Cien millones para un solo ladrón

La glamurosa ciudad francesa de Cannes, en la Costa Azul, ha sido de nuevo escenario de un robo de película, después de los ocurridos durante el conocido festival de cine esta primavera. En este caso, el golpe ha sido cometido por un hombre solo, a punta de pistola y a plena luz del día del domingo en el prestigioso hotel Carlton durante una exposición de joyas de la firma Leviev. Es, además, el más importante ocurrido en Francia y compite con el de Amberes de 2003 como el mayor de la historia. La suma del botín supera los 100 millones de euros, según anunció ayer la fiscalía.

Los hechos ocurrieron en el hotel Carlton de Cannes, el mismo en el que curiosamente Alfred Hitchcock rodó Atrapa a un ladrón. La firma Leviev, del multimillonario israelí de origen ruso Lev Leviev y especializada en joyas con incrustaciones de diamantes, había alquilado un hall del establecimiento para su exposición Extraordinary Diamond. Poco antes del mediodía del domingo, antes de que la muestra abriera al público, un hombre solo, con guantes, armado con una pistola, el rostro cubierto por un pañuelo y una gorra, entró en la sala y se hizo con varias bolsas de collares, pendientes, relojes y otras joyas. Todo ocurrió muy rápido y sin violencia, según los primeros elementos de la investigación.

Leviev no había informado a la policía local acerca de la exposición

En total, el ladrón se llevó a cuestas 72 piezas, 34 de ellas excepcionales y valoradas en unos 135 millones de dólares (unos 102 millones de euros), según indicó ayer el fiscal de Grasse, la administración de la que depende la investigación. El resto de las piezas está valorado en torno a un millón de euros, por lo que el total alcanza los 103 millones de euros. La cifra es similar a la del espectacular robo perpetrado en Amberes en 2003, en el que los ladrones vaciaron más de 120 cofres del total de 160 del Diamond Center y que se considera el mayor atraco de la historia hasta el momento.

Hecho extraño, la policía de Cannes no había sido avisada de la celebración de la exposición de Leviev, algo que no es obligatorio pero sí habitual en estos casos. El evento, que se inauguró el pasado día 20 e iba a clausurarse el 30 de agosto, contaba con guardias de seguridad privada, unos tres o cuatro vigilantes, según la prensa.

El ladrón se llevó

La falta de seguridad ha puesto en alerta a parte de los empleados del hotel, para quienes este tipo de eventos puede poner en peligro su seguridad. “La dirección del Carlton ha privilegiado la buena operación financiera sobre la seguridad de las personas”, lamenta en un comunicado la sección sindical de la CGT del Carlton, en el que denuncia la “multiplicación de las exposiciones de productos de lujo y la inseguridad que conllevan”. En 1994, el mismo establecimiento ya sufrió un atraco de este tipo durante una exposición de joyas de lujo y un vigilante resultó herido en el tiroteo, según recuerda el sindicato.

Como en la película de Hitchcock, los robos de joyas en prestigiosos palacetes de la Costa Azul se han multiplicado en estos meses. Son ya tres desde la primavera. El más sonado fue durante el festival de cine de Cannes, cuando unos ladrones se llevaron la caja fuerte de una habitación del hotel Novotel con joyas de la casa Chopard, un conjunto valorado en un millón de euros. Unos días después, el joyero suizo De Grisogno sufrió el robo de un collar de diamantes valorado en dos millones de euros durante una prestigiosa fiesta en el cabo de Antibes.

El robo del domingo supera al que hasta ahora era el más importante registrado en Francia. Este ocurrió en diciembre de 2008, cuando unos ladrones atacaron la joyería Harry Winston de la avenida Montaigne en París. La policía asegura haber recuperado el 80% del botín y ha detenido 26 personas relacionadas con el mismo.