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La Gran coalición regresa a Berlín

La historia alemana recuerda como positivos los dos anteriores Gobiernos formados por grandes coaliciones

Cuando Alemania quedó confronta por segunda vez en su historia de postguerra a ser gobernada por un gobierno de gran coalición en septiembre de 2005, el influyente periódico conservador, Frankfurter Allgemeine Zeitung, publicó en vísperas de los comicios un editorial destinado a influir en el voto de los electores. "La gran coalición está condenada al fracaso, porque los demócratas cristianos son el motor y los socialdemócratas el freno", anotó el rotativo. El resultado de las urnas no dejó otra opción y después de una agotadora partida de póker, los líderes que negociaron la formación del nuevo gobierno lograron presentar ante la prensa un documento de 194 páginas que llevaba por título "Unidos por Alemania, con coraje y humanidad".

No fue todo. La nueva coalición que estaba por nacer fue calificada como una alianza de "mentirosos y ladrones" por el poderoso periódico BILD. La CDU y el SPD habían rechazado la posibilidad de aumentar los impuestos durante la campaña, pero la realidad económica les convenció de aumentar el IVA de un 16 a un 19% a partir de 2007 y de introducir el llamado "impuesto para los ricos".

A pesar del mal comienzo para una alianza que debía acabar con la parálisis económica que amenazaba al país, combatir el paro e impulsar nuevas reformas, el balance final de los cuatro años de gobierno no disgustó a nadie en el país, con la excepción lógica de los partidos de oposición.

Al final de la legislatura, la canciller utilizo la palabra orgullo, para referise al trabajo realizado por la alianza, mientras que el vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier,sentenció: . "Las instituciones políticas se han fortalecido con la crisis", admitió, al calificar como un "éxito conjunto de todos los involucrados", los esfuerzos realizados para combatir la crisis.

El balance final del segundo gobierno de gran coalición arroja un resultado fue valorado por el 57% de la población con derecho a voto como "bueno", según una encuesta realizada por la Oficina Federal de Estadísticas, una valoración que compartieron, incluso, la mayoría de los comentaristas políticos. Pero cuando los expertos analizaron el comportamiento del gobierno para hacer frente a la crisis económica y financiera, todos coincidieron en que el país había tenido suerte de estar gobernado por la gran coalición.

Después de prometer al país que los ahorros no corrían peligro, el gobierno logro impulsar en menos de una semana un paquete de rescate para la banca, aprobó un fondo de garantía para la industria, puso en marcha dos paquetes para reactivar la economía y creó un fondo dotado con 5000 millones de euros que recibió el nombre de "prima al desgüace" que generó un boom de ventas de coches pequeños y económicos.

Los dos primeros años de la gran coalición, en cambio estuvieron marcados por los planes del gobierno de reducir el paro y consolidar las finanzas públicas. En menos de dos años, el paro se redujo en 1,5 millones de personas pero los demonios que nacieron en Wall Street acabaron con la buena marcha de la economía y con la meta del ministro de finanzas de contar con un presupuesto equilibrado en 2011.

Aunque la gran coalición no fue un matrimonio de amor, la convivencia de cuatro años logró el milagro de despertar entre la canciller Merkel y su ministro de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier, un mutuo respeto que se prolongó incluso durante la campaña electoral, que perdió el socialdemócrata.

La historia alemana también recuerda como positiva el primer gran gobierno de gran coalición que llegó al poder el 1 de diciembre de 1966 con Kurt Kiessinger, un ex militante del partido nazi como canciller y Willy Brandt, un hombre que arriesgó su vida combatiendo la tiranía nazi, como Ministro de Asuntos Exteriores y Vice canciller.

El primer gobierno de gran coalición en Alemania generó temor entre la población e infinidad de críticas entre los intelectuales de izquierda., entre ellos Günter Grass, que creían que el desmesurado poder que tenían la CDU y el SPD crearía un sistema corrupto y totalitario. Pro la gran alianza política llevo viento fresco y nuevas ideas a la república y dio comienzo a la transición de la era Adenauer a la primera alianza socialdemócrata-liberal.

Más importante aún, el programa económico que diseñaron el socialdemócrata Karl Schiller, como ministro de Economía, y el bávaro Franz Joseph Strauss, como ministro de Finanzas, tuvo éxito en acabar con la crisis económica que imperaba en el país. Los dos ministros dieron vida a la llamada Konzertierte Aktion (Acción concertada) un gremio integrado por representantes de los sindicatos, de la patronal, de los ministerios de Economia y Finanzas y del Bundesbank. El gremio se reunía cada tres meses para analizar el desarrollo de la coyuntura y, en base a los nuevos datos, buscaban acuerdos salariales racionales y que no pusieran en peligro las medidas que impulsaba el gobierno.

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