El Ejército alemán podrá intervenir en su país en casos excepcionales
El Constitucional autoriza el despliegue militar, prohibido desde el nazismo
En un acto inédito y de trascendencia histórica, las dos cámaras del Tribunal Constitucional alemán pusieron fin ayer a una sabia medida que tenía como meta evitar que el Ejército actuara contra la población civil, un temor que fue heredado de la época de abusos del régimen nazi. La más alta instancia jurídica del país legalizó el uso de medios militares por parte del Ejército sobre el territorio nacional contra posibles amenazas terroristas.
Aunque la sentencia estipula que tales acciones deben ser llevadas a cabo bajo estrictas condiciones, la decisión anunciada por el Tribunal consternó a un amplio sector de la población y provoco ácidos comentarios en la prensa. Hasta ayer el país había vivido con la certeza de que sus soldados solo abandonarían sus cuarteles en Alemania para luchar contra grandes catástrofes naturales o para viajar a países lejanos, como Afganistán.
En las últimas seis décadas, la intervención armada sobre el territorio alemán, en caso de amenazas terroristas, había estado reservada a las fuerzas de la policía con el fin de separar claramente las operaciones de defensa nacional del Ejército y las operaciones de seguridad interior, tal como ocurrió en 1972 durante los Juegos Olímpicos en Múnich, cuando un comando palestino tomó como rehenes a varios deportistas de la delegación de Israel.
Según la decisión del Tribunal Constitucional, que tiene su sede en Karlsruhe, el Ejército podrá utilizar sus medios militares en el país en caso de que exista una “situación excepcional de naturaleza catastrófica”, una decisión que no tiene precedentes en el país desde que el canciller Konrad Adenauer diera vida a la Bundeswehr, el moderno Ejército alemán, en noviembre de 1955.
La sentencia del Tribunal no autoriza al Ejército a actuar para evitar peligros que puedan surgir de una manifestación, ni tampoco permite la actuación de aviones de combate para abatir a un avión que transportara civiles y que hubiese sido secuestrado por terroristas. En un caso así, los pilotos de guerra alemanes solo tendrán permiso para realizar disparos de emergencia y lograr el aterrizaje del avión secuestrado.
Según la sentencia del Tribunal Constitucional, el despliegue de las fuerzas militares solo es posible como último recurso y corresponderá al Gobierno federal en su totalidad evaluar los llamados “casos de extrema urgencia” que justifiquen un despliegue militar en territorio alemán.
La sentencia fue bien recibida por los dos partidos democristianos, CDU y CSU, que comparten el Gobierno junto con los liberales del FDP. La oposición socialdemócrata del SPD y Los Verdes acogieron bien la decisión, si bien algunos portavoces lamentaron que la Corte no haya aclarado lo que entiende por una “situación excepcional de naturaleza catastrófica”.
El partido La Izquierda rechazó la sentencia y comentó que encerraba una reforma de la Constitución llevada a cabo por la puerta trasera y que hacía posible la militarización de la política interna alemana. “Es una decisión catastrófica de Karlsruhe”, advirtió el influyente periodista del Süddeutsche Zeitung Heribert Prantl en un editorial. “Los jueces no han interpretado la Ley Fundamental [Constitución], sino que la han cambiado, y esa no es su tarea”.
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