Un agente del espionaje alemán, vinculado con una trama de terrorismo neonazi
Un grupo de extrema derecha cometió asesinatos, atracos y atentados sin que la policía los detuviera durante más de 13 años
Un agente de los servicios secretos alemanes estaba al tanto de la trama de terrorismo neonazi que conmociona Alemania desde el viernes. El agente secreto alemán se encontraba en el cibercafé de Kassel (a unos 380 kilómetros al oeste de Berlín), donde fue asesinado en 2006 Halit Yozgat, de 21 años, la última víctima conocida de los nueve asesinatos racistas cometidos desde 2000 por un grupo terrorista nazi denominado Resistencia Nacionalsocialista (NSU).
El diario Frankfurter Allgemeine, que publica hoy esta información, añade que el funcionario ha sido suspendido de servicio. Yozgat, un alemán de ascendencia turca, murió tiroteado con la misma pistola utilizada por la banda para asesinar a otros ocho hombres de origen extranjero. En 2007, los terroristas neonazis asesinaron a una agente de policía. Las autoridades investigan su relación con otros crímenes.
¿Cómo es posible esquivar durante 13 años a la justicia en Alemania, un país tan obsesionado con la seguridad que aplica multas a quienes no llevan luz en su bicicleta? ¿Cómo es posible que las autoridades investigaran tan mal nueve asesinatos, además de algunos atentados con bomba?
La canciller Angela Merkel dijo ayer que el “terrorismo de ultraderecha” es “una vergüenza” para Alemania. El ministro de Interior Hans-Peter Friedrich aseguró hace unos meses que “en Alemania no hay indicios de terrorismo de ultraderecha”. Ayer se desdijo.
La notica del agente involucrado agrava las sospechas contra los servicios secretos, que en Alemania llevan el orwelliano nombre de Oficina para la Protección de la Constitución (BFV). Diversos medios revelan que la acusada Beate Zschäpe, que se encuentra detenida, mantenía contactos regulares con la BFV mientras la banda asesinaba por toda Alemania. Las autoridades lo niegan.
De momento han sido identificados tres miembros del NSU: Beate Zschäpe, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt. Los tres habían sido detenidos en 1997 por simular la fabricación de una bomba; sin embargo, pasaron rápidamente a la clandestinidad pese a que la BFV supuestamente los mantenía bajo vigilancia.
Desde entonces, perpetraron una pasmosa serie de asesinatos xenófobos, atentados con bomba y atracos bancarios sin que las autoridades tomaran cartas en el asunto. Tenían documentos falsificados y un refugio en la ciudad sajona de Zwickau. La policía dice que Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt se suicidaron hace dos semanas. Acto seguido, Zschäpe incendió el piso refugio y se entregó. El domingo, la policía detuvo a un cuarto sospechoso.
La banda grababa en vídeo a sus víctimas y fotografiaba sus cadáveres. Combinaron estas imágenes con dibujos animados de la Pantera Rosa para confeccionar un grotesco vídeo amenazante en el que hacían escarnio de los muertos y de la policía. No llegaron a enviárselo a nadie. Solo una incoherencia más por aclarar.
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