EE UU planea dejar 3.000 soldados en Irak para luchar contra Al Qaeda
El vicepresidente Biden visita Bagdad para renegociar los términos del repliegue
En la última visita de un mandatario norteamericano a Irak, antes de que acabe definitivamente la guerra iniciada en 2003, el vicepresidente Joe Biden ha dejado la puerta abierta a la permanencia de un número indeterminado de soldados estadounidenses en el país para labores de asistencia y entrenamiento. Biden llegó a Bagdad el martes, en una visita sorpresa, y se reunió con el primer ministro Nuri al Maliki, con quien volvió a tratar una antigua exigencia del Pentágono y de algunos congresistas conservadores de EE UU: que al menos 3.000 soldados se queden en Irak para evitar un resurgimiento de Al Qaeda.
Ese era el plan inicial de Barack Obama cuando diseñó la estrategia de retirada de Irak en 2009, que comenzó en verano de 2010. Quedaron entonces 50.000 soldados para labores de seguridad, confinados a sus bases. El repliegue total culminará en diciembre, pero desde el principio la Casa Blanca quería dejar a 3.000 soldados para apoyar a los iraquíes en cuestiones de seguridad. Al Qaeda, un grupo terrorista suní, no es el único problema para EE UU en la región. También lo es la influencia de Irán, que, como Irak, es un país de mayoría chií.
Pero después del verano, Obama se encontró con un problema. Acuciado por la presión popular, el primer ministro Al Maliki, un aliado de Washington, le dijo que no podía garantizar la inmunidad de los soldados estadounidenses que quedaran en suelo iraquí tras el repliegue. Se les podría juzgar, por lo tanto, por aquello que la justicia iraquí considerara que hubiera sido conducta criminal, incluso en tiempo de guerra. Obama decidió entonces ignorar las presiones del Pentágono y ordenó una salida completa antes del 31 de diciembre.
Hoy hay menos de 15.000 soldados estadounidenses en el país árabe. El repliegue total culminará en diciembre
Ahora, sin embargo, Obama ha enviado a Biden a Irak para preparar una cumbre que se celebrará en Washington el 12 de diciembre, en la que con toda seguridad se renegociarán los términos de esa salida. “Seguiremos nuestras negociaciones con su Gobierno sobre la naturaleza de nuestros pactos de seguridad, incluidas las competencias de entrenamiento de tropas, de inteligencia y de lucha antiterrorista”, le dijo Biden a Al Maliki, en conferencia conjunta. El primer ministro iraquí le respondió que “no hay duda del papel que las fuerzas norteamericanas tienen en el entrenamiento de las fuerzas iraquíes”.
Actualmente, hay menos de 15.000 soldados en Irak. Cuando Obama tomó posesión de su cargo, en 2009, había 144.000. Cada día regresan a casa unos 500 soldados. La Casa Blanca espera que, cuando Al Maliki acuda a la cumbre del 12 de diciembre ya no haya ni uno solo en Irak. En los más de ocho años de guerra, han muerto en aquel país 4.483 soldados estadounidenses, según iCasualties. Según estimaciones del Congreso de EE UU, la misión bélica ha costado 800.000 millones de dólares (595.000 millones de euros al cambio actual).
“Estamos iniciando un nuevo camino conjunto, en una nueva fase de nuestra relación ", ha añadido Biden durante su visita. “Nuestra asociación se sustenta en una seguridad robusta, basada en lo que ustedes decidan que debe ser esta relación… Aún hay reservas sobre la seguridad de este país, pero confiamos en que su Gobierno sea totalmente capaz de enfrentarse a esos problemas internos”.
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