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Rousseff pierde a su ministro de Trabajo acusado de corrupción

Carlos Lupi deja el cargo tras un encuentro con la presidenta brasileña Es el séptimo ministro que abandona el Gobierno

Juan Arias
El ministro de Trabajo brasileño, Carlos Lupi.
El ministro de Trabajo brasileño, Carlos Lupi.EVARISTO SA (AFP)

Acusado de corrupción, el ministro de Trabajo, Carlos Lupi, del izquierdista Partido Democrático de los Trabajadores (PDT), ha pedido en la tarde del domingo (noche en España) dejar el Gobierno tras un encuentro con la presidenta Dilma Rousseff en el Palacio del Planalto.

Lupi es el séptimo ministro del gabinete Rousseff que ha dejado el Ejecutivo en menos de un año, y el sexto por motivos de corrupción. Los anteriores habían sido Antonio Palocci, ministro de la Casa Civil; Alfredo Nascimento, de Transportes; Wagner Rossi, de Agricultura; Pedro Novais, de Turismo; Orlando Silva, de Deportes, y Nelson Jobim, del Ejército.

Excepto Jobim, que fue retirado del Gobierno por haber criticado públicamente a dos de las ministras elegidas por Rousseff, todos los mandatarios se vieron forzados a dejar sus carteras acusados de corrupción por los medios de comunicación.

En el caso de Lupi, a las acusaciones de la prensa se ha unido esta vez el parecer de la Comisión de Ética de la Presidencia de la República, un órgano de vigilancia que asesora a la presidenta. “La Comisión entendió que no existían explicaciones para una serie de contratos firmados por el Ministro”, se lee en el documento entregado a Rousseff.

Lupi alega que dimite por sentirse “perseguido política y personalmente por los medios”

El ministro de Trabajo había sido objeto de reiteradas acusaciones de corrupción, como el haber usado para fines electorales el avión de un empresario que ejercía trabajos para el Ministerio de Lupi. Tras haber asegurado ante el Congreso que la acusación era falsa, un diario publicó su fotografía saliendo del avión.

Lupi ha sido también acusado de recaudar ilegalmente recursos para financiar a su partido recibiendo porcentajes de contratos llevados a cabo por su ministerio, y de haber figurado como asesor fantasma durante a seis años en el Congreso, recibiendo emolumentos sin ni siquiera aparecer por la Cámara.

En la carta en la que Lupi ha anunciado su salida del Gobierno, alega que lo hace por sentirse “perseguido política y personalmente por los medios” y añade: “Salgo con la conciencia tranquila del deber cumplido, de mi honradez personal y con la confianza de que la verdad siempre acaba triunfando”.

Cuando aparecieron las denuncias de corrupción contra él, Lupi se sintió fuerte y llegó a decir: “Ni Dilma me saca de mi puesto”. Más aún, afirmó: “Solo dejaré el Ministerio con tiros de bala”. Después pidió perdón a Rousseff y le dijo: “Yo te amo, presidenta”. Días atrás, preguntada sobre si tardaba en sacar a Lupi del Gobierno por su declaración de amor , hacia ella respondió con humor: “Tengo 62años, una hija y un nieto y no me siento especialmente romántica”.

Según un asesor de Rousseff, interpelado por este diario, la presidenta hubiese preferido esperar a la remodelación de su equipo, prevista para enero, para sacar de él a Lupi, pero el parecer negativo contra él de la Comisión de Ética de la Presidencia de la República -aunque se trata de un órgano consultivo- la convenció de que ya no podía esperar más.

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