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Bolivia, entre las marchas obreras y las contramarchas de cocaleros

El país sudamericano vive una de las semanas más conflictivas de su historia

Campesinos y cocaleros se manifiestan a favor de Evo Morales en Cochabamba
Campesinos y cocaleros se manifiestan a favor de Evo Morales en CochabambaJorge Abrego (EFE)

Las calles de La Paz y Cochabamba son escenario de masivas manifestaciones en contra y a favor del Gobierno del presidente Evo Morales en el tercer día de protestas, de una de las peores semanas de conflictos que se registra en Bolivia.

Mientras miles de obreros ocupaban el centro de La Paz para protestar contra el Gobierno, en Cochabamba, un valle en el centro del país, otros miles de cocaleros llegaban a la ciudad desde el Chapare para apoyar a Morales y emplazar a los médicos a volver a sus trabajos de forma inmediata.

La Central Obrera Boliviana (COB) ha llamado a una huelga de tres días, de miércoles a viernes, a una treintena de organizaciones laborales de todo el país con varios objetivos: exigir del Gobierno un mejor tratamiento salarial al dispuesto por Morales; apoyar las demandas de los médicos y de los trabajadores sanitarios que reclaman su incorporación a la Ley General del Trabajo y respaldar la novena marcha indígena de tierras bajas en defensa de su territorio en un parque nacional.

Excepto en Cochabamba, donde los obreros y universitarios se replegaron para no enfrentarse con los cocaleros, en el resto del país los trabajadores se han volcado en manifestaciones no solamente numerosas sino violentas. En Potosí, una ciudad de estilo colonial de vocación minera, los universitarios han protagonizado altercados vandálicos y han atacado el edificio de la Gobernación, con un saldo lamentable para el legado arquitectónico, según han denunciado las autoridades. La puerta principal ha sido arrancada por una explosión de dinamita, ha informado Radio Erbol, que destacó la pasividad de la policía.

La Central Obrera Boliviana ha convocado una huelga de tres días

En cambio en La Paz, la policía dispersó con gases lacrimógenos a un grupo de manifestantes que pugnaba por entrar en la plaza Murillo. La ciudad ha quedado paralizada por tercer día consecutivo, aun cuando se registró movimiento de vehículos y del servicio de transporte público en las primeras horas del día. El lunes y martes, los chóferes del servicio público bloquearon las calles de toda la ciudad y de El Alto y obligaron a los ciudadanos a caminar largas distancias.

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Las protestas contra el Gobierno han quedado silenciadas en las calles de Cochabamba ante la presencia de los productores de hoja de coca, los agricultores de los valles alto y bajo y los líderes de muchas juntas de vecinos, que han gritado a viva voz su apoyo al presidente Morales. Han anunciado un cabildo y medidas de aplicación inmediata, según los acuerdos a que lleguen en la concentración en la plaza de Armas de la ciudad.

“No tenemos nada en contra de nuestros hermanos cocaleros. Hemos luchado juntos en la guerra del agua, en la guerra del gas y no podemos enfrentarnos ahora como quisieran las autoridades”, declaró el dirigente universitario Eduardo Arévalo al anunciar que las protestas y los bloqueos quedaban suspendidos este miércoles y que todos se replegaban en vigilia a sus instituciones.

Los productores de coca llegaron con las primeras luces del día a Cochabamba desde la región tropical de Chapare, plaza fuerte de Morales, y a su paso han destrozado y quemado todos los carteles de protesta de médicos y universitarios contra el Gobierno. “Trabajen ocho horas, flojos”, gritaban agitando sus whipalas (banderas).

Trabajen ocho horas, flojos” gritaban los productores de coca

En la plaza de Armas, que se quedó pequeña, cocaleros, agricultores y líderes de juntas vecinales, escuchaban encendidos los discursos de seguidores del gubernamental Movimiento Al Socialismo en contra de los opositores, en el entendido de que quién discrepa de las políticas de Morales pasa a la fila de los adversarios, automáticamente, antes de asumir decisiones en favor del cambio y del presidente Morales.

Aparentemente, la “contramarcha” de los cocaleros es una reacción a la convocatoria del vicepresidente Alvaro García Linera a que el pueblo salga a defender la salud de los médicos y los trabajadores del sector.

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