El president Mas lleva razón. El conflicto entre legitimidad y legalidad que se está tejiendo en Cataluña no puede resolverse con el uso de la fuerza. Pero tampoco se resuelve con actuaciones fuera de la ley por parte de los gobernantes catalanes. Lo que hacen ambos tipos de actuaciones es agravar el conflicto, no resolverlo. Y de las dos, la que más lo agrava es el uso de la fuerza. Lo agrava tanto que lo puede convertir en un conflicto irreparable.
Estamos en una larga carrera no apta para cardíacos, sentimentales o iracundos. Las apuestas van a seguir subiendo. También el tono y la gravedad de los argumentos. Las ventajas de unos serán entendidas como chantajes por los otros, los inconvenientes como amenazas, las observaciones imparciales como voluntad de desentendimiento.
Esto será así, al menos, hasta las elecciones. Después se verá. En función de los resultados, de la situación política general y del estado de la economía.
Hay variables exteriores que escapan al control de los actores internos de este conflicto. Por ejemplo, el futuro del euro y de la Unión Europea. Es evidente que a una Europa en estado de disgregación, que no es el caso, al menos todavía, le importaría muy poco lo que ocurriera en España. Pero también lo es que la Europa de ahora, a pesar del clima de crisis, no admitiría ni las ilegalidades de unos ni el uso de la fuerza de otros.
A pesar de la puja verbal y política, lo mejor es no hacer mucho caso a los extremos. Dejarse llevar por quienes se sitúan en la punta del arco político es altamente desaconsejable. Adelanto además mi pronóstico: no serán ellos quienes ganarán esta larga jugada en la que estamos metidos. Ha sido Jordi Pujol quien da por prácticamente imposible la independencia. Como correlato simétrico hay que excluir también que se mantenga la unidad de España tal como la interpreta el Tribunal Constitucional en su famosa sentencia sorbe el Estatuto de Cataluña.
Hay solución a este conflicto y se encuentra, como todo, en un punto intermedio que los políticos debieran encontrar y fijar lo antes posible. Cuanto más tarden, más alto será el precio que pagaremos todos por la solución. Y cuanto más tarden, más arriesgado e incierto será el camino que hay que recorrer, con mayores posibilidades de percances de recorrido, sobre todo por la crisis pavorosa que va cobrándose puestos de trabajo, crecimiento y derechos sociales a su paso.
Comentarios
Yo creía que su blog era de política internacional, Sr. Bassets. Si vuelve a escribir sobre Cataluña perderá a un lector.
Como si no tuviera relevancia internacional el surgimiento de un nuevo estado. Y de todos modos, que todo Dios anda siempre amenazando con esto y con aquello, en la vida diaria, en la vida política, en la vida laboral, en la de andar por casa, en la de andar por la calle.
La unión hace la fuerza. Cuánto más grandes seamos, más fuertes seremos, lo que es esencial para salir de la crisis que nos hunde cada día más, y con según qué políticas, la austeridad salvaje, por ejemplo, más y más y más. Por otro lado, el artículo de César Molinas que tanto ha dado que hablar, ese que considera que la clase política tira para lo suyo, y que es lo de todos, es el gran cáncer de nuestro sistema. Que ya lo dice, creo que Bernard Shaw, a falta de confirmación, que solo buscan la unión para los intereses de su secta, y que puede que estemos donde estemos porque todavía no han hablado en clave nacional sino 'sectarial', que no sectorial.
De acuerdo con Ciro. En estos momentos, el tema es relevante a nivel internacional. Las consecuencias en la política europea pueden llegar a ser importantísimas, a no ser que se trate solo de un juego.Seguiré leyendo
La Sra. Reading me tranquiliza. En recientes declaraciones en el Diario de Sevilla (30.9) dijo:Periodista: No le pregunto por la posibilidad de que Cataluña quiera o no ser parte de la UE, sino por el proceso que se abre cuando dejen de serlo. Lo dice la Convención de Viena: el Estado resultante de un Estado matriz abandonará todos los organismos internacionales en los que la matriz esté representada. Reding: Vamos, hombre, la legislación internacional no dice nada que se parezca a eso. Por favor, resuelvan sus problemas de política interna en España. Yo confío en la mentalidad europea de los catalanes.
