Detenido en Alemania un exenfermero de Auschwitz
El sospechoso, exmiembro de las SS, está acusado de haber participado en la exterminación masiva de prisioneros en el campo
69 años después de la capitulación de la Wehrmacht que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, la justicia alemana sigue en su arduo trabajo de llevar ante un juez a los criminales nazis antes de que la ley natural les arrebate a los culpables. Este martes, la policía detuvo en el norte de Alemania a un antiguo presunto enfermero del campo de la muerte de Auschwitz, de 93 años.
El sospechoso, que vistió el uniforme de las SS entre los años 1940-1944, está acusado de haber participado en la exterminación masiva de prisioneros mientras trabajaba en el campo. Según informaciones de la fiscalía de Schwerin, los sabuesos investigan la llegada de ocho convoyes de prisioneros que arribaron al campo en 1944, procedentes de Eslovenia, Austria, Holanda, Francia y Lituania. En total, 1721 personas fueron enviadas directamente a su llegada a las cámaras de gas, tras haber sido declaradas ineptas para el trabajo.
Según el portavoz de la fiscalía de Schwerin, Stefan Urbanek, el acusado admitió haber trabajado en Auschwitz. “El dijo que no sabía cuál era la función del campo”, explicó el portavoz.
Después de ser sometido a un examen médico, el acusado fue declarado apto para ingresar a una cárcel y por su avanzada edad está bajo constante vigilancia médica. “A causa de la edad del acusado, queremos terminar lo más pronto posible con las investigaciones”, dijo Urbanek, quien evitó revelar el nombre del exenfermero.
El sumario abierto en contra del anciano forma parte de las investigaciones que se están llevando a cabo en todo el país sobre un grupo de unas treinta personas sospechosas de haber cometido crímenes de guerra y cuyos datos fueron entregados a diversas fiscalías alemanas por la Central para el Esclarecimiento de los Crímenes nazis, cuya sede está en la ciudad de Luisburgo.
Todas las personas que están siendo investigadas son mayores de 90 años y la Central, al igual que la justicia, tiene claro que algunas de ellas no podrán responder por los crímenes cometidos. Este fue el caso de tres ex guardas de Auschwitz que fueron detenidos el mes pasado en Baden Württenberg y que, a causa de su avanzada edad, fueron dejados en libertad.
Dos de ellos siguen bajo vigilancia policial, pero el tercero, un anciano de 94 años, recuperó su libertad y la fiscalía retiró todos los cargos a causa de su precario estado de salud. Otro acusado de 88 años fue dejado en libertad porque la justicia admitió que era menor de edad cuando se encontraba en el campo de la muerte.
El tercer acusado de 92 años, que se encontraba en un hospital, también fue dejado en libertad tras el pago de caución de 100.000 euros. El anciano tuvo que entregar su pasaporte a la policía y debe presentarse regularmente ante las autoridades.
Los tres ancianos habían sido acusados por la fiscalía de Stuttgart de haber participado en el exterminio de prisioneros en Auschwitz.
Más de 6,000 personas trabajaron en Auschwitz, donde cerca de 1,1 millón de judíos, gitanos, homosexuales y opositores políticos murieron en las cámaras de gas, de agotamiento o de enfermedad.
Durante más de 60 años, los tribunales alemanes solo juzgaban a acusados contra los que disponían de pruebas directas o de testimonios. Pero la condena del apátrida de origen ucraniano John Demjanjuk en Múnich en mayo de 2011 sentó un precedente jurídico de enorme importancia.
Demjanjuk fue condenado a 5 años de cárcel por su participación en el asesinato de 28.000 judíos. El tribunal consideró que era guardia en el campo de Sobibor, aunque nunca pudo probar su implicación directa en los crímenes
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