La ‘Pizza Connection’ entre la CDU y Los Verdes alemanes
Horst Seehofer, el jefe del Gobierno de Baviera, defiende que durante la campaña electoral se dejen las puertas abiertas a todo tipo de alianzas para formar una coalición estable
Horst Seehofer, el jefe del Gobierno regional de Baviera, ama la polémica y la provocación, y nunca se muerde la lengua para decir verdades incómodas. Después de constatar el pésimo estado de salud político del pequeño Partido Liberal (FDP) —casi postrado en un lecho terminal, según la prensa germana—, Seehofer señaló que no se podía descartar una alianza con Los Verdes para formar un nuevo Gobierno federal, en el caso de que los liberales quedaran excluidos del Bundestag. “Hace un par de años los políticos habrían dicho: ‘Lo excluimos totalmente’. Ahora yo no lo haría, porque hay que tomar muy en serio a los electores”, dijo Seehofer al diario Bild.
No fue el único político importante de la democracia cristiana que se refirió a esa posibilidad esta semana. “Los partidos democráticos no deberían, antes de una elección federal, excluirse mutuamente”, dijo Armin Laschet, actual vicepresidente de la CDU, que encabeza Angela Merkel. ¿Es posible una alianza entre los dos partidos democratacristianos (CDU y la CSU de Baviera) y Los Verdes para formar un Ejecutivo federal, como insinuaron los dos políticos democristianos?
Esta posibilidad ya fue analizada a mediados de los años noventa en Bonn por un grupo de jóvenes idealistas, militantes de la CDU y Los Verdes, que se reunían periódicamente en un restaurante italiano para forjar un futuro mejor para el país. El grupo fue bautizado como “Pizza Connection” y sus protagonistas ocupan hoy cargos importantes en el Gobierno, como Roland Pofalla, ministro de la cancillería; Peter Altmaier, ministro de Medio Ambiente; Hermann Gröhe, secretario general de la CDU, y Armin Laschet. Al otro lado de la mesa se sentaban Cem Ozdemir, actual copresidente de Los Verdes; el diputado Volker Beck, la exministra Andrea Fischer y Oswald Metzger, que ahora milita en la CDU.
El grupo se disolvió en Berlín, pero en los años transcurridos Los Verdes se convirtieron en un partido pequeñoburgués, abierto a los cambios y desarrollaron también una rara habilidad para dominar el arte de equilibrar los ideales con el pragmatismo. Dejaron de ser pacifistas, pero nunca abandonaron su principal caballo de batalla: un no rotundo a la energía nuclear.
La CDU también ha cambiado. Angela Merkel se convirtió en la principal ecologista del país cuando ordenó cerrar los reactores nucleares después de la tragedia de Fukushima, una decisión que eliminó automáticamente la principal barrera que separaba a los dos partidos.
Los Verdes defienden, al igual que la CDU, el rigor presupuestario, ambas agrupaciones se reconocen como partidos europeístas, existen muy pocas diferencias en temas de defensa y comparten los mismos tópicos en la política social y de defensa del medio ambiente.
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