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La socialdemocracia brasileña elige a su nuevo líder

Aécio Neves, exgobernador de Minas Gerais, es nombrado candidato a la presidencia de la República para las elecciones de 2014

Juan Arias
Aécio Neves, en 2009.
Aécio Neves, en 2009.EFE

El actual senador y exgobernador del Estado de Minas Gerais, Aécio Neves —nieto del histórico líder político Tancredo Neves—, será en 2014 el candidato del Partido Socialista Democrático de Brasil (PSDB) a las presidenciales en las que se enfrentará a la actual presidenta Dilma Rousseff que con toda probabilidad volverá a ser candidata por el Partido de los Trabajadores en las próximas elecciones.

Neves ha sido de alguna forma ungido candidato de los socialdemócratas ayer por la tarde en un hotel de Brasilia donde se reunieron buena parte de los 700 alcaldes del partido elegidos en las municipales del pasado mes de octubre. Entre los presentes se encontraban el fundador del PSDB y expresidente de la República, Fernando Henrique Cardoso, y el actual presidente del PSDB, el diputado Sérgio Guerra.

El exgobernador de Minas Gerais se ha mantenido prudente hasta ahora evitando aceptar que él era el candidato único e indiscutible después de que José Serra rechazara volver a presentarse tras la derrota sufrida en las municipales del pasado mes de octubre. Serra se impuso a Neves como candidato para las elecciones de 2010.

Quizás por ello, ayer Cardoso se anticipó a romper el fuego con estas palabras: “Creo que Aécio tiene que empezar desde ahora a tomar posiciones, no solo como candidato, sino como líder político. Ya lo hace, pero debería hacerlo con mayor intensidad. Si es posible, con una plataforma más fuerte que le ofrezca el partido. No necesita de nada, de convención, de nada. Será ungido como candidato”.

Igual o más enfático se mostró el actual presidente del partido, Guerra, quién afirmó que Aécio no solo debe aceptar ya la candidatura a la presidencia del país sino también la presidencia misma del partido. "Es el jefe que necesitamos y el líder que deseamos", afirmó. El problema es que el PSDB continúa dividido y los seguidores de Serra no se resignan a la idea de que él no pueda volver a disputar las presidenciales en 2014.

Preguntado por los periodistas si se sentía ya líder del partido, Aecio, fiel a su habitual discreción, respondió: “No conozco en la historia de los países civilizados a nadie que se autoproclame líder”. Sin embargo, Cardoso le interrumpió para decir:“Yo te estoy proclamando como líder”. Otros históricos del partido, como el exsenador Tasso Jereissati, exclamaron a continuación: “¡Yo también, yo también!”.

En su discurso, Aécio quiso anticipar lo que debería significar su candidatura a las presidenciales. En primer lugar, a su juicio, la proclamación oficial debería ser hecha a principios de 2014. Añadió, posteriormente, que el anuncio no debería limitarse a un nombre sino que se debería “traducir a la población brasileña lo que el PSDB, de nuevo en el poder, haría distinto al Gobierno del Partido de los Trabajadores”. Y apuntó dos temas concretos: “la ética y la eficacia de la gestión pública”.

Fernando Henrique Cardoso fue presidente de la República durante ocho años, entre 1995 y 2003, tras vencer dos veces consecutivas en la primera vuelta al entonces candidato Lula. A su gestión se debe la creación del Plan Real que acabó con la superinflación que entonces azotaba al país.

Justamente, ayer el diario Folha de São Paulo publicó una larga entrevista con Cardoso en la que puso de relieve que había llegado la hora de que las diferentes fuerzas políticas “vuelvan a tomar partido con balón dividido”. Eso porque, según él “la búsqueda continua del consenso mata a la política”.

En referencia a la sorpresa de que el PIB de Brasil este año apenas si llegará a un 1%, el menor de América Latina y de los BRICs, Cardoso quiso resaltar que un PIB bajo no depende solo del presidente de la República. “Un mal desempeño de la máquina, que no depende de ella sino de todo el sistema, acabará cayendo sobre su cabeza”.

Elegante como siempre, Cardoso se refirió al expresidente Lula —sobre cuyo partido están lloviendo estos días nuevos presuntos escándalos de corrupción—, limitándose a criticar su “actitud complaciente” frente a los escándalos, lo que “no significa”, dijo, “que él haya participado, solo que no reclamó por ellos”.

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