Islamistas y laicos miden sus fuerzas en las calles de Egipto
El Ejército convoca al diálogo nacional cuatro días antes del referéndum constitucional
Egipto experimentó el martes una nueva jornada de movilizaciones tanto favor como en contra del presidente Mohamed Morsi. Decenas de miles de personas se manifestaron en las calles de El Cairo y de las principales ciudades del país en una nueva muestra de la polarización que ha suscitado la convulsa transición egipcia. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió el pasado miércoles, las concentraciones tuvieron lugar en espacios diferentes, por lo que no se registraron enfrentamientos violentos de gravedad.
Para evitar cualquier riesgo de confrontación civil, el ministro de Defensa, Abdelfattah al Sisi, convocó para el miércoles a "todos los componentes del pueblo a un diálogo nacional". Según los medios oficiales egipcios, al Sisi instó a todos los responsables de las fuerzas políticas a participar en una reunión en la villa olímpica de El Cairo. El pasado sábado, Morsi también convocó a un diálogo nacional, pero fue boicoteado por los principales partidos de la oposición.
La tensión puede ir en aumento los próximos días a medida que se acerca el sábado, la fecha prevista para el referéndum sobre el borrador de la Constitución apadrinado por las fuerzas islamitas. Precisamente, la suspensión de la consulta popular es la principal demanda de la oposición, que ayer consiguió volver a reunir a miles de personas delante del palacio presidencial, y ante la atenta mirada de varias unidades del ejército.
Está previsto que el Frente de Salvación Nacional, la principal coalición opositora, decida hoy si hará campaña por el no, o optará por la abstención. Según fuentes del Frente, el asunto genera una gran división interna. Entre los acampados, había una mayoría que optaba por no participar. “Este referéndum es inválido. Tenemos miedo que lo manipulen. Es mejor boicotearlo”, sostiene Ahmed, un activista venido de la ciudad de Mahala, en el Delta del Nilo, y que ya hace dos semanas que duerme en una tienda.
A unos dos kilómetros del palacio, se encuentra la mezquita de Rabá al Awadiya, el escenario escogido por las fuerzas islamistas para concentrarse y mostrar su apoyo al presidente Morsi y al borrador constitucional aprobado por la Asamblea Constituyente. Aunque la manifestación ha sido convocada por una coalición que reúne las diversas corrientes islamistas, predominan sobre todo militantes de los Hermanos Musulmanes.
"Esta es una buena Constitución. Los que la rechazan lo hacen porque quieren el fracaso del rais. Si hubiéramos tenido el mismo texto, pero al Baredei fuera el presidente, seguro que la oposición lo apoyaría", manifiesta Nadim, un miembro de la Hermandad de mediana edad. Los manifestantes sostienen carteles de "Sí a la Constitución", mientras otros hacen ondear banderas egipcias y enseñas con la proclamación de fe del Islam.
El impedimento más grande que puede encontrarse el presidente Mursi para poder llevar a cabo el referéndum es la falta de jueces dispuestos a supervisarlos. De acuerdo con la normativa vigente, los magistrados son los encargados de velar por la limpieza tanto de los procesos electorales, como los referéndums. Sin embargo, según anunció ayer Ahmed el Zend, presidente del Club de Jueces, una gran mayoría de los magistrados boicoteará la consulta. Fuentes del gobierno, han apuntado la posibilidad de reemplazarlos por profesores de universidad o fiscales.
Por otro lado, el primer ministro egipcio, Hisham Kandil, ha solicitado al Fondo Monetario Internacional que se aplace la firma de un préstamo por valor de cerca de 4.000 millones de euros a causa de la delicada situación política que atraviesa el país. La solicitud llega después de que el lunes presidente Morsi echara atrás en cuestión de horas de su decisión de subir varios impuestos a causa del enorme rechazo popular.
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