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La muerte de un anciano que iba a ser deportado avergüenza a Reino Unido

El canadiense tenía 84 años, padecía alzhéimer y murió esposado en el hospital "Se ha perdido todo sentido de la humanidad", critican los inspectores en un informe

El interior del centro para inmigrantes de Colnbrook, en Londres.
El interior del centro para inmigrantes de Colnbrook, en Londres.reuters

Un informe del servicio de Inspección de Prisiones británico ha puesto de relieve el trato “inhumano” que reciben algunos de los inmigrantes sin papeles en el centro de detención de Harmondsworth, en el oeste de Londres, donde están recluidos a la espera de ser deportados. La inspección, realizada por sorpresa del 5 al 16 de agosto pasado, ha permitido desvelar la muerte “en las condiciones más indignas e inhumanas posibles” de un anciano canadiense de 84 años enfermo de alzhéimer que falleció esposado al poco de llegar al hospital.

Los médicos que le atendieron describieron al anciano como un hombre “frágil, de 84 años, enfermo de alzhéimer, demente, no apto para ser detenido o deportado; requiere asistencia social”. Sin embargo, falleció en el propio hospital después de haber estado al menos cinco horas esposado.

El fallecido se llamaba Alois Dvorzac y llegó a Londres el 23 de enero de 2013 pero le fue denegada la entrada en el país y fue ingresado en un hospital debido a su mal estado de salud. Tras ser dado de alta fue trasladado a Harmondsworth como paso previo a ser expulsado, pero el 30 de enero un médico le consideró no apto para volar. El 6 de febrero hubo un segundo intento de deportación, impedido también por un médico. El día 8 fue llevado esposado al hospital y de nuevo, también esposado, el 10 de febrero, día en el que falleció.

Pero no se trata de un drama aislado. El informe de los inspectores condena lo que define como “casos estremecedores en los que se ha perdido todo sentido de la humanidad”. Y cita también el ejemplo de otro sin papeles que fue trasladado esposado al hospital a pesar de que había sufrido un derrame cerebral y el de otro hombre que siguió esposado mientras estaba sedado para que los médicos le practicaran una angioplastia. Estaba tan mal que falleció. Le habían quitado las esposas solo siete horas antes de morir.

“¿Acaso las autoridades responsables de Harmondsworth han olvidado los principios básicos de humanidad y decencia que merece cualquier persona bajo su custodia?”, se ha preguntado Juliet Lyon, del Prison Reform Trust, una organización benéfica creada en 1981 y que trabaja “para crear un sistema penal justo, humano y efectivo”. La portavoz laborista de Interior, Yvette Cooper, ha declarado: “Este estremecedor informe revela incidentes inhumanos”.

La empresa privada encargada de gestionar el centro, GEO Group, ha negado que los detenidos sean esposados de forma sistemática y asegura que “solo en los casos en los que está documentado que hay un riesgo de fuga se pueden utilizar las esposas, teniendo siempre en cuenta una serie de factores, entre ellos, la edad”.

Sin embargo, el viceministro de Inmigración, Mark Harper, ha admitido que mantener esposado a una persona que sufre demencia es “completamente injustificado y no se puede volver a repetir”. Pero no parece haber lamentado que Reino Unido acepte deportar a una persona en ese estado. Aunque al primer ministro David Cameron le gusta presumir de lo que denomina “conservadurismo misericordioso”, la misericordia no tiene demasiado margen en la política de deportación de los sin papeles.

El mes pasado, por ejemplo, fue enviado a Nigeria un demandante de asilo de 45 años, Isa Muazu, que llevaba tres meses en huelga de hambre en protesta por su deportación. Aunque los médicos cuestionaban su salud mental, el Gobierno consumó la deportación para que su caso no se convirtiera “en un peligroso precedente”. Según el informe de la Inspección de Prisiones, ha habido casi 100 casos de huelga de hambre en seis meses en ese centro, que es descrito como abarrotado, sucio e inhóspito.

No son buenos tiempos para los inmigrantes en Reino Unido. A los ilegales se les hace la vida imposible para forzarles a marchar y a los legales se les hace ver cada vez con más claridad que ya no son bienvenidos. Aunque sean de la Unión Europea.

Esa posición contra la inmigración le está dando muy buenos resultados al UKIP (siglas en inglés del Partido por la Independencia de Reino Unido); pero menos éxito tiene el Partido Conservador, que está adoptando las políticas del UKIP para evitar una fuga de votos hacia esa formación populista. Un sondeo de YouGov para el diario The Sun publicado este jueves pronostica que el UKIP, con el 26% de los votos, relegaría a los conservadores (23%) al tercer puesto en las elecciones europeas del próximo 22 de mayo. Los laboristas las ganarían con el 32% de los votos. Y los liberales-demócratas (9%) podrían desaparecer del Parlamento Europeo.

Los analistas de YouGov creen que si se mantienen las actuales tendencias el UKIP podría incluso superar a los laboristas y ganar las europeas, dejando a los conservadores por debajo del 20% de los votos. Pero, a pesar de su actual fortaleza, el UKIP sigue siendo un partido protesta y caería al 12% en las generales de 2015.

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