Tres expresidentes de Ucrania alertan sobre el agravamiento de la crisis política

La capital de Ucrania vivió el miércoles un compás de espera tenso e inestable en la pugna entre las autoridades, por una parte, y la oposición que, apoyándose en los miles de manifestantes que permanecen en las calles de Kiev, pide la dimisión del Gobierno y del presidente. Los tres partidos de la oposición parlamentaria, que fracasaron el martes 3 en su intento de cesar al Gobierno, trataban de incrementar su masa crítica, exhortando a sus partidarios a acudir a la capital y ampliando el campamento en la plaza de la Independencia con nuevas tiendas. “La crisis sigue profundizándose y vemos el riesgo de pérdida de control sobre la situación”, dijeron los tres expresidentes que precedieron a Víctor Yanukóvich en un comunicado en el que exhortan a evitar la violencia.

Haciendo de la necesidad virtud, Arseni Yatseniuk, uno de los tres líderes de la oposición, dio un plazo de dos días al presidente Yanukóvich para que cese al gabinete que dirige Mikola Azárov y convoque elecciones anticipadas. De lo contrario, Yatseniuk amenazó con intensificar el bloqueo a todas las instituciones oficiales. Dos días es lo que tardará en regresar al país el presidente Yanukóvich, que se encontraba en China, donde realizaba una visita turística para ver el ejército de terracota, mientras Azárov, en Kiev, reiteraba los argumentos de las autoridades a los primeros políticos que llegaban para la cumbre de ministros de Exteriores de la OSCE que se celebra el jueves y el viernes.

Oposición y Gobierno se acusaban de perpetrar una provocación y con, gusto siniestro, adelantaban la posibilidad de que un “cadáver”, por ahora solo hipotético, inclinara la balanza de uno u otro lado. Según estas acusaciones, el Ejecutivo utilizaría el “cadáver” para justificar una nueva disolución violenta de los mítines y la oposición, para incrementar los ánimos de protesta.

“El partido de las Regiones prepara una provocación, que puede ser o bien el cadáver de un activista o bien el cadáver de un policía y sobre esta base [quiere] empezar de hecho una matanza”, dijo Yatseniuk señalando hacia el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Andrei Kliuyev. Antes, el diputado de Regiones Vladimir Oléinik dijo que “se debate la posibilidad del asesinato de alguien en la plaza o bien echar un cadáver”. “Los líderes de la oposición consideran que los mítines masivos se calman y que hay que agravar la situación en Ucrania y comprenden que los ucranianos son muy sensibles a actuaciones como palizas, sangre y asesinatos”, señaló. Ni unos ni otros daban las fuentes de sus incriminaciones.

Al “cadáver” la oposición lo busca en una lista de “cerca de diez personas” que se fueron a Kiev a participar en las manifestaciones y son reclamados por sus familias porque “han desaparecido y no informan de su paradero”. Yatseniuk exigió de la Fiscalía que compruebe si esas personas desaparecidas están en las clínicas o en los depósitos de cadáveres.

En un comunicado conjunto, los expresidentes Leonid Kravchuk, Leonid Kuchma y Víctor Yúshenko exhortaron a las autoridades a no usar la fuerza contra los ciudadanos pacíficos y a valorar adecuadamente la situación en el país. “Expresamos nuestra solidaridad con las acciones cívicas pacíficas de centenares de miles de jóvenes ucranianos”, señalaron, para calificar de “intolerable” la práctica de resolver cuestiones estratégicas del desarrollo de Ucrania sin debate público y sin base racional. Los exlíderes advirtieron contra el radicalismo en la calle, acusaron al Gobierno de no haber explicado adecuadamente el tratado de Asociación con la UE y propusieron una “mesa redonda” para encontrar una vía de salida.