EEUU trasladará armas químicas de Panamá a Nuevo México
Los peligrosos pertrechos serán sepultados en el desierto de ese estado del sur, después de que una misión del Pentágono verifique su fragilidad
Estados Unidos prometió a Panamá que un peligroso cargamento de armas químicas que tropas estadounidenses abandonaron desde la Segunda Guerra Mundial en una pequeña isla panameña en el litoral Pacífico, será trasladado al estado de Nuevo México y sepultado en depósitos en el desierto de esa zona del sur estadounidense.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá informó que el Departamento de Defensa (Pentágono) enviará “un equipo técnico de seis expertos”, en una fecha a definir, para que revise la “fragilidad de las armas químicas”, que quedaron como desechos en San José, pequeña isla panameña del Océano Pacífico ubicada a poco más de 80 kilómetros al sur de tierra continental.El objetivo es “moverlas y trasladarlas, vía transporte marítimo, hacia el desierto de Nuevo México, donde serán sepultadas”, informó el ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Fernando Núñez Fábrega, a la prensa internacional acreditada en la capital panameña.
Peligrosos basureros con toneladas de bombas y municiones de armas químicas—gas mostaza y agentes nerviosos, asfixiantes y venenosos—y convencionales usadas por el ejército de Estados Unidos en experimentos bélicos durante el siglo XX, ya fuera en la Segunda Guerra Mundial (1939—1945) para alistar la invasión a Japón o en la guerra de Vietnam (1964-1975), fueron abandonados por tropas estadounidenses en la isla, aunque también en áreas militares aledañas al Canal de Panamá que sirvieron como polígonos de tiro.
Los depósitos y botaderos son parte del legado de Estados Unidos al finalizar en 1999 su presencia militar en Panamá, que se inició en 1903 y durante la que utilizó a San José como plataforma de experimentos militares con armas químicas, con apoyo de los ejércitos de Canadá y Reino Unido de 1943 a 1947, y a las riberas del Canal como campos de tiro.
Panamá ha confirmado que los ejércitos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá dejaron caer toneladas de armas químicas en la isla de San José, en maniobras para anticipar su uso en la invasión a Japón al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).En un informe entregado recientemente a EL PAÍS, el panameño Tomás Cabal, director general de Análisis Antiterrorista de la cancillería panameña, precisó que “aparentemente” en la isla hay seis bombas sin detonar que pueden contener gas mostaza y fosgeno y que uno de los artefactos es de 500 libras y las demás son de mil y 2.000 libras. El peligro, según Cabal, es que aunque los químicos se pueden haber debilitado, las bombas también tienen explosivos convencionales que podrían estar activos.
Aunque sin fijar una fecha del inicio de los trabajos, la promesa estadounidense fue planteada por el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, al canciller Núñez en una entrevista en Washington el pasado 13 de noviembre. “El proceso de limpieza de la isla es costoso, gasto que será asumido por el Gobierno estadounidense y realizado lo más pronto posible de acuerdo a lo pactado”, informó el jefe de la diplomacia panameña, al subrayar que "de esta forma Panamá quedará libre de bombas sin detonar en la isla de San José y esta recobrará su valor turístico”.
La cancillería panameña informó que la meta de Panamá es lograr salir de la lista de la Organización de las Naciones Unidas para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), sobre armas no detonadas. Panamá prevé que la limpieza será en 2014. El fosgeno, componente químico industrial para producir plásticos y pesticidas, fue usado como arma química en la Primera Guerra Mundial como un agente asfixiante y venenoso, al atacar el sistema pulmonar. De las armas químicas usadas en ese conflicto, el fosgeno causó el mayor número de muertos. El diferendo sobre la limpieza de San José, de 44 kilómetros cuadrados y la segunda isla más grande del archipiélago de Las Perlas, se remonta a más de 66 años y quedó pendiente de solución bilateral en 1999, cuando el Canal y regiones adjuntas fueron entregados por Washington a Panamá.
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