La historia de nueve cadáveres que aún no están muertos
Un peritaje externo sacará de dudas a los familiares del ‘caso Heavens’ que se niegan a recoger y dar por auténticos los restos de sus víctimas
Los cadáveres de nueve de las 13 víctimas del ‘caso Heavens’, el secuestro y asesinato de un grupo de jóvenes una mañana de mayo a la salida de un after-hours de México DF, llevan dos meses en la morgue sin que sus familiares se avengan a recogerlos y a dar por auténticos sus restos. No confían en las autoridades mexicanas y solo se llevarán los cuerpos si peritos independientes los analizan y les confirman que son de los suyos. Hoy, la Fiscalía del DF ha comunicado que está dispuesta a colaborar con este nuevo estudio, y las familias prevén que dentro de la primera quincena de diciembre llegue un equipo de forenses argentinas a realizar ese trabajo.
Los restos de los 13 jóvenes fueron hallados el 22 de agosto en una fosa común de un bosque a las afueras de México DF. De acuerdo con la hipótesis de la Fiscalía, aún por confirmar, su asesinato se debió a un conflicto entre bandas de narcomenudeo de la capital. Hasta el momento, solo tres familias han recogido y sepultado los cuerpos de sus víctimas. Las demás siguen esperando a que los forenses extranjeros les confirmen que son ellos.
La semana pasada, amigos de las víctimas organizaron un torneo de fútbol amistoso para recordarlas. En las gradas del campo deportivo estaban algunas de las madres de los jóvenes del ‘caso Heavens’. Eran las dos de la tarde, hacía sol y estaban mirando los partidos a resguardo de unas sombrillas.
María Victoria Barranco, madre de Alan Omar Atiencia, una de las víctimas, dijo que siente que su hijo está vivo. Según ella, cuando una persona fallece, su espíritu se despide de los suyos “como sea”, con alguna señal, y de momento la señora Barranco no ha sentido nada de eso.
La madre de Atiencia dijo que seguía muy afectada por lo de su hijo, pero que no ha dejado de trabajar. “Como le digo a Juanito, el show continúa”. Juanito, veinteañero, es su hijo pequeño. María Victoria Barranco contó que el joven lo está pasando mal, y que hace unas semanas tuvo una gripe y la fiebre le subió más de lo acostumbrado. “El doctor nos dijo que eso era porque estaba sacando todo su estrés”, explicó ella. La señora Barranco afirmó que si el peritaje externo identifica a su hijo, se resignará a darle sepultura.
Un factor que ha dificultado que las madres se convenzan de que son sus hijos es el mal estado de los cuerpos, que según las autoridades quedaron irreconocibles por los daños que les causaron los asesinos y por los cuatro meses que estuvieron enterrados en la fosa clandestina. El mismo día del torneo de fútbol, Josefina García, la madre de la víctima Said Sánchez, contó lo siguiente: “No tenemos certeza de que sean ellos o no. Me enseñan fotos de puros huesitos”. Y Leticia Ponce, la madre de Jerzy Ortiz, el más joven de las víctimas, 16 años, dijo: “No sé si esté vivo o esté muerto, pero lo que a mí me enseñaron sé que no es”. La señora Ponce también aseguró que si los peritos extranjeros identifican los cuerpos, ella recogerá y enterrará a su hijo. Mientras tanto mantiene su esperanza en recuperarlo, y continuamente se acuerda de él, sobre todo cuando hace de comer. “Porque él es tragón”, dice Ponce.
Aparte del peritaje definitivo de los cuerpos, el ‘caso Heavens’, un hecho criminal de un calibre inusitado en México DF, queda pendiente de que se aclare el motivo de la matanza. La Fiscalía, en base a testimonios de arrestados, sostiene que la muerte de los 13 jóvenes fue una venganza por el asesinato de un joven dos días antes en otra discoteca. El tamaño de la revancha, por su desproporción, hace desconfiar de esta hipótesis. Otro punto que contribuye a acentuar las incógnitas sobre la razón que hay detrás de la masacre es la participación en el operativo de tres policías locales.
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