“La estrategia definida por Alemania es temeraria”
El ministro de Economía de Brasil alerta de que las políticas europeas, de momento, no resuelven la cuestión de la recuperación económica
Guido Mantega (Génova, 1949) es el único ministro que continúa ininterrumpidamente en el núcleo duro del Gobierno brasileñodesde hace más de seis años. Responsable de la cartera de Economía, hombre fuerte del Ejecutivo de Dilma Rousseff y gran conocedor de las políticas monetarias internacionales, fue uno de los principales actores del milagro económico brasileño durante el segundo mandato de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011).
Pregunta. Acaba de regresar de Londres y París, ¿cuál es su opinión sobre las medidas empleadas para luchar contra la crisis?
Respuesta. La crisis no está mejorando en Europa y los mercados siguen en números rojos. Las medidas adoptadas se limitan a una declaración de intenciones escritas que aún no se han puesto en práctica. No hemos visto la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo. El Fondo Europeo de Estabilidad se anunció hace más de un año y aún no funciona. Persisten problemas graves en Grecia y España, que aún no ha pedido su rescate en el Consejo Europeo. Yo añadiría que las soluciones propuestas se refieren solo a los problemas más visibles, es decir, a la posibilidad de que se produzca un crash de la banca o la refinanciación de la deuda. Estas medidas podrán acabar con el estrés de los mercados, pero no van a resolver la cuestión central, que es la de la recuperación económica.
De mis contactos en las capitales europeas he extraído que se está trabajando en una solución a largo plazo. Esta estrategia, definida principalmente por Alemania, consiste en llevar a cabo un primer saneamiento, reduciendo la deuda y recortando el gasto, y solo después se les prestará asistencia a los países necesitados. Por lo tanto, debemos preguntarnos si es políticamente viable decirle a la gente que los salarios seguirán cayendo y que el trabajo seguirá faltando durante los próximos dos o tres años. ¡Me parece una estrategia temeraria porque ya vamos por el cuarto año de crisis!
P. ¿Diría usted que Europa no se ha hecho las preguntas adecuadas para responder a esta crisis?
R. La estrategia es incompleta ya que trata de resolver el problema de la deuda, y esto tiene sentido, pero le falta otra parte que permita retomar el crecimiento. Por ejemplo, se podría crear un fondo de inversión europeo para financiar infraestructuras.
P. ¿Algo como lo propuesto por el presidente francés, François Hollande?
R. Sí, pero incluso con la propuesta del señor Hollande, no veo que se esté discutiendo esta cuestión. Su propuesta consiste en un ahorro de 30.000 millones de euros, aumentar los impuestos y reducir el gasto. ¿Dónde está el programa de inversiones?
El Banco Europeo de Desarrollo propuesto por el Sr. Hollande ya existe, pero no funciona. Hay una necesidad urgente de pensar en una estrategia que acorte la crisis porque el tiempo se acaba. Como dijo John Maynard Keynes, a largo plazo todos estaremos muertos.
P. Si se pone en el lugar de los países que más están sufriendo, como España, Portugal o Grecia, ¿encuentra aceptable la actitud de Alemania?
R. Creo que Alemania está mirando en una sola dirección. Su propuesta de saneamiento económico me parece lógica de cara a los votantes alemanes, que no quieren pagar la factura ni la falta de responsabilidad de otros países. Sin embargo, los alemanes también perderán si los bancos españoles quiebran. Berlín debería ser más flexible. Fíjese en los gobiernos español y portugués, que están haciendo grandes esfuerzos. Alemania debería ser más flexible a la hora de ayudar a estos gobiernos, en lugar de ponerles un cuchillo en el cuello.
Lo que hay que hacer es restaurar la confianza. Y si no, recuerde la Cumbre del G-20 de Londres en 2009. ¿Cuál fue su gran éxito? Trabajar juntos y restablecer la confianza. Volvió la calma, se reanudaron las inversiones y la industria mundial despegó de nuevo.
P. ¿El espíritu de cooperación entre los Estados del G-20 se ha deteriorado desde entonces?
R. Creo que en Londres hicimos un trabajo colectivo más sólido. El G-20 fue muy eficaz durante el estallido de la crisis en EE UU. No está siendo el caso de la crisis europea. Esto también se debe a que la UE es más autónoma en su toma de decisiones. El resultado es que Europa no ha sido capaz de afrontar el problema desde el comienzo, en 2010, según lo recomendado por el FMI.
P. ¿Y dónde estamos ahora?
R. El 2012 es un año perdido para Europa, esto es un hecho. Ahora el objetivo consiste en evitar que la situación empeore en los próximos años. Para ello las medidas tienen que tener mayor alcance y su puesta en práctica ser mucho más rápida. No critico al Banco Central Europeo (BCE), pero creo que debería poner en marcha las medidas acordadas. Mario Draghi es un buen líder y una persona fiable, pero no debemos olvidar que la Reserva Federal (FED) actuó inmediatamente en el inicio de la crisis en EE UU. Supo controlar mejor la situación.
P. El año pasado usted evocó la posibilidad de conceder, en el marco del FMI, ayudas a Europa para contribuir a superar la crisis. ¿Esta propuesta sigue en pie?
R. La propuesta sigue sobre la mesa. Pero hasta el momento Europa no ha cumplido las condiciones que hemos puesto, como la puesta en funcionamiento del Fondo de Estabilidad Europeo. Nuestra idea es desembolsar la ayuda después de que las capitales europeas hayan realizado su propia inversión. Para ello los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) decidimos aumentar nuestra contribución al FMI en 80.000 millones de dólares en la cumbre celebrada en junio en Los Cabos, México.
P. Han pasado muchos años desde que el FMI le prestaba dinero a Brasil. Hoy su país vive una estabilidad económica. ¿Qué recetas brasileñas se podrían poner como ejemplo para resolver la crisis europea?
R. Creo que no estamos en condiciones de darle ninguna lección a Europa porque partimos de situaciones muy diferentes. Aquí hemos aplicado una combinación de políticas económica y fiscal. Una política fiscal sólida es importante para impedir que la deuda crezca. Al mismo tiempo, hemos llevado a cabo una política social muy potente ya que la pobreza sigue siendo un problema serio en Brasil, algo que no es el caso de Europa.
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