“En México se libran tres guerras”
Felipe Calderón aumentó un 100% el presupuesto de defensa y seguridad en seis años Los agentes de la Policía Federal pasaron de 13.000 a 37.000 en el mismo período El Atlas de la Seguridad y la Defensa en México analiza los problemas más acuciantes del sexenio: crimen organizado, violaciones de derechos humanos, falta de transparencia…
"En México se libran tres guerras actualmente. La del Estado contra las organizaciones criminales, la de estas entre sí y la de la parte limpia del Estado contra la parte contaminada, que es la más difícil de ganar”. Así habla Raúl Benítez, investigador de la UNAM y editor del Atlas de la Seguridad y la Defensa en México 2012, que con académicos y expertos analiza el sexenio de Felipe Calderón desde uno de los puntos clave que tocó el expresidente: la violencia. “Esta no es una guerra sistemática dados los intereses económicos en juego. Pero sin esa guerra contra la corrupción no tendrá éxito la otra y el golpe al crimen siempre será débil si no golpeas a los funcionarios coludidos con el narcotráfico", agrega.
"Enrique Peña Nieto quiere distinguir entre la guerra contra el narco y la lucha contra las extorsiones, secuestros, etcétera, pero de momento no ha podido reducir la violencia", señala Sergio Aguayo, profesor de El Colegio de México y también editor del Atlas. El esfuerzo, según las cifras del documento, es alto: los agentes de la Policía Federal pasaron de 13.000 a 37.000 en seis años; el presupuesto dedicado a seguridad y defensa aumentó un 100% mientras que castigó a Gobernación, educación y desarrollo social. El salario de los trabajadores de las fuerzas armadas se duplicó hasta los 9.700 pesos (unos 800 dólares).
Peña Nieto está ante una ventana de oportunidad. Tiene el mejor equipo de seguridad en varios sexenios
El presidente también ha hecho de la creación de un nuevo cuerpo, la Gendarmería, uno de los puntos clave de su agenda: "Pretende contar con 40.000 miembros al final de sexenio y que la policía federal llegue a los 100.000. De momento se está entrenado a unos 10.000 agentes para la Gendarmería, pero nadie sabe aún cómo se coordinará con el resto de fuerzas de seguridad, ni si tendrá capacidad para detener, ni si será preventiva o activa. Tampoco se sabe de quién dependerá. La Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y el Ejército pleitean por su control pero el presidente aún no se ha pronunciado. Tampoco tiene escuela de comandantes, de mandos", subraya Raúl Benítez. Activistas a favor de las víctimas de la violencia han pedido al Gobierno mexicano que abra el debate sobre la creación de una Policía Nacional.
Y sin embargo, los autores del Atlas son medianamente optimistas. "Peña Nieto está ante una ventana de oportunidad. Tiene el mejor equipo de seguridad en varios sexenios”, dice Sergio Aguayo. “Tiene una política de seguridad pero no una teoría de la seguridad, una visión macro que tenga por objetivo contener, no derrotar, la violencia y que sea capaz de forzar a EE UU a modificar sus políticas. El reto es cómo crear una teoría colectiva que le dé sentido a una estrategia contra la violencia del Estado y de la sociedad mexicana. Si no se hace un pacto formal contra la violencia, sí al menos encontrar un terreno común para confrontarla".
El Atlas también analiza la reorganización de los carteles. “Crean nuevos frentes de violencia cuando los golpes que reciben los expulsan de un territorio. La Familia Michoacana se ha metido en Guerrerro y Estado de México, Los Zetas se fueron a Veracruz y Nuevo León cuando los echaron de Ciudad Juárez. Mi teoría es que ninguno de estos dos grupos ha podido entrar de verdad en el negocio de la droga o restarle terreno en la coca al Chapo y por eso se dedican a otras actividades como el secuestro y la extorsión. No tienen ingresos constantes derivado del flujo de la coca y cobran impuestos vía secuestros", analiza Benítez.
En su conjunto, el documento del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede) es una iniciativa para suplir la falta de información oficial y entablar un diálogo después de los años de hermetismo de Calderón. "Es indignante la pobreza de información que existe sobre el problema de la seguridad. Es un caos estadístico. Somos un país con poca memoria por razones políticas. La violencia tiene huellas digitales, la violencia tiene condiciones específicas que varían de una ciudad a otra. No se ha estudiado la extorsión como fenómeno global", dice Aguayo.
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