Los Hermanos Musulmanes acusan a EEUU de ser cómplice del golpe en Egipto
Miles de islamistas vuelven a las calles del país en una jornada de manifestaciones Obama enviará la semana que viene a dos legisladores republicanos para que medien
Mientras los islamistas quedan cada vez más aislados en sus acampadas y protestas en Egipto, el gobierno de Estados Unidos se ha apresurado en los pasados días a reforzar al gobierno interino surgido del golpe de Estado del 3 de julio, sobre todo con unas declaraciones del secretario de Estado, John Kerry, quien dijo el jueves que los generales depusieron al presidente Mohamed Morsi para “restaurar la democracia”. Este viernes, en una nueva jornada de manifestaciones de los Hermanos Musulmanes, el subsecretario de Estado norteamericano William Burns acudió a El Cairo para mantener una nueva ronda de reuniones con altos funcionarios egipcios.
“Al Ejército le pidieron que interviniera millones y millones de personas”, dijo Kerry, jefe de la diplomacia norteamericana, en declaraciones a la televisión paquistaní Geo. “Los militares no tomaron el control, según nuestra interpretación, hasta este momento. Hay un gobierno civil que rige el país. De hecho, restauraron la democracia”, añadió. Si la Casa Blanca llegara a definir lo que sucedió en Egipto como un golpe de Estado, debería rescindir los 1.300 millones de dólares que anualmente envía a ese país de Oriente Próximo en ayuda militar.
Este viernes,Kerry pidió durante una visita a Londres que los nuevos gobernantes del país que respeten el derecho de los islamistas a protestar “de forma pacífica”. “Egipto debe volver a la normalidad”, dijo, “es una prioridad”. La semana entrante visitarán El Cairo dos senadores republicanos de EE UU, John McCain y Lindsey Graham, a quienes el presidente Barack Obama les ha solicitado que medien entre los militares y la oposición. McCain ha pedido en numerosas ocasiones a la Casa Blanca que defina claramente lo que sucedió el 3 de julio como un golpe.
Desde entonces han muerto en Egipto más de 300 personas, sobre todo en cargas policiales y militares contra manifestaciones de islamistas. Estos han mantenido acampadas en El Cairo y Giza en las que exigen la liberación de Morsi, que se halla detenido en lugar secreto. El ministerio del Interior ha amenazado en diversas ocasiones con desalojar las acampadas, por considerarlas una amenaza a la seguridad pública. Este viernes, la televisión estatal informó de que las fuerzas armadas se plantean cortar todos los accesos a esos campamentos, para asfixiarlos, evitando de momento desalojarlos por la fuerza.
“Fue un golpe militar claro”, dijo este viernes Gehad el Haddad, portavoz de los Hermanos Musulmanes. “¿Acaso vería lógico el señor Kerry que el secretario de Defensa [Chuck] Hagel derrocara a Obama por el único motivo de que se celebraran manifestaciones en EE UU? Con esto, sólo afirma su complicidad con un golpe militar”. Los partidarios de los Hermanos Musulmanes salieron este viernes de nuevo a las calles. En El Cairo se reunieron a miles, prometiendo no abandonar sus protestas hasta que no vean a Morsi de nuevo en la presidencia que ganó en las urnas en junio de 2012.
La visita a Egipto de Burns, el subsecretario de Estado norteamericano, es la segunda desde el golpe. También ha visitado el país el español Bernardino León, enviado especial de la Unión Europea al Mediterráneo sur, quien ha advertido contra el uso de la violencia para desalojar las acampadas de protesta. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se reunió el martes con Morsi, la primera alta funcionaria extranjera en hacerlo. “Se encuentra bien”, dijo de él, sin dar más detalles de sus condiciones o lugar de detención.
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