Y es que, al final el asunto, solo tiene el precedente: Irlanda, Eslovenia, Checoslovaquia, etc. Y el precedente suele ser la no injerencia en los asuntos de soberania de los estados, salvo interés politico. Con lo cual, los catalanes ( de los ique todavia no sabemos si son unánimes en su decision) quedan primero bajo las leyes españolas, y despues las internacionales. No me miren mal, es sencillamente, tal y como funciona este mundo. A
O sea, los conflictos se suelen internacionalizar cuando son fuente de inestabilidad para una region o para paises vecinos. Europa no quiso en su momento entrar a saco en lo de Kosovo por una actitud timorata y cobarde, heredera de aquella máxima de Metternich... No meterán mano en lo de España y Cataluña si no lo ven necesario. Y en todo caso, si tuvieran que hacerlo, no sé si ambas partes quedarían satisfechas. En mi opinion, al Estado español le compete garantizar las negociaciones, pues los independentistas son ciudadanos también del mismo estado (no veo que tiren el pasaporte o el dni). En todo caso, habrá que hacer una negociación. Pero con claridad y firmeza. Ya hemos visto que la asimetría del estado de las autonomías, y su carácter inconcluso en el ambito fiscal (las reglas son confusas, y sin término claro) ha sido coto para la corrupción y para una tensión fiscal absurda. En el fondo, lo que sucede es que los nacionalismos "historicos" siempre han recordado el status de "Estado compuesto", que unía coronas, pero no territorios. Me explico, las reglas forales, las aduanas, además de otros aspectos de gobierno territorial, como la colaboración militar (la Unión de Armas de Olivares fracasó), pervivieron divididos hasta entrado el siglo XVII... sólo la monarquía Borbón empezó la tarea de intentar crear un estado uniforme fiscalmente y sin barreras interiores al comercio. Un modelo aparentemente ideal, que podia haber replicado el éxito francés de su época, pero que no pudo convencer ni amoldar a los territorios de la Corona. ¿Podría España haber seguido el modelo inglés de monarquía? Tal vez, pero las condiciones del territorio eran muy distintas, y las mentalidades (rule of law, tensiones religiosas, pluralidad, parlamentarismo como contrapoder) también. Ahora el horizonte de los nacionalismos "historicos" es la independencia. No precisamente la idea romántica de 1848, no. Como suele ser, el verdadero ingrediente de la independencia son los intereses. Y así es como debe ser, honestamente. Y es que quizá ese es el anhelo secreto del PNV y CiU. Basta ver cómo Urkullu, ante la posibilidad de que el concierto vasco se vea afectado por el nuevo reparto que exige Cataluña, se hace moderado. En cuanto al resto de los territorios autonómicos, siguen la estela y ejemplo de los "historicos". Buscan el alza, la equiparación completa, y en esa tendencia, hacen difícil que el estado sea sostenible. ¿Se imaginan que el Estado central dejase de ser árbitro, y dejase que las regiones más fuertes economicamente impusiesen sus reglas? ¿Tendrían alternativa las otras regiones? ¿Existiría realmente España como un Estado federal equitativo en esas circunstancias? ¿O sería un Zöllverein al estilo prusiano? Complicado tema. Hubo un intento de Republica federal en la I Republica, y no duró un mes. Históricamente, solemos caer en el exceso o en el defecto... Lo curioso, es que hablando con unos amigos alemanes, ellos me contaban que podían sentirse muy apegados a ser nativos de Baviera, Frankfurt am Mainz, o de Hamburgo... pero de puertas afuera, preferían definirse como alemanes en el exterior. Y eso que, el nacionalismo alemán es más bien difuso actualmente.Del mismo modo, aunque con menor fruición, podría decirlo un galés del Reino Unido. Un escocés menos, pero no le causa sonrojo, son respetados en general. ¿Qué pasa en España