El secuestro más extraño de Beirut
Un grupo desconocido hasta ahora proclama la autoría y exige que regresen los libaneses chiíes secuestrados en Siria en 2012
Un grupo chií hasta ahora desconocido reivindicó ayer el secuestro, de madrugada y a punta de pistola, de un piloto y un copiloto de la compañía Turkish Airlines cuando se dirigían desde el aeropuerto Rafic Hariri a su hotel en Beirut. En un comunicado remitido a las autoridades turcas, los presuntos secuestradores especificaron que se trataba de una represalia por la desaparición, hace un año en Azaz, en la provincia siria de Alepo, de una docena de peregrinos libaneses chiíes tras cruzar la frontera con Turquía.
“Anunciamos que el capitán turco y su asistente son nuestros invitados hasta que nuestros hermanos (…) sean liberados”, advierte el comunicado del grupo denominado Zouar Imam Rida (Seguidores del Imán Rida, en árabe), citado por el diario turco Hürriyet.
Dos coches cortaron el paso al minibús que llevaba a la tripulación
El secuestro se produjo en la madrugada de ayer, tras la llegada a Beirut del primer vuelo de Turkish Airlines, la mayor aerolínea turca, desde Estambul. Dos coches cortaron el paso en la carretera del aeropuerto (al sur de Beirut) al minibús que llevaba a la tripulación rumbo a un hotel en la capital. Ocho hombres armados bajaron de los vehículos y obligaron a salir al piloto Murat Aktumer y el copiloto Murat Agca. Los otros cuatro empleados que viajaban junto a ellos no fueron retenidos y fueron evacuados ayer por la mañana, según ha informado la Agencia Nacional de Noticias libanesa (NNA).
El ministro del Interior, Marwan Charbel, insistió en que el incidente está siendo investigado. “El propósito real [del secuestro] aún se desconoce”, apuntó, “no hemos oído hablar de los autodenominados Zouar Imam Rida”. El conductor del minibús, perteneciente a una de las familias chiíes reconocidas en Líbano por llevar a cabo otras operaciones similares, ha sido interrogado por las fuerzas de seguridad a cargo de la investigación.
En mayo de 2012, una docena de chiíes fueron secuestrados por rebeldes sirios en la localidad de Azaz, a pocos kilómetros de la frontera con Turquía, cuando regresaban de un peregrinaje por varios lugares santos en Irán. Tras más de un año de negociaciones y contactos frustrados con el Gobierno turco y la oposición siria para lograr la liberación del grupo, solo dos de los peregrinos han regresado a Líbano. Los familiares de los desaparecidos han protagonizado desde entonces varias manifestaciones frente a la Embajada turca en Beirut como protesta contra el apoyo del Ejecutivo del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, a los alzados contra el régimen de Bachar el Asad.
“Si este secuestro [el de los pilotos turcos] está relacionado con el asunto de los libaneses secuestrados en Siria, lo apoyamos y pedimos a todos los partidos que hagan lo mismo”, declaró a la NNA el clérigo Abbas Zougheib, designado por el Consejo Supremo Chií de Líbano para el caso de Azaz. En la misma línea se ha pronunciado un portavoz de los familiares citado por la misma agencia: “Damos las gracias a este grupo [Seguidores del Imán Rida] y deseamos que traten bien a los secuestrados de acuerdo a la religión y a la ética”.
El incidente genera malestar diplomático con Ankara
Pese a que ambos países implicados, Líbano y Turquía, han establecido contactos al más alto nivel para seguir el caso, según comunicó el presidente turco, Abdulá Gül, el incidente ha provocado cierto malestar diplomático. El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, pidió a sus ciudadanos que no viajen a Líbano si no es totalmente necesario y ha exhortado a quienes se encuentren en el país a que regresen. Ayer por la tarde, el vuelo 824 de Turkish Airlines dio media vuelta tras aterrizar en el aeropuerto de Beirut con 154 pasajeros.
No es la primera vez que ocurre algo parecido. Dos ciudadanos turcos fueron secuestrados en agosto y septiembre del 2012 precisamente como venganza tras el suceso de Azaz. La coalición política libanesa 14 de Marzo, liderada por el suní Movimiento del Futuro del ex primer ministro Saad Hariri, criticó duramente la acción llevada a cabo por un grupo chií. “Este incidente tiene el único objetivo de acabar con la credibilidad que le quedaba al Estado libanés a la hora de preservar la seguridad en Líbano y los lazos con los países árabes y occidentales”, apunta el comunicado de la Secretaría General de la coalición.
Tanto Nayib Mikati, primer ministro en funciones tras la dimisión en bloque del Gobierno en marzo, como Tamam Salam, primer ministro designado para formar un nuevo Ejecutivo, condenaron el secuestro. “Estamos haciendo todo lo posible para asegurar la liberación”, apuntó Mikati.
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