Los tiempos están cambiando en el Estado mexicano de Nuevo León
La inseguridad y la violencia comienzan a remitir, al tiempo que se ha iniciado la búsqueda de los desaparecidos en la guerra contra el narco
Los tiempos parecen estar cambiando en Nuevo León. La situación de violencia e inseguridad en este Estado del norte de México, que llegó a ser crítica cuando en agosto de 2011 murieron 52 personas abrasadas el incendio del Casino Royal de Monterrey, ha comenzado a revertir de forma notable de acuerdo con las cifras oficiales. El gobernador, Rodrigo Medina, del PRI, y su equipo han desarrollado en el último año una política efectiva contra el crimen organizado empezando por un incremento del presupuesto de seguridad que ha pasado del 3% en 2009 al 12% actualmente, la depuración de los cuerpos policiales y la creación de una Fuerza Civil de 3.600 miembros que serán 7.000 al final del sexenio en 2015.
En el capítulo de desaparecidos en la guerra contra el narcotráfico de los últimos años, las autoridades del Estado han informado que, entre junio de 2011 y ahora, han encontrado a 52 personas de un total de 1.070. De ellas, 38 fueron halladas con vida y el resto identificadas mediante pruebas de ADN. Además hay 970 investigaciones en marcha, se han dictado 43 órdenes de detención y procesado a 39 personas.
La organización Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (Cadhac) valora que la tragedia de los desaparecidos haya sido “reconocida como parte indispensable de la agenda política” y que “se tipifique la desaparición forzada en el Código Penal estatal de acuerdo con los estándares internacionales en materia de derechos humanos”. Aún falta, según esta organización, mucho por hacer como la creación de una ley de víctimas estatal como la que ya existe a nivel federal o la contratación de más expertos forenses para mejorar las búsquedas.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció el pasado mayo que en un plazo de dos meses haría pública una lista con el número e identidad de los desaparecidos realmente relacionados con la guerra contra el narco en el sexenio anterior (2006-2012), depurando la hasta ahora única lista oficial de 26.000 personas “ no localizadas”. Osorio también ha anunciado para este martes la creación de la Gendarmería Nacional, basada en el modelo de este cuerpo francés o en la Guardia Civil española, y que en principio contará con 5.000 elementos, una cifra muy por debajo de lo previsto.
En ambos terrenos, Nuevo León parece llevar la delantera, si bien el gobernador Medina, en conversación con EL PAÍS, asegura que “la coordinación entre el Gobierno federal y los gobernadores de los Estados está funcionando”. “Son reuniones muy prácticas, no son cómodas. Vamos a la neta [al grano]. El nuevo gabinete de Seguridad Nacional genera la colaboración, no la competencia, y ya no hay que peregrinar como antes por las diferentes instancias del Gobierno”. “Nuevo León”, añade, ”está demostrando que sí se puede luchar contra el crimen organizado desde lo local”.
El gobernador está orgulloso de los resultados obtenidos en el último año en el Estado más industrializado de México, fronterizo con Estados Unidos y vecino del ingobernable Tamaulipas. Según los datos oficiales, el número de homicidios cayó un 30% (1.184 en 2012 frente a 1.701 en 2011); el robo de vehículos descendió un 47%, pasando 21.043 a 11.146 en el mismo periodo; el asalto a negocios un 41% (de 7.559 a 4.423) y el robo a casa-habitación el 11% (de 4.522 a 4.033). Medina añade que la recuperación de vehículos es del 98% y que este es un delito “íntimamente ligado al crimen organizado, los roban para delinquir y luego los abandonan”.
No obstante, advierte que “cuando se baja el delito del crimen organizado, sube el pequeño delito” y es consciente de que aún queda tarea por hacer en secuestros y extorsiones. Sobre este último, dice que la mayoría se lleva a cabo desde lás cárceles y que el número de presos ha pasado 4.000 a 9.200 en los últimos años, siendo responsables del 80% de los homicidios.
En cuanto a los carteles de la droga, el Estado continúa siendo plaza de disputa entre los Zetas y el cartel del Golfo, con mayor presencia de los primeros. Medina admite que “el Ejército no se ha retirado de Nuevo León, pero sí ha perdido protagonismo”.
La mejora de la seguridad, que se refleja también, según el gobernador, en una creciente aceptación social de la nueva policía o Fuerza Civil, está permitiendo que los regiomontanos comiencen a recuperar la normalidad. Prueba de ello es la reapertura de El Café Iguana, uno de los locales emblemáticos de la movida del barrio antiguo de Monterrey, que fue tiroteado en mayo de 2011. Nuevo León también está viviendo los dividendos de la nueva seguridad. El crecimiento del PIB en el Estado es muy superior al nacional -5% frente a 3,9% en 2012- y la inversión extranjera directa ha crecido un 80% hasta rozar los 3.000 millones de dólares el año pasado.
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