de derecha decir que las empresas francesas tienen que volver a ser atractivas.
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