La actuación de la policía de São Paulo cuestiona su preparación
Vandalismo y violencia policial marcaron la primera protesta de 2014 contra la Copa Los agentes dispararon tres veces contra un joven que está en estado crítico
La primera protesta del año contra el Mundial en São Paulo se saldó con un manifestante de 22 años en estado crítico por dos heridas de bala, una en la clavícula y otra en los testículos. La policía disparó contra Fabrício Mendonça Chaves en el barrio Higienópolis, región central de São Paulo, lejos ya del foco más conflitivo de la protesta. Los agentes, según la versión de la Secretaría de Seguridad Pública, dispararon contra Chaves cuando, tras haber huído de los policías dos veces, intentó agredir a uno de ellos con un estilete.
El caso reaviva la cuestión de cómo la policía, con un histórico amplio y cotidiano de violencia, lidia con grandes concentraciones de personas. Una cuestión importante de cara, precisamente, al Mundial, que recibirá casi cuatro millones de turistas a partir de junio y que promete convertirse en escenario de más protestas multitudinarias.
El gobernador de São Paulo Geraldo Alckmin (PSDB), aunque no se refirió específicamente al caso del joven, defendió la actuación de la Policía Militar durante la protesta. Policía que ayer, en busca de vándalos que destrozaron agencias bancarias y mobiliario urbano y que quemaron un coche, entró en un hotel del centro de la ciudad y disparó balas de goma contra quienes estaban en el interior.
¿En serio que tres policías no consiguen reducir un muchacho con un estilete?
“Un estilete no mata un policía, la bala sí. El chico no tenía un arma de fuego. Estaba solo, ¿cuántos policías había? ¿Como mínimo tres? ¿En serio tres policías no consiguen reducir a un muchacho con un estilete? ¿Por qué la policía no usa armas de choque, en lugar de usar un arma de fuego?”, pregunta irritado un conocido de Chaves, funcionario público de 32 años, que acompañó la protesta.
“Ese muchacho al que dispararon es la crónica de una tragedia anunciada. La policía actua de manera exacerbada hace varios meses. Es una agresión innecesaria. No era algo que queríamos, pero ya esperábamos que algo más grave pudiese ocurrir”, afirma Carlos Weis, coordinador del Núcleo de Derechos Humanos de la Defensoria Pública de São Paulo.
“El control de multitudes no se hace nunca con armas. No discuto si el policía fue atacado o no, pero no debería haber personas armadas allí. El Estado debe tener más fuerza para controlar las cosas sin usar mucha violencia, precisamente para no usarla”, afirma el investigador en seguridad pública, y ex-secretario en Guarulhos (Grande São Paulo), Guaracy Mingardi.
La policía no tiene autonomía. Depende mucho del humor del gobernador
Oscar Vilhena Vieira, profesor de derecho constitucional en la Fundación Getúlio Vargas y doctor en derechos humanos, apunta tres razones principales que demuestran ese despreparo. La primera es política: “La policía no tiene autonomía. Depende mucho del humor del gobernador, a quien responde directamente. Si él manda reprimir, la represión aumenta. Si manda que se contengan, son conniventes”. La segunda es táctica: “La policía no tiene capacidad técnica para lidiar con lo que no conoce. Acaba usando armas pesadas para actuar contra algo cuando la acción no necesitaba ser tan dura. Los Black Bloc no son un bando tan organizado como lo es la policía. No puede permitirse que se llegue a ese punto de vandalismo”. Vieira, por último, destaca la falta de investigación: “La movilización de esos grupos se organiza por internet. Todos saben quiénes son. La policía tiene que detener a los que actúan de manera irregular y garantizar el derecho de manifestación legítimo de los demás. Si eso se hiciese, no habría tanto vandalismo ni tanta violencia policial”.
Hay quien está pensando en abandonar la idea de ir a los partidos de la Copa por el descontrol de las protestas, como es el caso del abogado de derecho procesal-penal Roberto Delmanto Junior. Tengo dudas sobre cómo será el Mundial aquí. He reservado las entradas y quiero cancelarlas por esas manifestaciones y ese embate de la policía. No quiero llevar mis hijos ahí con cócteles molotov o balas de goma”, dice. “Nuestra policía, desde mi punto de vista, no está preparada para el enfrentamiento de estos movimientos. Nosotros tenemos una policía militarizada, herencia de la dictadura militar. No está entrenada para dialogar, sino para reprimir”, continúa Delmanto. “Solo espero que nuestras policías tengan la habilidad de saber lidiar con eso, con esos criminales [en referencia a los que vandalizan en las manifestaciones]. Demanda mucha habilidad, mucha tranquilidad, pero también de una actitud rígida, aunque dentro dentro de la ley".
El ex-secretario de seguridad Guaracy Mingadi cree, sin embargo, que los agentes se contendrán durante la Copa y añade: “Nuestra policía, que es de por sí violenta, no está ni mejor ni peor preparada que la policía de Sudáfrica. Nuestro problema no son la Copa, ni los Juegos. El problema es el día a día: entrenar a la policía para prepararla para manifestaciones cotidianas".
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