Hollande ofrece un pacto de crecimiento para renegociar el tratado fiscal europeo
El candidato socialista francés revela las medidas que tomaría en su primer año en el Elíseo Presentará a Bruselas un "pacto de crecimiento" para reformar el nuevo Tratado
Acusado a menudo de ser poco concreto, François Hollande ha retomado este miércoles el pulso de su fatigosa e irregular campaña electoral y ha presentado la hoja de ruta que aplicará en su primer año de mandato si gana las elecciones presidenciales del 22 de abril y el 6 de mayo. Elaborado bajo la égida del ex primer ministro socialista Laurent Fabius, el programa de gobierno del favorito para imponerse en la segunda vuelta de los comicios -no así en la primera- está basado en los “60 compromisos para el cambio” que Hollande desgranó en Le Bourget en enero pasado.
Las primeras medidas urgentes buscarán favorecer el empleo, mantener el poder adquisitivo y controlar las cuentas públicas, según explicó Hollande, y serán aprobadas por decreto entre el 6 de mayo y la última sesión ordinaria del Parlamento, el 29 de junio. “Los franceses quieren decisiones rápidas y precisas”, dijo el líder socialista a la radio RTL, “y actuaremos deprisa y con coherencia”.
Hollande, que se ha adelantado en un día a la presentación del programa electoral de su máximo rival, Nicolas Sarkozy, explicó que la primera decisión que tomará si llega al Elíseo será reducir en un 30% los salarios de los ministros y del jefe del Estado, y firmar una “carta deontológica” que establecerá un techo de gasto para cada ministerio.
A continuación, decretaría un aumento de un 25% en las ayudas a las familias con hijos en edad escolar, que sería efectivo en septiembre de 2012; congelaría durante tres meses los precios del carburante, y negociaría con los agentes sociales la creación de un fondo de solidaridad que permita a los jóvenes acceder a la vivienda de alquiler.
En el capítulo internacional, François Hollande quiere concretar su deseo de renegociar el tratado europeo de disciplina presupuestaria enviando a “finales de mayo” a los socios de la Unión Europea “un memorándum detallado proponiéndoles un pacto de responsabilidad, de crecimiento y de gobernanza para modificar y completar el tratado de estabilidad y reorientar la construcción europea”.
Más o menos al mismo tiempo, Hollande planea formalizar el anuncio de la retirada de las tropas francesas de Afganistán, que espera hacer público durante las cumbres del G-8 en Camp David y de la OTAN en Chicago, a finales de mayo.
En los primeros 100 días, el aspirante socialista promete derogar la "circular Guéant", que limita la presencia en Francia de los alumnos extranjeros que obtienen sus diplomas en el país, y poner en marcha otra vez la jubilación a los 60 años para aquellas personas que empezaron a trabajar a los 18 años y hayan cotizado los años necesarios.
Entre julio y agosto, Hollande planea fijar un techo a las remuneraciones en las empresas públicas, aprobar una Ley de Programación Plurianual de las Finanzas Públicas que fije el camino hacia el déficit cero en 2017, y suprimir la subida del IVA que anunció Nicolas Sarkozy hace dos meses.
En pleno verano vería también la luz, en caso de victoria electoral, la vasta reforma fiscal prometida por Hollande. El diseño de esa nueva ley suprimirá algunas exenciones fiscales a los ciudadanos más ricos; reintroducirá el baremo del impuesto de solidaridad para las grandes fortunas, tasará las rentas del trabajo igual que las del capital, y aprobará la simbólica tasa contra los millonarios: los ingresos superiores al millón de euros anuales serán sometidos a una carga impositiva del 75%.
Siguiendo un ritmo frenético, para mediados de julio los socialistas quieren aprobar la nueva ley de simplificación de actividades bancarias, que separará las actividades de depósito y préstamos de las actividades especulativas e intensificará la lucha contra los paraísos fiscales.
El calendario político proseguiría con la convocatoria de una "Conferencia nacional por el crecimiento y el empleo”, destinada a pactar una batería de nuevas medidas sociales, que irá acompañada por un debate sobre la transición energética.
El candidato socialista dará también prioridad a una nueva ley de Educación Nacional, sector en el que promete crear 60.000 puestos de trabajo nuevos en cinco años, y está decidido a impulsar una segunda etapa de la excepción cultural llamada a defender la creación en Internet.
El Gobierno central dará además mayores competencias a las regiones, y creará un Banco Público de Inversiones destinado a financiar a las pymes.
La gran apuesta de Hollande, los jóvenes, será puesta en marcha en verano. El candidato confía en crear 150.000 empleos de futuro con el nuevo Contrato de Generación, que prevé otorgar ayudas a aquellas empresas que contraten a un joven y mantengan a un trabajador veterano que enseñe el oficio al nuevo trabajador. Estas medidas serán incluidas en una Ley por el empleo y la cohesión social.
Además, el hipotético presidente Hollande aspira a aprobar una nueva legislación de alquileres para controlar los precios y otra para regular las tarifas precios del agua, la electricidad y el gas.
La agenda confirma también el compromiso de crear 1.000 empleos anuales en seguridad y justicia, una negociación concertada para una reforma global de las pensiones, y conceder “el derecho de matrimonio y adopción a todas las parejas”.
Las reformas judiciales incluirán la revisión del estatuto de inmunidad del jefe del Estado, la supresión de la acumulación de cargos públicos y la inscripción en la Constitución de la obligación de “respetar la democracia social”.
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