Obama convierte la salud reproductiva en una prioridad de campaña
Seis de cada diez mujeres votarían por Barack Obama, según una encuesta reciente de Reuters
El presidente estadounidense Barack Obama aprovechó varios actos electorales esta semana en Colorado para devolver a las mujeres al centro de la campaña electoral. Tanto él como su rival, el republicano Mitt Romney, necesitan el voto de las mujeres para vencer en noviembre, especialmente en aquellos Estados más decisivos donde un sector del electorado puede dar la vuelta al resultado final.
“Cuando hablamos de economía, ya está bastante mal como para que nuestro oponente quiera recuperar las mismas políticas de la década pasada, las mismas políticas que nos dejaron este desastre”, afirmó Obama. “Pero cuando se trata de los derechos de la mujer a tomar sus propias decisiones en asuntos de salud, propone normativas que están más ajustadas a la década de los años 50 que al siglo XXI”.
Casi al mismo tiempo, el Partido Demócrata estrenaba un anuncio que recoge diversas declaraciones del candidato republicano sobre Planned Parenthood, la organización que proporciona cobertura médica a millones de mujeres norteamericanas sin recursos. “Recortaré la financiación de Planned Parenthood. Quitaré todos los fondos públicos de Planned Parenhood. ¿Planned Parenthood? Me desharé de ello”, dice Romney. Con reclamos como éste, Obama intentará ampliar su ventaja entre las mujeres y recortar así el margen del que dispone Romney entre otros grupos de electores.
Seis de cada diez mujeres respaldan la candidatura de Obama, pero ese apoyo no es tan uniforme como en 2008, cuando ganó el voto del electorado femenino a nivel nacional. Según una encuesta reciente de Reuters, las mujeres trabajadoras sin hijos prefieren a Obama (46%) frente a Romney (26), pero las madres trabajadoras están más divididas entre el presidente (42%) y el candidato republicano (34%). Éste además, gana apoyos entre las madres desempleadas, un sector en el que la diferencia se reduce a cinco puntos favorables a Obama, 37% frente a 32%.
Romney necesita recuperar el voto femenino y para ello ha argumentado en diversos actos de campaña que “la verdadera guerra de Obama contra las mujeres es el fracaso de su Administración con la economía”. En este sentido, la mayoría de las mujeres norteamericanas creen que el país avanza en la dirección equivocada: el 61% de las madres desempleadas cree que la situación es negativa y sólo las mujeres trabajadoras sin hijos se mantienen optimistas.
Las decisiones que afectan a la salud de las mujeres no son responsabilidad de los políticos. Tampoco deben estar en manos de las compañías de seguros médicos. Son cosa vuestra” Barack Obama, presidente de Estados Unidos
Para alejar la conversación de temas económicos, Obama ha recuperado estos días la reforma sanitaria y su impacto en la vida de las mujeres. “Las decisiones que afectan a la salud de las mujeres no son responsabilidad de los políticos. Tampoco deben estar en manos de las compañías de seguros médicos. Son cosa vuestra”, dijo en Colorado. “Y merecéis tener un presidente que luche para que siga siendo así”.
Obama recordó a los asistentes que la llegada de Romney a la Casa Blanca no sólo acabaría con organizaciones como Planned Parenthood -que dependerían exclusivamente de financiación privada- sino también con algunas de las medidas introducidas por la reforma sanitaria. Entre otras medidas, los jóvenes de menos de 26 años ya no podrían permanecer en la póliza médica de sus progenitores y las aseguradoras no estarían obligadas a cubrir el coste de anticonceptivos.
Precisamente esta última normativa fue protagonista de un intenso debate el pasado invierno y que, tras el rechazo de las organizaciones católicas -todavía mantienen una querella legal con el presidente- le obligaron a modificar las condiciones. El Gobierno se retractó y trasladó la responsabilidad de cubrir los gastos por anticonceptivos a las aseguradoras, en vez de las empresas y organizaciones religiosas. Los republicanos alertaron rápidamente de una “guerra contra la libertad religiosa” mientras que los demócratas lo entendieron “guerra contra las mujeres” por parte del sector conservador. Y el discurso de Obama para convencer al electorado femenino en Colorado también recordó a algunos momentos de aquella polémica.
Romney aprovechó la ofensiva de Obama este miércoles para presentar dos iniciativas propias: una plataforma llamada “Coalición de mujeres por Romney”, liderada por su mujer, Ann, y un anuncio que intenta alertar de la amenaza que supone la reforma sanitaria para los derechos religiosos de los estadounidenses. El vídeo, que podría movilizar de nuevo a los sectores más conservadores del electorado republicano, también arriesga el voto de los independientes, clave en unas elecciones como las de este noviembre.
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