Turquía libera a cuatro periodistas detenidos por investigar al Gobierno
Los informadores han pasado casi un año en prisión, acusados de conspirar contra las autoridades El número de profesionales en prisión ha aumentado de 67 a 100, según Reporteros sin Fronteras
Hoy es un día feliz para los periodistas turcos. Cuatro informadores, entre ellos Ahmet Sik y Nedim Sener, han sido puestos en libertad después de pasar casi un año en prisión, acusados de conspirar contra el Gobierno. Según el juez, “el tiempo de detención” preventiva ya cumplido así como “la probabilidad de que la naturaleza de los crímenes haya cambiado con el tiempo” justifica su liberación.
Una liberación que ha sorprendido a muchos, al contrario que su detención, en marzo del año pasado. Tanto Sik como Sener son dos periodistas conocidos en el país por sus trabajos de investigación sobre el llamado Estado Profundo turco. Nedim Sener había asegurado en 2010 a EL PAÍS que esperaba ser detenido tarde o temprano por sus investigaciones sobre la muerte del periodista turco-armenio Hrant Dink a manos de un grupo ultranacionalista en 2007.
Ahmet Sik, por su parte, acababa de terminar un libro sobre la infiltración en la policía de miembros de la cofradía de Fethullan Gülen, una especie de Opus Dei islámico muy próxima al actual Gobierno. Ambos fueron acusados de formar parte de una organización terrorista, incitar al odio, obtener y publicar documentos relacionados con la seguridad del Estado.
Sus detenciones encendieron todas las alarmas sobre la persecución que vive la prensa en Turquía. Desde entonces, las llamadas de atención por parte de la Unión Europea y la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, se han multiplicado. Aun así, desde la detención de Sik y Sener, el número de periodistas en prisión ha aumentado de 67 a 100 en un año, según el último informe de Reporteros sin Fronteras.
La persecución de la prensa en Turquía ha destadao las llamadas de atención por parte de la UE y de EE UU
“Silenciar a los periodistas es silenciar a la gente. Es el periodismo el que está siendo juzgado, y el principio de confidencialidad de las fuentes que está siendo violado” dijo Sik durante su declaración esta mañana. La liberación de Sik y Sener junto con otros dos periodistas de televisión, ha sido recibida con entusiasmo por asociaciones civiles y defensores. Incluso el propio Gobierno se ha felicitado por la noticia: “Damos la bienvenida a esta noticia”, declaraba el viceprimer ministro turco, Bülent Arinç, tras conocer el fallo. “De hecho deberíamos preguntarnos por qué el juez no dio este veredicto antes”, aseguró.
Esta es la misma pregunta que se hacen muchos turcos. Se preguntan por qué un país que se presenta como un ejemplo de democracia en la región, tiene uno de los mayores números de periodistas encarcelados del mundo. Por qué los periodistas detenidos están en cárceles de máxima seguridad, por qué muchos son juzgados por tribunales especiales reservados, supuestamente, para terroristas y mafiosos, pero sobretodo se preguntan cuál es la razón de esta persecución a la prensa y de qué se les acusa, ya que el Gobierno defiende que ninguno de ellos está en prisión por a su labor como informador.
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