“No podemos ayudar a los países del sur cada vez que tienen un problema”
El ingeniero alemán cree que sería un error que su país saliera del euro. Critica el egoísmo que dice que hay en la UE pero también piensa que cada país debería asumir su responsabilidad
“Lo que reclama ese nuevo partido, Alternative für Deutschland [Alternativa para Alemania], la salida del euro, no tiene ningún sentido, incluso sería contraproducente. Si abandonásemos el euro pondríamos en peligro las maravillosas relaciones que tenemos con los demás países de Europa. Eso de poder viajar libremente dentro de la UE es algo estupendo. Seguir en el euro es lo correcto, es importante, aunque, obviamente, en este momento no me siento muy a gusto con él. Nosotros los europeos no debemos pensar que en el futuro seguiremos representando un papel en el mundo si funcionamos como Estados desvinculados. Todo lo contrario: tenemos que actuar más enérgicamente de forma conjunta. El único objetivo que cabe plantearse a largo plazo es lograr una especie de comunidad mundial. Estará integrada por varios bloques de mercados interiores grandes y potentes: América, Asia, Europa, y más adelante también África.
La unión monetaria adolece de excesivo egoísmo. Todos tratan de sacar el máximo provecho en perjuicio del conjunto. Ocurre lo mismo que en el sector de la construcción: unas pocas empresas grandes definen las normas técnicas para toda la industria, y las pequeñas se quedan a dos velas. O en el sector financiero, ¿cómo es posible que todos nosotros tengamos que asegurar las especulaciones de algunos bancos? Hay algo que no funciona en las leyes; es evidente que un par de personas han estado presentes en las comisiones adecuadas y ahora se aprovechan de ello en su propio beneficio. Los bancos se han embolsado las ganancias y han repartido las pérdidas, hay que ser más duros con ellos.
Grecia no debería haber sido admitida en el euro; en Italia existe demasiada corrupción; en España ha habido una burbuja inmobiliaria. ¿Debemos ayudar aún más a estos países? Sí, porque a nosotros todavía nos va relativamente bien. Pero no puede ser que les echemos una mano cada vez que tienen un problema. Llega un momento en que cada uno debe hacerse responsable de sí mismo. Yo también tengo que hacerlo como empresario.
Las perspectivas del euro son muy malas. No sé qué se puede hacer para salvarlo. Solo sé que Alemania ha trazado un par de líneas maestras correctas y Angela Merkel también ha tenido parte en ello. Otros países no han reaccionado en absoluto. No tenemos elección: tenemos que apoyar a Europa y a la unión monetaria, incluso aunque llegue un momento en que nos hundamos todos juntos. No hay vuelta atrás al escenario de Estados desvinculados. El continente tiene que crecer unido hasta convertirse en algo similar a los Estados Unidos de América. Pero eso lleva su tiempo. De aquí a que lo logremos, volverá a haber un gran crac, una crisis económica que será peor que la de 1929. En realidad, la crisis que empezó en 2008 no es tan grave. Nosotros los alemanes apenas la notamos e incluso en Grecia o en Portugal no afecta a todo el mundo. No hay más que consultar los precios de los inmuebles en el Algarve: están al nivel de Munich.
Hasta ahora, Angela Merkel ha llevado bien la cuestión europea; tengo que reconocerlo, a pesar de que en general no soy fan de ella. Tampoco hay nadie mejor a la vista. Los políticos lo tienen condenadamente difícil. Lamentablemente, muchos no han aprendido otro oficio y lo único que les importa es conservar su puesto de trabajo. Antes era más una cuestión vocacional, los partidos buscaban expertos. Hoy ya nadie quiere asumir esa tarea."
Este texto fue elaborado por Thomas Kirchner (Süddeutsche Zeitung) a partir de una entrevista con Rolf Gessel, un ingeniero civil alemán de 43 años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.