El terrorista Carlos declara ante los jueces de París que Caracas le ha abandonado
'El chacal' prohíbe a sus abogados comparecer en la apelación por cuatro atentados mortales
Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, legendario líder del terrorismo internacional de los años setenta y ochenta, ha sorprendido hoy al Tribunal de Apelación de París que analiza el recurso de la condena por cuatro atentados mortales cometidos hace 30 años, al manifestar a los jueces que ha prohibido a sus abogados defenderle. La razón, ha dicho el terrorista venezolano al comparecer ante los magistrados, es que el Gobierno venezolano que preside Nicolás Maduro se niega a hacerse cargo de los gastos de su defensa.
Carlos ha pedido que se nombren abogados de oficio para que el juicio se celebre en cualquier caso, y eso es lo que ha sucedido. Después de que el presidente de la sala suspendiese la audiencia durante un rato, dos jóvenes letradas han hecho su entrada en el proceso hacia las dos de la tarde. Con su histrionismo habitual, Carlos ha dicho: “¿Una rubia y una morena?”. El presidente de la corte, Régis de Jorna, le ha pedido que se ahorre “las provocaciones”.
Los abogados habituales de Carlos, Isabelle Coutant-Peyre y Francis Vuillemin, no estaban presentes. La primera se encuentra en Caracas, y el domingo hizo saber que estaba negociando con las autoridades venezolanas “los compromisos que no han cumplido”. Y el segundo hizo saber antes del juicio que “altos funcionarios” del Gobierno bolivariano “tienen miedo de que Carlos vuelva algún día a Venezuela”.
Carlos fue condenado a cadena perpetua —de los que debe cumplir 18 años de cárcel efectiva— en diciembre de 2011 al ser considerado responsable de cuatro atentados cometidos en Francia en 1982 y 1983 que causaron once muertos y 150 heridos. Los ataques se produjeron en un tren Paris-Toulouse; en la calle Marbeuf de París, en la estación de Saint-Charles en Marsella y en un AVE Marsella-París. Encarcelado en Francia desde hace 19 años, Ramírez cumple ya una cadena perpetua dictada en 1997 por asesinar en 1975 a tres personas en París.
El terrorista, que se describe todavía como un revolucionario profesional y que ha inspirado libros y películas, ha negado su implicación en los hechos que se le imputan. Uno de los abogados de la acusación, Francis Szpiner, ha declarado que no espera nada del juicio porque “Carlos nunca ha expresado el menor remordimiento, ni lo expresará”.
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