Renzi propone un amplio plan de reformas en Italia
El nuevo líder progresista escribe a los demás partidos para forjar un consenso
Matteo Renzi no pierde el tiempo. En el primer día laboral de 2014, el flamante secretario del Partido Democrático (PD) —formación mayoritaria en el Gobierno de coalición italiano— escribió a los líderes de las otras fuerzas representadas en el Parlamento para impulsar un gran acuerdo sobre un amplio abanico de reformas institucionales.
“El mandato de las primarias [del PD] del 8 de diciembre es fuerte y no acepta titubeos: para que vuelva un poco de esperanza en el futuro de Italia, se precisan enseguida una ley electoral seria, una reforma de la política que recorte sus costes por mil millones de euros y medidas inmediatas para el empleo”, escribió Renzi, quien ganó el liderazgo del PD con un 68% de los tres millones de votos emitidos.
La carta coloca a los representantes de la oposición ante sus responsabilidades, guiados desde fuera del hemiciclo por Beppe Grillo (Movimiento 5 Estrellas) y por Silvio Berlusconi (Forza Italia). A la vez, apremia a los socios de centro y de derechas en el Ejecutivo y pone tareas a su propio partido, sobre todo al presidente del Consejo de Ministros, Enrico Letta. El mensaje, mediático y político, es que corre prisa. Y el único que puede pisar el acelerador no tiene la menor intención de mirar al otro lado.
Los buenos propósitos de Renzi para el año nuevo se abren con el tema más delicado para los políticos italianos: la ley electoral. Renzi pide con urgencia un “sistema mayoritario, que garantice estabilidad y alternancia y que aleje el peligro de nuevas grandes coaliciones” entre derechas e izquierdas con tal de dar un Ejecutivo a la nación.
A principios de diciembre el Constitucional consideró ilegítimo el modelo diseñado en 2005 por el entonces ministro de la Liga Norte Roberto Calderoli y apodado “el porcellum” (“la cerdada”) por su mismo autor. Los jueces cuestionaron dos aspectos de la ley: el premio de mayoría —que otorga a la coalición más votada un cupo adicional hasta llegar al 55% de los escaños— y las listas cerradas, es decir, impuestas por la cúpula de cada partido, que impiden al ciudadano expresar su preferencia hacia uno u otro candidato. Los italianos eligieron tres veces el Parlamento con el porcellum. Por la sentencia y por sentido común es impensable que se haga una cuarta. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, volvió a repetirlo en su discurso del 31 de diciembre, cuando advirtió que no va a convocar los comicios mientras el Parlamento no acometa la reforma electoral.
Renzi, que no tiene escaño, percibe la urgencia de la situación y espolea a diputados y senadores: “Si existe una verdadera voluntad, el tema se puede zanjar en un mes. Ya no queda tiempo para más pasos en falso”. El líder del partido más representado en las Cámaras espera “sugerencias, estímulos” de parte de todas las fuerzas: “[Al ser el partido mayoritario] Podríamos imponer nuestra idea —escribió en la carta que colgó en su web—. Pero con tal de ofrecer una demostración de seriedad, el PD renuncia a presentar una propuesta única”.
Renzi propone tres opciones: una se inspira a la ley electoral española; la segunda contempla un regreso al sistema mayoritario vigente antes de 2005; la tercera diseñaría un sistema con dos rondas de voto.
Pero el nuevo líder progresista urge también reformas institucionales como la transformación del Senado en cámara de representación regional y un rediseño de la distribución de competencias entre Estado y regiones con una lógica centralizadora. Ambas instancias requieren modificar la Constitución, por eso es necesario un amplio consenso. “Sin el PD las reformas no se pueden llevar a cabo, pero solo el PD no basta. Las reformas no se realizan en solitario, como está de moda hoy sacarse las fotos con el móvil. La reforma selfie no existe”.
Las reacciones a su carta no se hicieron esperar. Silvio Berlusconi, que guía desde fuera del Parlamento la renacida Forza Italia, agradeció el método y los modelos de sistema electoral sobre los cuales el adversario propone debatir. Pero sobre todo valoró su premura, ya que insiste en convocar las generales en mayo, el mismo día de las elecciones europeas. El Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, en cambio, respondió con duras críticas.
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