La izquierda mexicana exprime al Gobierno para apoyar la reforma fiscal
La salida airada de los conservadores del debate impositivo permite al PRD forzar una negociación in extremis con el Ejecutivo de Peña Nieto
El PRD, la mayor organización de izquierda de México, logró anotarse el último tanto de la reforma fiscal en el tiempo de descuento, cuando ya nadie lo esperaba. Los perredistas forzaron este miércoles una negociación in extremis con el Gobierno de Enrique Peña Nieto para sacar adelante las últimas medidas del texto, que ya había sido avalado en lo general por el Senado en la noche del martes con los votos del PRI y de parte del PRD. Los cambios, que se debatían en la madrugada de este jueves en la Cámara Alta, reducirán las expectativas de ingresos que el presidente Enrique Peña Nieto, que pretendía sacar con la reforma unos 230.000 millones de pesos (17.830 millones de dólares).
El abandono del Partido de Acción Nacional (PAN) -conservador-, que salió de toda negociación y del salón de Plenos en la madrugada del miércoles al ver que sus propuestas no prosperaban en lo más mínimo, obligó a suspender el pleno y dio alas a la izquierda para aprovechar al máximo su situación de poder a la hora de otorgar apoyos. El propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se vio obligado a acudir al Senado para tratar directamente con los senadores perredistas los términos de su aval.
El senador del PRD Armando Ríos Píter explicó, en entrevista telefónica, que uno de los cambios conseguidos es la eliminación de uno de los tramos del aumento del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Hasta ahora el incremento afectaba a aquellos que ingresaran más de 500.000 pesos al año (unos 39.000 dólares), pero la izquierda ha conseguido que el aumento del gravamen solo afecte a quienes ganan más de 750.000 pesos al año (unos 58.000 dólares). "Se cuida de manera particular a un sector de la población que no tiene ingresos de clase alta, sino que se trata de clases medias pujantes como profesores universitarios o pequeños y medianos empresarios", dice el senador.
La izquierda también logró una de sus banderas durante toda la negociación previa a la votación en el Senado: aumentar el nuevo impuesto a la comida basura -con alto contenido calórico- de un 5% a un 8%. Pese a los réditos de última hora, sólo 11 de los 22 senadores perredistas acudieron a la reanudación del pleno la tarde del miércoles, ya que muchos siguen mostrando su desacuerdo con la reforma. El grupo de senadores que la apoyan sostienen que su aval responde al carácter social del texto, que persigue aumentar la recaudación para, entre otras cosas, establecer la pensión universal para mayores del 65 años y el seguro de desempleo.
La izquierda ha logrado que el aumento del gravamen solo afecte a quienes ganan más de 750.000 pesos al año (unos 58.000 dólares)
El paso de la reforma por el Senado ha sido mucho más complicado de lo esperado. A su lado, la negociación en la Cámara de Diputados fue un día de campo en el que el PRD al completo dio su apoyo al PRI a cambio de tocar algunos detalles. La reforma saldrá este jueves del Senado más mermada de lo que llegó y ya se la espera en la Cámara de Diputados para refrendar los cambios. El jueves es la fecha límite para aprobar la Ley de Ingresos de 2014, que variará en función del texto fiscal definitivo.
Con los tiempos ya casi agotados, los problemas con el PAN tendrán que solucionarse más adelante. La reforma fiscal ha ocasionado un inesperado desgaste en el interior del Pacto por México, la ambiciosa agenda de reformas suscrita por el PRI y los dos principales partidos de la oposición -PAN y PRD. Una ruptura de los conservadores podría acabar con la estrategia del Gobierno y complicar la aprobación de las reformas política y energética, que ya están sobre la mesa.
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