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Peña Nieto da otro golpe contra la corrupción política en México

El exgobernador priísta de Tabasco ingresa en prisión por lavado de dinero y evasión fiscal

Inés Santaeulalia
Andrés Granier, al llegar al aeropuerto del DF
Andrés Granier, al llegar al aeropuerto del DFEFE

Hacía 12 años que no se veía a un exgobernador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) entre rejas, pero la huida hacia adelante del exmandatario de Tabasco Andrés Granier acabó este martes por la noche en una celda. El político de 65 años, que durante su mandato entre 2006 y 2012 hundió la economía de su Estado, tendrá que responder ante la justicia por los delitos de lavado de dinero y evasión fiscal.

El proceso contra Granier se había convertido en otro examen para el presidente Enrique Peña Nieto, empeñado en demostrar que el PRI ya no es el viejo partido que hizo y deshizo con impunidad durante los 70 años que gobernó el país. Ver entre rejas a Granier, priísta desde hace 25 años, es un golpe de efecto similar a la detención el pasado mes de febrero de la líder del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo.

El cerco sobre el exgobernador se había ido cerrando en las últimas semanas. La investigación iniciada por las autoridades de su Estado ante el desfalco de las arcas públicas empezó a tocar al entorno más cercano del exmandatario, refugiado en Miami (EE UU) desde que dejó el poder. Ahogado por la presión tras la detención de varios colaboradores, el priísta anunció su regreso a México para dar la cara y, como ha venido diciendo desde entonces, demostrar su inocencia. “Yo no tengo por qué huir, di todo por Tabasco y estoy dispuesto a aclarar lo que sea pertinente para limpiar mi nombre”, dijo al llegar al aeropuerto de la capital del país hace dos semanas.

La cita con la justicia era en Tabasco, pero la escala necesaria en la Ciudad de México (a 600 kilómetros de la capital) se prolongó más de la cuenta. El mismo día que se le esperaba en su Estado para rendir declaración, Granier tuvo un repentino ingreso en un hospital de la capital por un problema cardiaco. En los 11 días que ha pasado en el centro médico privado, el político ha sido informado de los sucesivos cambios en su estatus jurídicos. Pasó de ingresar libre a estar detenido, lo que lo obligó a estar bajo custodia de agentes federales, y este lunes recibió dos órdenes de aprehensión en su contra giradas por un juez de Tabasco. Estaba escrito que ya no pisaría la calle.

El alta hospitalaria de este martes lo puso finalmente a un paso de la cárcel. Agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) – fiscalía- arrestaron a Granier y, tras un examen médico, lo trasladaron ya de noche al reclusorio Oriente de la capital. Como a su llegada al país, el político estuvo acompañado por cámaras y periodistas que recogieron un momento al que los mexicanos están poco habituados: un exmandatario respondiendo ante la justicia por sus desmanes y a la vez un priísta, en tiempos del PRI, entre rejas.

El último político priísta que entró en la cárcel fue Mario Villanueva, exgobernador de Quintana Roo, a comienzos de 2001 acusado de lavado de dinero, narcotráfico y conspiración para introducir drogas en Estados Unidos. Aunque salió libre en 2007, Villanueva volvió a ser detenido en la misma puerta del penal y fue condenado a 32 años de cárcel.

Durante el mandato de Granier, la deuda de Tabasco pasó de 500 millones de pesos a 20.000 millones (1.600 millones de dólares), pero está lejos de ser un hecho aislado en México. Juan Sabines, el exmandatario de Chiapas, aumentó durante su mandato la deuda en un 5.000% y con el priísta Humberto Moreira, el Estado Coahuila pasó de deber unos 300 millones de pesos (24,4 millones de dólares) a más de 36.500 millones de pesos (unos 3.000 millones de dólares). Con la caída de Granier, muchos en México ya se preguntan ¿quién es el siguiente?

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Sobre la firma

Inés Santaeulalia
Es la jefa de la oficina de EL PAÍS US, antes fue responsable en Colombia, Venezuela y la región andina. Comenzó su carrera en el periódico en el año 2011 en México, desde donde formó parte del equipo que fundó EL PAÍS América. En Madrid ha trabajado para las secciones de Nacional, Internacional y como portadista de la web.

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