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Tribuna
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Europa rehén

La Unión no tiene los medios, ni económicos ni políticos, para ayudar suficientemente a Ucrania

Sami Naïr

Deberíamos analizar lo que está pasando en Ucrania con serenidad y no, aunque ello sea legítimo, bajo los efectos de la emoción. El problema ucranio es muy complejo: hace 20 años que este país se encuentra inmerso en las convulsiones del antiguo imperio soviético, con una clase política corrupta hasta la médula, un sistema económico y social desestructurado y una economía en quiebra. La Unión Europea le ofreció incorporarse de forma progresiva, fundamentalmente para poder ampliar su mercado, mejorar su posición estratégica en Centroeuropa y ampliar de forma progresiva la influencia de la OTAN frente a Rusia. La política de Víctor Yanukóvich, estúpida y salvajemente brutal, ha llevado al país a una guerra civil y a su derrocamiento por parte de la sociedad (una especie de primavera árabe).

Los proMaidan desean integrarse en la Unión Europea. Y esta les ha ayudado, con EE UU, incentivando la movilización. Lo que se demuestra ahora, es que la Unión Europea no tiene los medios, ni económicos ni políticos, para ayudar suficientemente a Ucrania. Además, los europeos no están de acuerdo en definir sanciones: la reunión del 6 de marzo en París no ha logrado nada respecto a la restricción de visados o de depósitos en los bancos. Ni Alemania ni Reino Unido quieren tocar las relaciones económicas. EE UU dice que va a vender más gas a Ucrania para que esta reduzca su dependencia de Rusia, de acuerdo, pero deberá también financiar la compra de este gas…

El Parlamento de Crimea ha pedido, bajo influencia rusa, su integración en Rusia. La lógica de secesión ha llegado a su término: después del referéndum, dentro de una semana, Crimea será una república en el seno de la Federación Rusa. Y un problema pendiente para décadas futuras.

Los medios de comunicación han hecho de Putin una suerte de Satán, porque los medios funcionan así: blanco-negro; bien-mal. Es un error. Este hombre no tiene importancia. En este conflicto, se trata de intereses estratégicos mucho más complejos y graves.

Ucrania salió de la órbita rusa con la condición de mantenerse neutral, puesto que era una de las principales bases de armamento nuclear del imperio soviético. Su incorporación a la zona de influencia occidental supuso reacciones inmediatas por parte de la Armada rusa en torno a su seguridad. ¿Por qué la Unión Europea no ha entablado, desde el principio, negociaciones tripartitas Ucrania-UE-Rusia con el fin de tener en cuenta los intereses cruzados de todos? La idea de que Ucrania tenía la posibilidad de elegir entre Rusia y Europa era moralmente admisible, pero no factible desde un punto de vista práctico. Al fin y al cabo, es Europa, desprovista de visión, quien es rehén de Ucrania y Rusia.

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Sobre la firma

Sami Naïr
Es politólogo, especialista en geopolítica y migraciones. Autor de varios libros en castellano: La inmigración explicada a mi hija (2000), El imperio frente a la diversidad (2005), Y vendrán. Las migraciones en tiempos hostiles (2006), Europa mestiza (2012), Refugiados (2016) y Acompañando a Simone de Beauvoir: Mujeres, hombres, igualdad (2019).

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