y sus autonomías? Pues que para empezar, somos teatreros (basta ver a la clase politica que tenemos) y poco dados al consenso político (arremetemos ad personam, debatimos poco y mal con pobres argumentos), lo que hipoteca severamente nuestra capacidad de actuar como una comunidad o encontrar soluciones eficaces.Sólo la presión de situaciones extraordinarias suele hacer que encontremos cauce para solucionar los problemas evidentes que requieren ajustes (O a veces, sencillamente, la caframos). Pero ello mismo hace que esos ajustes no sean precisos, exactos, completos, sino nacidos de la fuerza del momento, nacen condicionados, hasta que rechinan de nuevo. Mi esperanza sería una España federal, con un esquema fiscal semejante al estadounidense (autonomía y completa responsabilidad fiscal de las partes) y con una separacion de poderes efectiva y real. Pero semejante producto sólo nace de un esfuerzo paciente y constante, con pautas claras, o de una reconstrucción total, novísima y sin rastro de pasado.Un amigo mío me dijo que una federación de estados nace de la unión libre de estados ya existentes. ¿Significa esto que España para ser federal ha de desgajarse y volver a unirse? ¿De qué estados constaría? Todo este debate, el cómo debería ser la forma política de la organización del estado en el que vivimos, entronca claramente con lo que el propio ciudadano cree (de verdad, con sus actos cotidianos). Es pues la idea de "paidéia" griega (un concepto mucho más amplio entonces que hoy día). De ahí que la vieja aspiración republicana a hacer al hombre un animal político capaz de construir en común, honesta y benéficamente, sea tan dificil aquí. Porque la idea republicana nace de la razón, y en cierto modo, de los deseos de la Ilustración. A su vez ésta, de recordar de los griegos el supremo aprecio por el debate razonado, y la condescendencia por el demagogo, que apela a la oratoria de los sentimientos. Nos queda pues, a los españoles, o ese conjunto de pueblos reunidos en esa península asomada al Atlántico (si así lo prefieren llamar) preguntarnos ya de una vez qué somos, y qué queremos. Y corregir la ruta, sin paternalismos decimonónicos ni oportunismos de salto de mata, sino con calma. ¿Pues qué pegote tenemos, actualmente, que amar igualmente una playa en vigo, tomar una fideuá en Valencia, caminar por la sierra, y compartir el pan, el vino y el jamón en amena conversación, y tener el pequeño lujo de usar el castellano como lengua vehicular? Tal vez con fronteras de por medio seguiría habiendo esa cercanía, pero ya no sería exactamente igual. Vean sino, la extraña falta de conocimiento del vecino portugal. Vecindad amigable, pero desde luego teñida de un cierto olvido o lejanía. Y eso, pasa. Como las ramas de una familia al dispersarse, a veces. Concluyo esta perotata, diciendome que sencillamente, las unicas razones que mueven las cosas son quereres o intereses. Y esas cosas es mejor afrontarlas con la mente despejada. Independencia o no, deseo que no haya violencia de ánimo en este maltrecho país, que no sabe qué quiere, vapuleado como está, anonadado de despertar de su borrachera (30 años de democracia e indulgencia europea). En el fondo, ese ciudadano común desea seguridad, trabajo y tener una vida decente, más allá de que muchos simples se creyeran la Jauja anterior. Mira al Estado, pero pronto el Estado no responderá. ¿A qué recurrirá entonces? Al desorden, a la utopia? o tomará las riendas de la responsabilidad política, aquella que jamás griego en atenas rechazaba por temor a la vergonzante marca del bordón rojo?A esto los nacionalismos "historicos" no son ajenos. ofrecen, a su modo, su respuesta. Pero ésta no es una respuesta solidaria, sino demarcada claramente en límite y extensión. Y por tanto, indiferente a lo que quede fuera de ella.
