Thatcher en sus propias palabras
Repaso a la vida de la 'Dama de Hierro' a través de lo que ella dijo y lo que otros dijeron de ella
Sus convicciones
“Me encanta discutir. Me encanta debatir. No espero de nadie que simplemente se siente aquí y esté de acuerdo conmigo, ese no es su trabajo.” (1980)
“No soy una política de consenso. Soy una política de convicciones.” (1979)
“No me importa cuánto hablen mis ministros mientras hagan lo que yo diga”. (1980)
Su pensamiento
“Nadie recordaría al buen samaritano si solo hubiera tenido buenas intenciones. También tenía dinero”. (1980)
“Tuvimos que luchar contra el enemigo externo en las Malvinas. Pero siempre tenemos que estar atentos al enemigo interno, que es mucho más difícil de combatir y más peligroso para la libertad”. (Durante la huelga de mineros entre 1984 y 1985.)
“No existe nada llamado sociedad. Hay hombres y mujeres y hay familias”. (1987)
Una mujer en un mundo de hombres
“Ninguna mujer de mi época será primera ministra o ministra de Exteriores –los cargos más altos-. De todas maneras, no me gustaría ser primera ministra. Tienes que dar el 100% de ti misma al trabajo”. (En 1969, en la oposición como diputada conservadora por Finchley.)
“Cualquier mujer que entienda los problemas de llevar un hogar estará más cerca de entender los problemas de dirigir un país.” (En 1979, el año en que se convirtió en primera ministra.)
"Si una mujer como Eva Perón, sin ideales, pudo llegar tan lejos, imaginen lo lejos que puedo llegar yo, con todos los ideales que tengo". (1980)
"En política, si quieren que se diga algo, pídanselo a un hombre. Si quieren que algo se haga, pídanselo a una mujer". (1982)
“Nos hemos convertido en una abuela”. (En el nacimiento de su primer nieto en 1989.)
Sobre Europa
“¡Que me devuelvan mi dinero!” (En la cumbre europea de Dublín en 1979.)
“No hemos hecho retroceder los límites del Estado en Gran Bretaña solo para verlos reimpuestos a nivel europeo, con un superestado europeo ejerciendo un nuevo dominio desde Bruselas". (1988)
El final de su vida política
“Yo sigo luchando, yo lucho para ganar”. (El 21 de noviembre de 1990, después de no conseguir los votos suficientes para evitar una segunda ronda en las primarias por el liderazgo del partido conservador. Renunció al día siguiente.)
“¡Vaya, qué cosa tan curiosa”. (El 27 de noviembre, en la última reunión de su Gobierno.)
"Fue una traición con una sonrisa en la cara. Tal vez eso fuera lo peor de todo”. (En 1993, sobre los compañeros de Gobierno que le recomendaron que dimitiera.)
“Tu casa es el sitio a donde vas cuando no tienes nada major que hacer”. (En mayo de 1991, seis meses después de dejar el 10 de Downing Street.)
Lo que otros dijeron de ella
“Tiene los ojos de Calígula pero la boca de Marilyn Monroe”. El presidente francés Francois Mitterrand.
“Está tratando de llevar los pantalones de Winston Churchill”. El líder de la URSS Leónidas Breznev, en 1979.
“Siempre fue una mujer atractiva. Y no es solo que tuviera el atractivo de una estrella de cine; es que también podía comportarse como una estrella de cine cuando decidía hacerlo”. Sir Bernard Ingham, su secretario de prensa en Downing Street.
“Esta mujer es testaruda, obstinada, y peligrosamente terca” El departamento de recursos humanos de la empresa química ICI, al rechazar una solicitud de trabajo de la entonces Margaret Roberts en 1948.
“Ha sido bestial con el Banco de Inglaterra, ha pedido a la BBC que ponga su casa en orden y tiende a pensar lo peor de los ministerios de Exteriores y de la Commonwealth. No puede ver una institución sin pegarle con el bolso”. El diputado tory Julian Critchley en 1982.
“No tiene imaginación, y eso significa que no tiene compasión.” El exlíder laborista Michael Foot en 1982.
“Es el mejor hombre de Inglaterra”. Ronald Reagan, en 1983.
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