El ‘Terminator’ del Congo comparece en La Haya
Está acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en la región de Ituri En rebeldía desde 2006, se entregó en la embajada de Estados Unidos en Ruanda en marzo
Bosco Ntaganda, líder guerrillero congoleño apodado Terminator por sus feroces métodos, ha comparecido ante la Corte Penal Internacional (CPI) acusado por la fiscalía de crímenes de guerra y contra la humanidad presuntamente cometidos en el conflicto armado desatado en la región de Ituri (noreste de Congo) entre 2002 y 2003. Ntaganda se entregó por sorpresa el pasado 18 de marzo en la embajada de Estados Unidos en Ruanda, después de haber comandado durante décadas milicias rebeldes, y también fuerzas gubernamentales, en Ruanda y Congo involucradas en el uso de niños soldado.
De 40 años, Ntaganda se presentó ante los jueces como “un militar nacido en Ruanda de nacionalidad congoleña”, sin especificar para quién peleaba antes de rendirse. Luego dijo que conocía los cargos y se declaraba inocente. La fiscalía de la CPI pidió su arresto en 2006 por alistar menores de 15 años para las Fuerzas Patrióticas para la Liberación de Congo, brazo militar de la Unión de Patriotas Congoleña. En 2012 se añadió el asesinato, violación y esclavismo sexual, persecución y pillaje de la población civil a la imputación original. Los jueces deben confirmar a partir de ahora los cargos y fijar, su cabe, una fecha para el proceso.
Ntaganda es el primer rebelde congoleño que se rinde voluntariamente a la justicia internacional. El jefe de la Unión de Patriotas Congoleña, Thomas Lubanga, fue condenado en 2012 a 14 años de cárcel por la CPI por reclutar niños soldado. Según Human Rights Watch (HRW) el juicio contra Ntaganda “allanará el camino del respeto de los derechos humanos en la República Democrática de Congo”. “En especial porque la colaboración entre Ruanda y Congo ha facilitado el proceso jurídico”. Ntaganda formó parte a su vez del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo congoleño. Según HRW, “lideró tropas que cometieron atrocidades en la provincia de Kivu, al este de Congo”.
Tras años en la guerrilla, el acuerdo de paz firmado en Congo en 2009 permitió al acusado integrarse en el Ejército congoleño con el rango de general. La fiscalía solo debe demostrar los crímenes cometidos entre 2002 y 2003 (la CPI abrió en hace una década y su trabajo no tiene efectos retroactivos). Sin embargo, HRW no quiere que se olviden los asesinatos y desapariciones de civiles en Kivu, entre 2009 y 2012. Según Naciones Unidas, Ntaganda llegó a controlar las minas de Kivu y se lucró con el tráfico ilegal de carbón. El año pasado, el acusado desertó del Ejército congoleño y formó el M23, otro grupo rebelde supuestamente apoyado por militares de Ruanda.
La Coalición para la Corte Penal Internacional, una red de organizaciones independientes de 150 países que apoya la labor del tribunal, cifra en 5,4 millones los muertos registrados en las diversas guerras civiles y conflictos regionales registrados en Congo desde 1998.
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