Millones de cicadas invadirán en mayo la costa Este de EE UU
Se espera que por lo menos 20 Estados reciban la llegada de una multitud de langostas verdes, inofensivas pero muy molestas
¡Ya están de vuelta! Cada 17 años, como un reloj, llega a la costa Este una armada de cicadas periódicas - una especie de cigarra voladora a la que comúnmente se conoce como langosta verde- que emergen del subsuelo de unos 20 Estados del país con el fin de aparearse, poner huevos y morir. Estos insectos, nativos de Estados Unidos, protagonizan la progenie periódica más grande del planeta, un suceso que no ocurría desde el primer mandato del expresidente Bill Clinton. Este 2013 afectará a toda la región desde los Estados de Carolina del Norte y del Sur hasta el norte de la ciudad de Nueva York.
“Es algo espectacular y extraordinario. Van a ser tres especies a la vez del tipo Brood 2, estamos hablando de billones de cicadas circulando de sur, los Estados más cálidos, al norte”, explica vía telefónica Micheal Raupp, profesor de entomología de la Universidad de Maryland. “En 2004 se produjo otra invasión menos numerosa a lo largo de la Costa Este, este año toca otra vez y el suceso va a ser mucho más importante. Estamos hablando de millones de cicadas por milla cuadrada que llevan esperando este momento 17 años”, añade.
Aunque semejante a las bíblicas plagas del Antiguo Egipto, estos millones de insectos resultan inofensivos, y solo ocasionan lesiones leves y molestias; pero el estruendo que provocan las convierten en una auténtica pesadilla para los habitantes de estos Estados. “Cada macho puede llegar hasta los 90 decibelios, similar al de una moto de baja cilindrada", explica el experto-. Además de “verse obligados a caminar sobre cientos de cadáveres cuyo aplastamiento es muy similar a cuando pisamos una cucaracha”, prosigue.
Estos insectos, pertenecientes a la familia de las cicadidae, suelen medir hasta cinco centímetros y son de color negro con la tripa verde oscuro. Existen al menos 15 ciclos diferentes de emergencia de cicadas en el país -estrategia de supervivencia para superar en masa los estragos de los depredadores-, que suelen emerger cada 13 y 17 años según la especie y las distintas regiones del medio Este del país. Durante este tiempo de hibernación, las cicadas absorben la savia de las raíces y de los árboles enterrados. Suelen vivir hasta seis semanas, un privilegio para los insectos ya que por ejemplo las moscas comunes tienen una esperanza de vida que no supera los 25 días.
Su salida al exterior es todo un ritual. Las primeras en emerger son las ninfas -su nombre durante las etapas inmaduras y en la que carecen de gónadas-, las cuales, por instinto, se adhieren a los árboles y en pocos días desarrollan el caparazón y las alas. Los machos aparecen unos días más tarde y es cuando comienza el ruidoso ritual de apareamiento: los machos producen un sonido muy característico para llamar la atención de las hembras, que llegan a poner un promedio de 200 a 600 huevos.
Un mes y medio después, las crías que nacen de esos huevos se despiden del sol y se dirigen al subsuelo, gracias a la excavación de galerías, y allí se quedan hasta 13 o 17 años dependiendo de la especie. Mientras, en el exterior, sus progenitores viven a tope dándose una vuelta por cualquier evento al aire libre que se celebre en la Costa Este.
La plaga podría llegar a toda la zona metropolitana de Nueva York, en la que casi sus 20 millones de habitantes podrían lidiar con cerca de un millón de bichos por milla cuadrada. Históricamente estas cicadas se han visto en el distrito de Bronx, “y podrían verse en Central Park” este año. Los ciudadanos de Washington tendrán más suerte. “No esperamos que las cicadas lleguen a la capital federal; para poder verlas será necesario dirigirse a zonas rurales como las del norte de Virginia”, explica Raupp.
“Esperamos que la emergencia de cicadas comience a mediados de mayo y se dirija hacia el norte a finales de junio, donde finalmente morirán todas. Aunque toda esta previsión es relativa, lo que es seguro es que suele darse cuando la temperatura de la tierra se aproxime a los 18 grados centígrados”, informa el experto entomólogo.
Son, sin duda, muy molestas para los humanos ya que cubren cualquier superficie, dificultan la visibilidad y son extremadamente ruidosas, “pero merece la pena tener paciencia, pues su emergencia de la tierra es uno de los eventos más impresionantes de la naturaleza. Además, morirán tras mes y medio y la próxima generación no volará entre los ciudadanos estadounidenses hasta 2024.
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