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El gran secreto de Sirte

Si las informaciones se confirman, Gadafi -al igual que Husein- buscó refugio en el lugar donde más adeptos tenía

Francisco Peregil
Rebeldes libios celebran la caída de Sirte.
Rebeldes libios celebran la caída de Sirte.ESAM OMRAN AL-FETORI (REUTERS)

Los altos mandos de la OTAN habían expresado abiertamente su sorpresa por la resistencia de Sirte. No esperaban que fuese tan feroz y obstinada. La ciudad donde había nacido Gadafi estaba cercada desde hacía más de dos meses. Llevaban semanas sin corriente eléctrica, sin apenas medicamentos en el único hospital. Los aviones de la OTAN no dejaba pasar apenas un día sin bombardear Sirte. Todo estaba en contra de los leales a Gadafi. Y, sin embargo, seguían resistiendo.

El Consejo Nacional de Transición aseguraba que se trataban de mercenarios extranjeros que no tenían otra salida que seguir luchando, o gadafistas con las manos manchadas de sangre, que batallaban por su propia supervivencia antes que por lealtad al dictador. Y, sin embargo, la mayoría de los civiles que salían de Sirte huyendo de los bombardeos expresaban abiertamente su apoyo al dictador. Ninguno decía haberlo visto en Sirte. Un vecino consultado por este periodista comentó, sin embargo, haber visto a su hijo Mutasim Gadafi desplazarse en un coche negro por las calles de Sirte. Y los rebeldes libios decían que la fuerte resistencia en Sirte se debía a que Mutasim estaba en la ciudad.

Pero, al parecer, no se trataba solo de Mutasim. Si las informaciones del Consejo Nacional de Transición se confirman se habrá consumado un hecho que recuerda la captura de Sadam Husein en Tikrit, su lugar de nacimiento. Lo mismo que Husein buscó refugio en el lugar donde más adeptos tenía, Gadafi habría elegido también el lugar en donde más partidarios tenía.

Para muchos libios Sirte había sido el pueblo mimado de Gadafi, el lugar que había pasado durante los 42 años de mandato de menos de 10.000 habitantes a casi 100.000. Sin embargo, la gente que salía de Sirte decía que la inmensa mayoría de la población era humilde, muchos de ellos vivían en casas alquiladas. Y en la aldea de Abu Hadi, donde nació Gadafi, situada a unos diez kilómetros del centro de Sirte, la mayor parte de las casas eran muy humildes. Pero los vecinos de la zona seguían apoyando a Gadafi. Muchos de ellos no sabrían que el exmandatario estaba tan cerca de ellos.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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