Lambda: me sorprende que incluya a Eslovenia entre los países en los que no hubo injerencia internacional (le recuerdo que formaba parte de Yugoslavia). Y ya lo creo que la hubo. Así que el precedente parece ser que si hay acuerdo pacífico no hay injerencia, pero que si una parte intenta impedir la independencia de otra mediante la violencia, sí que la hay. Supongo que esto anima a muchos en Cataluña y frena a muchos en España.
Un detalle importante: Jordi Pujol ha dicho que la independencia es muy difícil. Pero también ha dicho que no puede oponerse a ella, porque un buen encaje de Catalunya en España es imposible. No cite sólo la parte que le interesa, sr. Bassets. ;-) Como es igual de imposible que se varíe la España que marcó el TC (con los votos de los magistados nombrados por PP y PSOE, sr. Bassets) simplemente porque los españoles no quieren. Esa España del TC es la que los españoles han votado y la que defienden. Y no van a dejar de hacero, como están mostrando ahora mismo. Incluyendo a Rubalcaba, con esas falsas promesas de reforma de la constitución... si el PP quiere, y de federalismo... recentralizador. El error del catalanismo durante estas pasadas décadas ha sido el de intentar cambiar España para que Catalunya estuviera más cómoda en ella. No lo ha conseguido, simplemente porque los españoles no quieren (y están en su derecho). Al mismo tiempo, España ha intentado cambiar a Catalunya para que encaje en la España del TC (básicamente, que los catalanes sean sólo "españoles del noreste"). Tampoco lo ha conseguido, porque los catalanes no quieren (y también están en su derecho, aunque muchos españoles no se lo reconozcan).Visto el fracaso de esas dos opciones, para los españoles sólo queda la conllevancia: dejar Catalunya como un caso perdido, y tratarla entre la negligencia y el maltrato (todo eso que tan rápidamente se trata de "victimismo" pero que luego sale reflejado en las mismas páginas de este diario). Para los catalanes sólo queda la sumisión a España, o la independencia.Sr. Bassets, ud., pensando más en la unidad de España como bien supremo que en lo que conviene a las partes (como mínimo a la parte catalana) defiende volver a intentar cambiar España. Muchos catalanes (posiblemente la mayoría) ya lo han dejado por imposible y prefieren una Catalunya independiente. ¿De verdad tiene ud. argumentos para decirles que se equivocan y que se puede cambiar España?
Y por cierto, ¿cómo es que este blog todavía está en la sección de internacional? El sr. Bassets se está dedicando plenamente a la propaganda anti-independencia de Catalunya, y eso (de momento) no es un tema internacional.
Ciro, si el sr. Bassets hablara de esa relevancia internacional, el tema podría ser relevante. Pero el sr. Bassets se dedica a promover su modelo de España (y hacer propagana antiindependentista) diciendo poco o nada sobre las consecuencias internacionales. Un simple párrafo más dedicado a cómo influiría la UE en España que al revés.
Insisto en esta afirmación suya: "Ha sido Jordi Pujol quien da por prácticamente imposible la independencia". Ya le he replicado antes (aún no ha aparecido el mensaje), y lo amplio ahora:http://www.lavanguardia.com/politica/20121002/54351500036/pujol-asegura-viabilidad-economica-estado-catalan-innegable.html"la viabilidad económica de una Catalunya independiente es innegable" "en las actuales condiciones económicas y de financiación [dentro de España], Catalunya está condenada a un retroceso sistemático"."Me han acusado de españolista y hace seis años no era independentista"[...]"Pero tenemos poco poder político, y el ahogo económico lleva al ahogo social. La independencia es arriesgada, pero lo otro, lo actual, no da para más y por eso la gente se inclina por ella". Me parece que hay una diferencia significativa con lo que ud. atribuye a Pujol, ¿no le parece sr. Bassets?
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