La expulsión de una senadora muestra la división en el Movimiento 5 Estrellas
Beppe Grillo ha malgastado en tres meses un capital político de nueve millones de votos
El éxito arrollador de Beppe Grillo en las elecciones generales celebradas en Italia el pasado mes de febrero se estudiará un día en las facultades de política. No se descarta tampoco que un día se estudie en las de facultades de psicología la forma en la que el líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S) malgastó en solo tres meses una fortuna consistente en casi nueve millones de votos (el 25,5% de las papeletas), 109 diputados, 25 senadores y, sobre todo, un depósito insondable de esperanza. La última muestra —por ahora— del extraño comportamiento del cómico genovés, de 64 años, ha sido la expulsión fulminante de una de sus senadoras por criticarlo.
Hace unos días, la senadora Adele Gambaro dijo en una entrevista que los malísimos resultados del Movimiento 5 Estrellas en las recientes elecciones municipales se debían a la manera en que Beppe Grillo estaba dirigiendo la formación. Apenas fueron unos minutos de crítica leve, pero suficiente. Si algo ha demostrado el cómico y bloguero en estos últimos meses es su intolerancia total a las opiniones en contra. Hay dos casos muy representativos. Durante la accidentada elección de la presidencia de la Cámara de Diputados, los internautas que dan vida al blog de Grillo propusieron los nombres del prestigioso jurista Stefano Rodotà y de la periodista de investigación Milena Gabanelli como sus candidatos. El cómico los ensalzó públicamente como ejemplos de la otra Italia, la honesta, la que más pronto que tarde mandaría a casa —el grito de guerra de Grillo es vaffanculo— a la corrupta clase política. Esa admiración por Rodotà y Gabanelli se acabó abruptamente el día en que uno y otra pusieron en cuestión la forma o los métodos del líder del M5S…
Con la expulsión de Adele Gambaro ha sucedido lo mismo. Se trata de la cuarta parlamentaria que, por las buenas o por las malas, deja de militar en las filas de un movimiento que, con sus errores y aciertos, logró ilusionar a una buena parte del electorado. A la primera crítica, expulsión del paraíso. O peor, ejecución en la plaza pública. La suerte de la senadora Gambara fue decidida a través del blog de Grillo. De los 19.790 supuestos votantes, 13.029 lo hicieron a favor del despido y el resto en contra. La reacción no se ha hecho esperar. A cada hora que pasa crece el descontento y la relación de supuestos disidentes entre los diputados y senadores del M5S. Las broncas en el interior de la formación son diarias. De hecho, trascienden mucho más que su trabajo parlamentario. De ahí, tal vez, la desafección acelerada de sus votantes. Fue sonada la bronca de Grillo a algunos de sus senadores por la decisión de respaldar la elección del actual presidente del Senado, Pietro Grasso. Y más sonada todavía la bronca alrededor del sueldo que como parlamentario estarían dispuestos a cobrar. La actuación errática del grupo provocó multitud de chanzas en los medios de comunicación. Y, a cada chiste, crecía la rabia de Grillo.
Se trata de la cuarta parlamentaria que, por las buenas o por las malas, deja de militar en las filas del movimiento
La situación del Movimiento 5 Estrellas es de veras chocante. Tras su éxito electoral en las pasadas elecciones, todo se confabuló a su favor. Tal como Beppe Grillo había anunciado, el centroizquierda del Partido Democrático (PD) y el centroderecha del Pueblo de la Libertad (PDL) alcanzaron un acuerdo de gobierno, "un chanchullo de la vieja y corrupta clase política para seguir repartiéndose el poder", en el discurso siempre bélico del líder. Ese podría haber sido el punto de partida para seguir creciendo mediante un uso responsable del poder concedido a manos llenas. Pero Grillo, borracho de sí mismo, no ha sido capaz de sobreponerse al éxito. Contra La Casta vivía mucho mejor que formando parte de ella.
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