Asesinado en Pakistán el fiscal que llevaba el caso de Benazir Bhutto
Unos pistoleros dispararon contra el vehículo en el que viajaba el jurista, en Islamabad
El fiscal encargado del magnicidio de Benazir Bhutto ha sido asesinado este viernes en Islamabad. Chaudhry Zulfiqar se dirigía en su coche al Tribunal Antiterrorista de Rawalpindi, a pocos kilómetros de la capital paquistaní, para una nueva vista del caso, cuando una motocicleta se ha aproximado y uno de sus dos ocupantes le ha disparado a través de la ventanilla. Las balas le han alcanzado en la cabeza, el hombro y el pecho, según la información policial difundida por los medios locales.
Como resultado, el fiscal ha perdido el control del vehículo y ha arrollado a una mujer que también ha muerto. Además, su guardaespaldas, Farman Ali, ha resultado herido, aunque está fuera de peligro. Ali ha contado a la policía que respondió a los disparos y cree haber alcanzado a uno de los dos atacantes.
De momento, no hay ninguna pista sobre la identidad de los responsables. Pero la implicación de Zulfiqar en el sumario por el asesinato de la ex primera ministra y líder del Partido Popular de Pakistán, despierta las sospechas de los observadores.
“Es un asunto muy preocupante; significa que alguien no quiere que se investigue”, ha declarado a esta corresponsal Ali Dayan Hasan, director de la oficina de Human Rights Watch en Pakistán. “El próximo fiscal va a tener miedo, lo que crea una situación en la que no se va a poder pedir cuentas a nadie”, concluye.
Cinco años después varios sospechosos han sido imputados, pero nadie ha sido condenado. El caso volvió a adquirir relevancia tras el regreso al país el mes pasado del general Pervez Musharraf, que era presidente de Pakistán cuando se produjo el atentado. Musharraf está acusado de no haber dado suficiente protección a la popular política y el pasado el Tribunal Antiterrorista, al que los jueces transfirieron su imputación, decidió extender su detención provisional por ese asunto hasta el 14 de mayo.
Sin embargo, ese no es el único proceso de alto contenido político que en el Zulfiqar estaba trabajando. También se ocupaba del sumario relativo al atentado terrorista de 2008 en la ciudad india de Bombay, donde murieron 166 personas y del que se acusó a Lashkar–e-Taiba, un grupo radical islamista cuya creación se atribuye a los servicios secretos paquistaníes.
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