La falta de acuerdo retrasa el voto en el Senado sobre el techo de endeudamiento
Mientras continúan las negociaciones, el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha reconocido que el Congreso y la Casa Blanca están "muy cerca" de alcanzar un acuerdo definitivo
En otra jornada frenética de negociación a contra reloj, los republicanos no han alcanzado un acuerdo con la Casa Blanca sobre el techo de la deuda. El líder demócrata en el Senado, Harry Reid, recién salido de las negociaciones con republicanos y la Casa Blanca, ha comparecido para decir que el voto sobre el techo de endeudamiento se retrasa porque no hay acuerdo definitivo todavía. "Estamos haciendo avances", ha dicho. Sin embargo, ha reconocido avances para alcanzarlo antes de fin del plazo el 2 de agosto.
A pesar de esta situación límite, una puerta se ha abierto en las últimas horas en Estados Unidos para evitar que el país entre en suspensión de pagos. Existe en estos momentos un optimismo moderado en torno a las negociaciones in extremis que están manteniendo los republicanos y la Casa Blanca. El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha reconocido que el Congreso y la Casa Blanca están "muy cerca" de alcanzar un acuerdo definitivo para elevar el techo de la deuda y evitar que Estados Unidos entre en cese de pagos.
En una entrevista en la cadena CNN, McConnell ha confirmado los rumores de que los legisladores republicanos y demócratas habían llegado a un principio de acuerdo con la Casa Blanca, en intensas negociaciones a puerta cerrada durante el sábado. "Estamos muy cerca. Ayer tuvimos un muy buen día, e hicimos avances drásticos", ha asegurado el senador republicano. McConnell confía en que ese acuerdo se concretará "pronto" y ha adelantado que el plan proyecta una reducción del déficit de 3 billones de dólares en los próximos 10 años y que no contará con 'ningún aumento de impuestos'.
La votación del plan del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, que estaba prevista para la una de la madrugada (hora local, 05.00 GMT) se ha retrasado 12 horas ante la perspectiva de un posible acuerdo. Según cuentan los medios estadounidenses, los progresos en las negociaciones son significativos. El martes 2 de agosto es la fecha límite para cerrar un pacto.
"Estoy contento de ver este movimiento hacia la cooperación y el compromiso. Espero que dé frutos", ha señalado Reid. El líder de la mayoría demócrata en el Senado cree que "hay muchos elementos" para cerrar un acuerdo, aunque matiza que todavía queda un camino por recorrer. "Hay que dar a cada uno el espacio que sea posible para hacer su trabajo", ha subrayado.
El Senado se preparaba ayer para un voto de madrugada para limitar el debate en torno al plan demócrata sobre la deuda y garantizar que la medida podría votarse definitivamente a primera hora del lunes. Sin embargo, Reid ha decidido aplazar esa votación 12 horas, hasta las 13.00 del domingo (17.00 GMT), a petición de funcionarios de la Casa Blanca, que han visto espacio para un posible compromiso con los republicanos y han pedido al líder demócrata unas horas más de margen. Pero es posible que también haya otro retraso al respecto mientras se mantienen las negociaciones.
En un fin de semana clave para evitar que el Tesoro estadounidense declare parcialmente el cese de pagos el próximo martes, la Casa Blanca y el Capitolio continuaron ayer sábado sus negociaciones, con el propio presidente de EE UU, Barack Obama, inmerso en conversaciones con demócratas y republicanos. En una agitada votación, la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, rechazó, por 246 contra 173 votos, la propuesta demócrata para elevar el techo de la deuda, que ahora se sitúa en 14,3 billones, antes aún de que el Senado iniciara siquiera los trámites para votarla.
Los republicanos optaron así por devolver el golpe que el Senado asestó el viernes a la propuesta del presidente de la Cámara Baja, John Boehner, al bloquearla poco después de que fuera aprobada en ese hemiciclo. El propio McConnell aseguró en una conferencia de prensa tras la votación que había hablado ayer por teléfono tanto con el vicepresidente, Joe Biden, como con Obama, y opinó que el mandatario debería estar presente en cualquier negociación para llegar a un consenso.
"Confío plenamente en que lograremos un acuerdo en un futuro muy próximo", aseguró McConnell, mientras que Boehner subrayó que los estadounidenses pueden estar seguros "de que esta crisis se acabará" y de que "no habrá cese de pagos". Ese optimismo contrastó con la frustración que Reid expresó más tarde en el pleno del Senado, después de una visita a la Casa Blanca junto con la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Los dos legisladores se reunieron con Obama poco después de que el plan de Reid se estrellara en la Cámara Baja, en un encuentro del que no han trascendido detalles. "No es cierto que estemos cerca de un acuerdo significativo", dijo Reid en el Senado tras la reunión. "Y si estamos hoy aquí, es por una sencilla razón: el filibusterismo", añadió.
