La espuma polaca viaja a Oriente
China, Rusia, Ucrania y Kazajistán son los mercados de consumo de la empresa de construcción polaca Selena
Selena, una empresa productora de materiales de construcción, es una de las mil empresas que han salido hasta de debajo de las piedras tras la caída del comunismo en Polonia en el año 1989.
El fundador de Selena, Krzysztof Domarecki, trabajaba en la Facultad de Derecho de la Universidad de Wrocław. Cuando en 1989 el mundo se abrió para Polonia, Domarecki y unos cuantos socios más abrieron su primera empresa, dedicada a la importación de material informático. En 1992 presintió que las mejores perspectivas las prometía el sector de la construcción. Y no se equivocaba. Selena es en la actualidad una de las tres mayores empresas del mundo dedicadas a la producción de espuma de poliuretano que se usa para instalar ventanas y puertas. Es posible adquirir sus productos en más de 70 países del mundo.
Ya en los años noventa, Domarecki empezó a apostar por sus propias marcas e ideas. Marcas conocidas para los especialistas de la construcción como Tytan, Artelit o la española Quilosa Pertenecen a Selena.
Hace más de 10 años, Selena empezó a invertir en el extranjero. Hoy tiene empresas en 18 países, pero sus productos salen de 15 fábricas que, además de en Polonia, están en Brasil, Corea, China, Rumania, Turquía y España. En este último país, adquirió en 2009 el 51% de las acciones de la compañía Industrias Químicas Löwenberg, que se dedica en Guadalajara a la producción de los pegamentos y obturadores de la marca Quilosa (pese a la crisis del mercado inmobiliario en España, Selena compró el año pasado el 49% restante de las acciones de la empresa por 5,3 millones de euros).
La expansión internacional permite a Selena crecer: en el año 2005 los ingresos del Grupo Selena alcanzaron los 78 millones de euros y en 2011 llegaron a los 250 millones. Alrededor del 70% de esa cantidad proviene de la venta de productos en el extranjero.
“La fuerza de Selena se basa en la elaboración de soluciones tecnológicas que responden a las exigencias de los consumidores”, afirma Andrzej Lipowicz, director del Departamento de Administración de Selena. “En Rusia, un elemento fundamental de nuestra cartera son las espumas de invierno que pueden instalarse en las condiciones de los inviernos siberianos. En Turquía se montan a menudo ventanas sin usar espuma de montaje. Usan en cambio obstructores de acrílico. De cara a los mercados del sur, hemos creado una espuma para tejados destinada a la instalación de tejas en el suave clima mediterráneo”, explica.
Selena, igual que todos en Europa, está sintiendo los efectos de la crisis económica. Por eso intenta apostar por los mercados que continúan creciendo rápidamente, como Rusia, Ucrania o Kazajistán. Hace 10 años abrió una empresa que se dedica a la venta de sus productos en Kazajistán; en 2004, en Ucrania; y en 2007, en Rusia. En 2009 se hizo con la empresa rusa OOO Kvadro.
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