El tecnócrata que entró en política de modo inusual
Participa muy activamente en la campaña como representante de una coalición de centro, Scelta Civica, pero no figura en las papeletas de voto


Mario Monti (Varese, 1943) llegó a la política italiana a principios de noviembre de 2011 tras la dimisión de Silvio Berlusconi. La situación de quiebra económica y desprestigio internacional que atravesaba Italia tras dos décadas de liderazgo de Berlusconi, llevaron al presidente de la República, Giorgio Napolitano, a encabezar una operación de ingeniería política para, con el beneplácito de Bruselas y el apoyo expreso de Angela Merkel, colocar a un Gobierno tecnócrata de transición al frente del país. Napolitano nombró a Mario Monti senador vitalicio y, enseguida, le encargó la formación del Gobierno. Formado en la prestigiosa universidad Bocconi de Milán –de la que posteriormente fue rector—y en Yale (EEUU), había adquirido prestigio en la Comisión Europea –fue comisario desde 1994 a 2004— y se había fogueado en el mundo de la empresa como consejero de Goldman Sachs.
Monti formó un Gobierno con nueve hombres y tres mujeres con experiencia –el más joven tenía 55 años— en el mundo de la banca, la universidad, la Administración y la diplomacia. Su hombre fuerte fue Corrado Passera, hasta ese momento consejero delegado del banco Intesa San Paolo. El profesor Monti logró sacar adelante un programa de recortes al estilo de lo que exigía Bruselas gracias al apoyo de los dos principales partidos con representación parlamentaria, el Pueblo de la Libertad (PDL), de Silvio Berlusconi, de centroderecha, y el Partido Democrático (PD), de Pier Luigi Bersani, de centroizquierda.
A principios de diciembre de 2012, la decisión de Silvio Berlusconi de regresar a la política activa y retirar el apoyo al Gobierno técnico, propició la dimisión de Monti y su decisión de entrar en política, si bien de un modo inusual. Participa muy activamente en la campaña electoral como representante de una coalición de partidos de centro, Scelta Civica, pero no figura en las papeletas de voto para no perder su condición de senador vitalicio.
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