El apoyo de al menos siete republicanos
Para zanjar el debate en torno a su medida, Reid necesitará en la votación de hoy domingo una mayoría de 60 votos, lo que obliga a los demócratas, que controlan la Cámara Alta, a asegurarse el respaldo de al menos siete republicanos. Ese objetivo parecía ayer lejano cuando McConnell entregó a Reid una carta en la que 43 de los 47 senadores republicanos se comprometían a votar en contra.
Reid ha modificado en los últimos días su plan para añadirle elementos impulsados por McConnell, y su propuesta incluye ahora una elevación de la deuda en dos fases, hasta llegar a 2,4 billones, y una reducción del déficit en 2,2 billones de dólares en la próxima década.
No obstante, carece de un mecanismo que establezca cómo actuar si el Congreso no consigue reducir el déficit en los niveles esperados, lo que se ha convertido en el principal argumento de muchos republicanos para rechazar el plan. "Es hora de que acabemos con este teatro del absurdo", dijo tras la votación en la Cámara Baja una decepcionada Nancy Pelosi, que instó a los legisladores de ambos partidos a lograr una solución real.
Posibles escenarios
¿Qué pasa si hoy se llega a un acuerdo?
Estados Unidos ha llegado a su límite de endeudamiento, acordado en el Congreso, por lo que demócratas y republicanos han de ponerse de acuerdo para elevarlo si quieren hacer frente al vencimiento de las deudas pendientes. De llegar a un acuerdo, se avanzaría en el proyecto de ley con más rapidez y se demostraría suficiente apoyo para su aprobación en el Senado y en la Cámara de Representantes. El fantasma de la suspensión de pagos de la mayor economía del mundo desaparecería. Solo faltaría la firma de Obama para aprobar la ley. La fecha límite para no entrar en suspensión de pagos es el martes, día 2 de agosto.
¿Qué pasa si hoy no se llega a un acuerdo?
Los republicanos y la Casa Blanca tendrían hasta mañana para seguir con las negociaciones que se están manteniendo desde hace días. El acuerdo tendría que llegar in extremis. Los demócratas tienen 53 escaños, tres más de la mitad. Pero eso no les garantiza la aprobación de la ley porque las reglas del Senado dan derecho a la oposición a impedir la votación mientras ellos quieran seguir debatiendo, lo que puede ser eternamente. Para evitar ese método que estanca el proyecto de ley, en EE UU se requieren 60 votos de un total de 100, una cifra a la que muy pocas veces ha llegado un partido a lo largo de la historia. El líder demócrata, Harry Reid, necesita siete votos republicanos para poder llevar a votación en el pleno su propuesta, por lo que está obligado a pactar con la oposición en esas cruciales últimas 24 horas.
Los líderes del Congreso podrían tratar de hacer cambios rápidos para atraer más votos. El Congreso podría tratar de pasar un incremento de la deuda a muy corto plazo, por ejemplo un par de días, para ofrecer algo más de tiempo para alcanzar un acuerdo amplio. Obama podría decir que tiene el poder de aumentar los préstamos EE UU por su cuenta, citando una disposición de la Constitución estadounidense. Mientras la Casa Blanca intenta rehuir esta estrategia, algunos líderes demócratas en el Congreso en los últimos días han estado planteando este escenario.
¿Qué pasa si no se llega a un acuerdo antes del martes?
La única manera de evitar la suspensión de pagos a partir del martes es la de conseguir que republicanos moderados y demócratas voten juntos en la Cámara lo que ambos partidos sean capaces de pactar en el Senado. Eso tiene que ocurrir entre el domingo y el lunes. Si unos y otros no llegan a un acuerdo para entonces, las consecuencias son impredecibles. Pero si instituciones como el Banco Central Europeo han llegado a asegurar que el impago de un país pequeño como Grecia podría ser tan catastrófico como la caída de Lehman Brothers, es difícil medir el alcance que tendría una suspensión de pagos de Estados Unidos. China ya ha hecho más de un llamamiento al Gobierno norteamericano pidiendo "responsabilidad" hacia sus inversores. Por la cuenta que le tiene. El gigante asiático, con 1,15 billones de dólares (823.684 millones de euros) en bonos del Tesoro estadounidense, es su mayor acreedor.
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